Cátedras

Regularidad Intestinal

Regularidad intestinalFibra dietética

El interés en la fibra como componente alimentario que promueve la salud comenzó en la década de 1960. Sin embargo, antes de principios de la década de 1970, la fibra recibía poca atención de los expertos en salud. A menudo se la denominaba “fibra cruda” y la comprensión de su función en la salud era, por lo tanto, “cruda” o “rudimentaria”. La fibra comenzó a salir en las noticias relacionadas con la salud cuando se observó en estudios que ciertas poblaciones que tenían una ingesta mayor de fibras tenían menor incidencia de ciertas condiciones y enfermedades, entre ellas el estreñimiento, la enfermedad diverticular, algunos tipos de cáncer y la enfermedad cardíaca. Estos hallazgos generaron un interés en la relación de la fibra con la salud humana que continúa existiendo hasta el día de hoy. Además, una nueva definición propuesta para la fibra también puede tener un efecto sobre la mención de la fibra en las etiquetas alimentarías y su análisis, las bases de datos de composición de los alimentos, el desarrollo de nuevos ingredientes y pautas de nutrición y las comunicaciones dirigidas a los consumidores[1][2].

En la última década, se han hecho importantes avances en nuestra comprensión de la fibra y su función en la promoción de la salud y la reducción del riesgo de enfermedades. Un sinfín de evidencia científica demuestra que la ingesta adecuada de fibra en la dieta tiene numerosos beneficios para la salud.

La función básica de los polisacáridos es actuar como fuente de energía tras su ingesta. Pero además de esto, se les otorgan propiedades beneficiosas tales como promover la salud cardiovascular, la estabilidad del sistema inmune, mejorar la función hepática, mejorar la salud intestinal, ayudando a reducir el cáncer de colon, etc. Todos estos efectos saludables, quedan relacionados con la funcionalidad de la fibra dietética, ya que los polisacáridos pueden formar parte de esta. Por tanto, la opción de usar la fibra dietética como herramienta terapéutica y como estrategia preventiva es muy atractiva. Además de las razones científicas, existen razones sociales, pues entre los consumidores existe la percepción general de que la fibra dietética es una sustancia natural y sana. Por todo ello, surge la recomendación generalizada de su consumo como medida terapéutica en el manejo de diversas patologías, algunas de ellas altamente prevalentes como la obesidad, la diabetes mellitus, la dislipemia o el síndrome metabólico[3].

El término fibra alimentaria no es un concepto unitario, ya que en el  mismo se incluyen un gran número de fibras de origen vegetal.  Entre ellas se encuentran la celulosa, la hemicelulosa, las gomas, las pectinas, el ácido fítico, la cutina, lignina y almidón no digerible (aproximadamente un 10% del almidón total). La mayoría son carbohidratos no digeribles (la lignina, cutina y ácido fítico no son carbohidratos pero están incluidos). En términos generales tienen las características comunes de ser inatacables por los fermentos y enzimas digestivas aunque parcialmente si lo son por las bacterias del colon. Son osmóticamente activas, es decir, absorben agua y forman geles que aumenta fecal y favorecen el tránsito y la evacuación (efecto laxante)[4].

Aunque no es una división que separe a la fibra de forma absoluta, se habla de fibra soluble e insoluble. La fibra soluble, en contacto con el agua forman un gel, fermentan en el colon, alargan el vaciado gástrico y enlentecen la absorción de glucosa. Se encuentra en legumbres, frutas (kiwis especialmente), frutos secos, algas marinas. En las naranjas se encuentra en la parte blanca que está entre la piel y la pulpa. La fibra insoluble: No fermenta apenas. Tiene un mayor efecto laxante. Se encuentra en cereales integrales (salvado), legumbres, verduras y hortalizas.

Las fibras ingeridas con la alimentación o en forma de suplementos atraviesan todo el aparato digestivo sin sufrir digestión enzimática, ni por lo tanto, absorción. Sin embargo, una vez llegadas al intestino grueso, se encuentran gérmenes capaces de pasar los carbohidratos complejos a disacáridos y monosacáridos mediante una hidrólisis extracelular. Posteriormente, estos azúcares, tras penetrar en el interior de las bacterias, se desintegran completamente (más del 50% de la fibra de las frutas, vegetales y granos enteros se degrada en el colon)[5].

Por otro lado, la fibra estimula el desarrollo de la flora intestinal aerobia frente a la anaerobia (lo cual resulta beneficioso ya que uno de los componentes de la anaerobia, el clostridium, se halla implicado en la formación de sustancias cancerígenas). Su fermentación forma ácidos grasos de cadena corta (responsables de generar gases y, por tanto, flatulencia), uno de los cuales, el butirato es alimento de las células del colon.  El déficit de fibra altera la digestión y el metabolismo, aumentando la absorción de nutrientes (obesidad, aumento de la resistencia a la insulina, hiperlipemias), produce un metabolismo del colon alterado (enfermedad inflamatoria intestinal), enlentece el tránsito fecal (aumento de la presión con diverticulosis, apendicitis, hemorroides y cáncer de colon)[6].

Los efectos de la fibra a nivel de tubo digestivo alto (estómago e intestino delgado) dependen fundamentalmente de su viscosidad. Las fibras viscosas retrasan el vaciamiento gástrico, pueden producir saciedad precoz, limitan la exposición de los alimentos a la acción de los enzimas digestivos, retrasan la absorción de nutrientes que se desplaza a tramos más bajos del intestino delgado, e incluso pueden evitar parcialmente la absorción por atrapamiento de grasas, colesterol y algunos iones. Estos efectos pueden asociarse a diversos beneficios, como son el control del aporte energético y del peso corporal, la reducción de la tasa de colesterol,  sobre todo de la fracción LDL, la reducción de la hiperglicemia postpandrial, y la prevención de la resistencia a la insulina[7].

En cambio, el grado de fermentabilidad por la microflora es el principal factor determinante de los efectos a nivel de intestino grueso: Las fibras no fermentables incrementan el peso de las heces por aumento de la fracción inerte. La celulosa, ligninas y cutinas son fibras de este tipo. Los mucílagos son fibras solubles y viscosas, pero también son poco o nada fermentables. Las fibras fermentables tiene efectos variables (según la naturaleza de la fibra) sobre los siguientes parámetros: Incrementan el peso de las heces por aumento de la biomasa (la población bacteriana de las heces); incrementan el contenido en moco y agua de las heces; generan ácidos grasos de cadena corta: acético, propiónico, butírico y modifican la composición bacteriana[8].

Asimismo es importante el efecto llamado prebiótico. Se trata de sustancias no digeribles que estimulan el crecimiento de bacterias que actúan como probióticos, es decir, lactobacilos o bifidobacterias ingeridas en leches fermentadas. Son oligosacáridos (cadenas cortas de monosacáridos, como la inulina que es un polímero de la d-fructosa; o el arabinogalactano, oligosacárido del alerce). Son, en definitiva, carbohidratos no digeribles (calificados como fibra insoluble) con la cualidad de servir de nutriente a las bacterias de efecto beneficioso que ingerimos como lactobacilos o bifidobacterias[9].

Recomendaciones de la ingesta de fibra

Los requerimientos de fibra pueden ser expresados de diferentes maneras: en función de la edad, peso, por día y por cada 1.000 kcal de ingesta. Cada uno de estos métodos tiene ventajas e inconvenientes. La evidencia disponible actualmente indica que los beneficios de la fibra aparecen en relación a su consumo con respecto a las calorías ingeridas, por lo que esta sería la forma más adecuada de expresar la ingesta adecuada; el inconveniente fundamental es que la mayoría de las personas no sabe cuántas kilocalorías consume en el día, por lo que se suele expresar como gramos/día para una ingesta media de kilocalorías según edad y sexo.

Las recomendaciones de ingesta de fibra según la ADA (Asociación Americana de Dietética Americana) se encuentra entre los 25-30 g / día, o de 10-13 g de fibra por 1.000 kcal consumidas. De esta manera una persona que consuma 2.500 kcal debería presentar una ingesta de fibra entre los 25 y 32,5 g / día.

Entre los objetivos de la FAO/OMS del año 2003 encontramos el aumentar el consumo de cereales enteros, e incluir en la ingesta diaria entre 400-500 g de fruta y verdura al día, con la finalidad de aumentar el consumo de fibra y disminuir la incidencia de enfermedades crónicas. Para la prevención de las enfermedades cardiovasculares a las cuales se les atribuye un 79% de las muertes en el mundo, la ingesta de fibra dietética debería superar los 25 g /día y para la prevención de la diabetes el consumo de fibra dietética debe ser superior al 20 g /día.

En la tabla se muestran las diferentes recomendaciones de fibra de distintos organismos nacionales e internacionales, siendo todas las recomendaciones superiores a 20 g /día excepto las del departamento de Salud de Reino Unido[10][11][12][13][14].

Organización

g/día

g/1.000 kCal

Panel de expertos sobre fibra dietética (1987)

20-35

10-13

National Cancer Institute, USA (1987)

20-30

 

Asociación Americana de Diabetes (1987)

40

 

Federación de sociedades Americanas para la biología experimental (FASEB, 1987)

20-30

10-13

Asociación Americana de Dietética (1988)

25-35

 

British Nutrition Foundation (1990)

>20

 

Recomendaciones Alemanas (1991)

>30

12,5

Departamento de Salud, Reino Unido (1991)

18

 

SENC (2001)

>25

 

FAO/OMS (2003)

20-25

 

EFSA (2010)

25

 

 

Si distinguimos entre fibra insoluble y soluble, las recomendaciones  establecen que deberían  guardar una relación 3/1.

La mayoría de las guías nutricionales no establecen recomendaciones específicas de ingesta de fibra para los niños y adolescentes hasta 18 años de edad, sin embargo los problemas de obesidad y de estreñimiento están siendo cada vez más frecuentes en este colectivo por lo que cada vez hay más recomendaciones por grupo de edad como las de EFSA[15]:

Edad

g/día

1-3 años

10

4-6 años

14

7-10 años

16

11-14 años

19

15-17 años

21

 

No existen evidencias que demuestren el efecto beneficioso de una cantidad exacta de ingesta de fibra en mujeres embarazadas por lo que las recomendaciones serían las mismas que en la población no gestante, y por tanto atendiendo a la ingesta calórica específica en cada periodo del embarazo y lactancia.

Para conseguir un adecuado consumo de fibra es necesario realizar una dieta equilibrada, completa y variada y seguir las siguientes recomendaciones:

  1. Incluir diariamente en la dieta hortalizas, productos integrales, legumbres, avena, germen de trigo, verduras y frutas frescas (5 raciones al día de frutas y verduras).
  2. Consumir las verduras crudas siempre que se pueda.
  3. No colar los purés de verduras ni de legumbres, con la finalidad de aumentar la fibra consumida.
  4. Elegir preferiblemente la fruta fresca sin pelar, o bien en papilla, macedonia, compota o al horno.
  5. Las distintas técnicas culinarias cambian la estructura de la fibra, pero no alteran de forma significativa su contenido en los alimentos, por ello todas las técnicas son válidas.
  6. Como fuentes de fibra soluble encontramos la avena, la manzana, las ciruelas, la zanahoria, los cítricos, judías secas y otras legumbres y son alimentos ricos en fibra insoluble la harina de trigo, el salvado, guisantes, repollo, cereales y frutas maduras.

El consumo de cantidades elevadas de fibra dietética puede reducir la biodisponibilidad de minerales como el hierro, calcio y zinc por una disminución en su absorción a nivel gastrointestinal, que se ha relacionado fundamentalmente con la presencia de fitatos en la dieta, aunque la mayoría de los estudios no han encontrado disminución en la absorción de estos nutrientes con los niveles de ingesta de fibra habituales. No existen estudios que demuestren una menor absorción de magnesio con la ingesta de fibra.

No existe suficiente evidencia para aseverar que el consumo elevado de fibra dietética pueda producir malestar gastrointestinal. Los efectos adversos descritos se han observado habitualmente en circunstancias especiales, como sensación de plenitud postprandial y aumento de flatulencia en pacientes con enfermedad pancreática e ingesta muy elevada de fibra (75-80 g / día), o malestar gastrointestinal en pacientes con síndrome de Colon Irritable.

Los efectos adversos del consumo excesivo de fibra funcional se reducen a molestias gastrointestinales leves, sin haberse observado alteraciones crónicas relevantes en los estudios realizados. Sin embargo, no debe recomendarse, con la evidencia científica actual, un nivel de ingesta por encima de lo recomendado tanto para fibra dietética como la funcional.

Consumo de fibra en España

En España, 9 de cada 10 españoles no ingieren diariamente la cantidad de fibra recomendada situándose la media de ingesta en 19 gramos al día[16].

En Estados Unidos, donde la deficiencia de fibra y su consecuencia -el estreñimiento- también son habituales, se estima que se podría ahorrar una cantidad de 12.700 millones de Dólares en costes directos de atención sanitaria derivados del estreñimiento solo con aumentar la ingesta de fibra en la dieta[17]. Para Europa, se ha publicado recientemente una evaluación similar sobre el posible ahorro que supondría para la sanidad el aumento de la ingesta de fibra dietética[18]. El modelo económico utilizado toma un enfoque conservador por el que se asumía que un 25% de los adultos no realizaría ninguna modificación de su ingesta de fibra, otro 25% aumentaría la ingesta en 3 g/día, otro 15% en 4 g/día, otro 25% en 5 g/día y otro 10% en 11 g/día. El ahorro potencial para España se estimó en 121 millones de Euros. Se trata de unos cambios en la dieta que son realistas y fácilmente alcanzables mediante el fomento del consumo de alimentos altos en fibra, sin que ello afecte de forma significativa o adversa a los hábitos dietéticos.

Estreñimiento crónico funcional

El estreñimiento es un síntoma que expresa una percepción de defecación insatisfactoria caracterizada por infrecuencia defecatoria y/o dificultad en la expulsión de las heces. La expulsión difícil de las heces comprende, a su vez, síntomas como esfuerzo excesivo para la defecación, sensación de dificultad en el paso de las heces, sensación de evacuación incompleta, expulsión de heces duras o bolas, incremento del tiempo de evacuación o necesidad de realizar maniobras con las manos para facilitar el paso de las heces.

El concepto de estreñimiento crónico funcional, en el momento actual, se establece por un comité de expertos que se reúne periódicamente en Roma y que expone los criterios clínicos mínimos, basados en síntomas, frecuencia y duración de los mismos. Los criterios, han variado en tres ocasiones desde su primera reunión en 1989, de manera que en la actualidad disponemos en la literatura publicaciones con criterios  diagnósticos diferentes (Roma I, II ó III) que se diferencian fundamentalmente por el nivel de exigencia en cuanto a duración de los síntomas. Desde 2006 se utilizan los criterios de Roma III[19]

Para que pueda definirse el estreñimiento como funcional, debe demostrarse la ausencia de alteraciones estructurales, metabólicas, neurológicas, enfermedades sistémicas o toma crónica de fármacos. El estreñimiento crónico funcional puede dividirse, desde el punto de vista fisiopatológico, en tres grandes grupos: Con tránsito colónico normal, con tránsito colónico lento (inercia colónica) y por alteración en el tracto de salida. La forma más prevalente es el estreñimiento con tránsito colónico normal (59% de los pacientes), seguido del secundario a alteraciones del tracto de salida (25%) y en último lugar el estreñimiento por tránsito lento (13%), aunque en ocasiones existe solapamiento entre los grupos[20][21].

El tratamiento ideal del estreñimiento debería restaurar a la normalidad el hábito intestinal (≥ 3 deposiciones/semana con heces de consistencia media) y hacer desaparecer los síntomas defecatorios relacionados (esfuerzo defecatorio excesivo, sensación de defecación incompleta, distensión abdominal)[22][23].

Fibra dietética y función intestinal

Los estudios clínicos y en el laboratorio sobre la fibra dietética describen una serie de aspectos que han servido como base para la utilización de la fibra dietética tales como la definición de fibra dietética (parte de material vegetal de nuestra dieta resistente a la digestión por la secreción del tracto intestinal humano); los componentes químicos de la fibra (la celulosa es el elemento orgánico más conocido y abundante en la naturaleza, mientras que la cantidad de lignina aumenta con la edad de la célula - proceso de lignificación -) y sus aspectos fisiológicos (la fibra como fuente energética intestinal, digestibilidad, volumen de las heces y hábito intestinal, tránsito intestinal, producción de ácidos grasos volátiles, absorción de agua y efecto catártico y secuestro de sales biliares incrementando su excreción) todo lo cual ha llevado a concluir que la fibra dietética incrementa el volumen de las heces, disminuye el tiempo de tránsito intestinal y participa en el metabolismo de las sales biliares. Estas acciones fisiológicas explican que dietas pobres en fibra se relacionen con distintas situaciones patológicas, entre ellas el estreñimiento. Por otra parte, se establece que las características físicas de la fibra (forma, tamaño, textura y relación espacial) influyen en su efecto sobre el colon[24].

Estas premisas explican el hondo calado entre pacientes y médicos de los beneficios de la fibra dietética y de la suplementación de fibra para la normalización del hábito intestinal, ya que desde su utilización empírica (principios del siglo XX) se han analizado objetiva y científicamente sus acciones beneficiosas sobre el colon (acción sobre flora intestinal, efectos metabólicos, peso y consistencia de las heces, hábito intestinal).  Las relaciones entre cantidad de fibra dietética ingerida y estreñimiento en la población general son difíciles de establecer con exactitud dadas las dificultades metodológicas; entre ellas merecen destacarse el tamaño muestral y procedencia de los sujetos analizados, definición de estreñimiento, tipo de fibra utilizada, etc[25].

Analizando el tiempo de tránsito en sujetos vegetarianos y no vegetarianos se observa que aquellos presentan un menor tiempo de tránsito intestinal y que la función intestinal se relaciona con la cantidad de fibra ingerida cuando se analizan grupos de sujetos con diferentes tipos de alimentación. La suplementación de fibra dietética en sujetos sanos induce una disminución del tiempo de tránsito intestinal y su efecto es tanto mayor cuanto más alargado estuviera el tránsito intestinal y, además, la adición de fibra a la dieta determina un mayor peso en las heces que se relaciona linealmente con la cantidad de fibra añadida. En pacientes ancianos que presentan mayor tendencia al estreñimiento se ha utilizado la suplementación de fibra dietética para mejorar las características defecatorias y disminuir la necesidad de laxantes. Finalmente, una revisión sistemática sobre la suplementación de fibra en la nutrición enteral indica que esta medida logra disminuir la incidencia de diarrea en pacientes críticos y postquirúrgicos, así como que parece aumentar el número de deposiciones disminuyendo la necesidad de laxantes[26].

La fibra dietética tiene una serie de acciones sobre la función intestinal (aumento del peso de las heces, disminución del tiempo de tránsito intestinal con aumento de las deposiciones semanales) que, teóricamente, podrían ser utilizadas para el tratamiento del estreñimiento. En la literatura pueden recogerse múltiples estudios sobre el tratamiento del estreñimiento con suplementación de fibra dietética en diversos colectivos con buenos resultados, en general, tendiendo a una mejoría del hábito intestinal.

En general, la actitud terapéutica ante un estreñimiento crónico funcional, tras descartar cualquier tipo de estreñimiento secundario, es prescribir una serie de medidas higiénico-dietéticas (ingesta generosa de líquidos, incrementar la fibra dietética y ejercicio físico) más suplementación de fibra durante un mes realizando un diario sobre hábito intestinal, dieta y consumo de cualquier tipo de laxantes; tras ello, si persiste el estreñimiento, se realizan las exploraciones complementarias pertinentes con lo que se clasifica el tipo fisiopatológico aunque la suplementación con fibra es una terapéutica eficaz en pacientes con estreñimiento y tránsito colónico normal (el mayor porcentaje de pacientes)[27].      

Las recomendaciones de las sociedades científicas son claras al enumerar las múltiples ventajas del incremento de la fibra dietética, entre la que se incluye sus acciones sobre la función intestinal, recomendando una ingesta mínima de 20-35 g/día en el adulto, existiendo un consenso real sobre los efectos beneficiosos de la fibra dietética en la regulación del hábito intestinal ya que el déficit de fibra dietética es un factor relacionado con el estreñimiento, aunque puede precisar del concurso de otras circunstancias para que aparezca esta situación clínica. De cualquier forma, las interacciones entre dieta e intestino son complejas motivando teorías simplistas sobre su eficacia, pero, a su vez, su utilización para modificar el hábito intestinal está arraigada en la conciencia popular y supone una medida saludable, eficaz y económica[28]. Todo esto ha hecho que el mercado de la fibra sea uno de los más importantes a nivel funcional internacionalmente.

Efectos Fisiológicos de la Maltodextrina Resistente a la Digestión (Fibersol-2)

La maltodextrina resistente a la digestión Fibersol-2 es una fibra innovadora, altamente soluble. Es muy estable, tiene baja viscosidad, es transparente en solución y no incorpora virtualmente ningún sabor al producto terminado. 

Fibersol-2 se produce mediante un proceso patentado en el que voluntariamente se cambia la disposición de las moléculas de almidón de maíz a fin de convertir una porción de los enlaces normales de glucosa alfa 1,4 en enlaces aleatorios alfa y beta 1,2, 1,3, y 1,4. El sistema digestivo humano digiere con eficacia sólo los enlaces alfa 1,4. Por lo tanto, el resto de los enlaces creados son resistentes a la digestión, de modo que no se absorben en el intestino delgado y pasan al intestino grueso. La maltodextrina resistente a la digestión Fibersol-2 se fermenta parcialmente en el intestino grueso. Las fracciones no utilizadas se excretan[29].

Fibersol-2 es un polisacárido de estructura ramificada, formado por unidades de glucosa. Se obtiene a partir de almidón por hidrólisis enzimática con amilasa, que libera los monosacáridos de glucosa, y aplicación de calor para generar nuevos enlaces entre los monosacáridos. Las cadenas de glucosa se disponen en estructura ramificada por la presencia de varios tipos de enlaces en el polímero, incluyendo los de tipo beta (1-4, 1-6, 1-2, 1-3), que no son hidrolizables por enzimas digestivos humanos. Los polímeros suelen contener por término medio 10-15 unidades de glucosa por lo que se trata de un óligosacárido. En la literatura científica este producto recibe distintos nombres: maltodextrina resistente, dextrina indigestible, oligosacáridos ‘maltodextrin-like’. Se trata de un producto soluble, no viscoso, y parcialmente fermentable en el colon.

Fibersol-2 es un polvo secado mediante aspersión y producido por la pirolisis y la hidrólisis enzimática controlada. Es un producto GRAS (Generalmente Reconocido Como Seguro) como la Maltodextrina, con gran fluidez, soluble en agua y que produce una solución totalmente clara y soluble. Carece de sabor en sí misma. Es naturalmente alto en ligaduras químicas, las cuales permanecen intactas frente a la acción de enzimas del tracto digestivo humano. Por ello Fibersol-2 es una forma concentrada (en base seca de al menos 90%) de fibra dietética soluble y es considerada "natural" por la mayoría de las definiciones industriales, al igual que como un prebiótico. Fibersol-2 resiste al paso a través del estómago por su resistencia al medio ácido, particularidad muy importante para ejercer su función en el intestino. Además, fermenta lentamente por lo que produce menos ácido y gases que la mayoría de las fibras alimenticias solubles evitando así los efectos secundarios indeseados.

Como fibra soluble en agua, la maltodextrina resistente a la digestión Fibersol-2 promueve efectivamente el desarrollo de una variedad de bacterias beneficiosas en el colon e indirectamente, reduce la presencia de especies bacterianas no deseadas. Además, los beneficios de los subproductos de la fermentación, como ácidos grasos de cadena corta, colaboran a mantener la buena salud intestinal y general.

Los principales estudios de intervención realizados acaban de ser revisados[30], demostrando que que Fibersol-2 normaliza el tránsito intestinal sin provocar diarrea lo que se ha demostrado en el estudio de Satouchi et al[31] evidenciándose como la ED50 (Dosis Efectiva para la ocurrencia del 50% de diarrea) fue de 156 gramos para los hombres y 118 gramos para las mujeres. Además, aumenta el volumen de las heces, la humedad de las mismas y la frecuencia de defecación como se pudo comprobar en la segunda parte del estudio en la que tras la ingestión de Fibersol-2 a lo largo de dos semanas los parámetros de peso fecal (húmedo y seco), humedad y frecuencia defecatoria cambiaron significativamente frente al grupo placebo. En otra parte del estudio, dos grupos de individuos tomaron durante 6 días una cantidad de Fibersol-2 de 5 o 10 gramos por día, sometiéndoseles al final del estudio a un test comprobatorio sobre los cambios percibidos. En los dos grupos se percibieron cambios significativos en frecuencia defecatoria, volumen y condiciones de las heces y sensación tras la defecación lo que puede resumirse como una mejora la percepción de mejoría de los hábitos defecatorios.

En otro estudio se comprobó como el score general pasó en el grupo que ingirió 5 gramos de Fibersol-2 por día de 8,46 (antes) a 10,39 (después), mientras que en el grupo que tomó 10 gramos por día se pasó de 7,47 a 11,64[32]. El estudio agrupó a mujeres con estreñimiento y una frecuencia defecatoria menor de 3 veces por semana a las que se les administró 5 gramos por día de Fibersol-2 demostrándose su clara utilidad al incrementarse significativamente el número de defecaciones por semana, el número de días por semana sin defecación y la cantidad fecal. Adicionalmente se mejoraron otros patrones tales como color, olor de heces y sensación psicológica tras la defecación.  En el estudio de Kimura se hizo un seguimiento a mujeres con una frecuencia defecatoria menor de 3 veces por semana (y menos de 3 días por semana sin defecar). Durante la primera semana se hizo un control, las tres semanas siguientes las mujeres recibieron 5 gramos de Fibersol-2 por día y la siguiente semana se realizó un lavado sin aportar Fibersol-2. Los resultados obtenidos sobre número de defecaciones por semana son muy claros al pasar de 2,5 a 4,6 durante el periodo de intervención, reduciéndose a 3,5 tras abandonar el uso del producto.  Lo mismo ocurre en cuanto a los días con defecación por semana, que pasan de 2,6 a 4,4 durante el periodo de intervención y se reducen a 3,3 tras el lavado de la última semana. Así pues, Fibersol-2 produce un aumento del número de defecaciones por semana y reducción del número de días por semana sin defecaciones. De igual modo, la cantidad fecal media por defecación se incrementa desde 37,6 gramos a 54,6, reduciéndose a 28,8 tras el lavado[33].

En un estudio de ciego simple y lavado realizado entre jóvenes con estreñimiento a los que se les administró 9,2 gramos de Fibersol-2 por día o placebo, se encontraron cambios significativos en la frecuencia defecatoria y en el volumen fecal[34].En este estudio, realizado a lo largo de 20 días utilizando galletas conteniendo Fibersol-2 (5 gramos/galleta) se evidenció mediante cuestionario como tanto el volumen de las heces como su frecuencia se vieron mejoradas en el grupo con tendencia al estreñimiento. De igual modo, las condiciones de las heces (forma, olor y sensación) tras la defecación se vieron mejoradas en todos los sujetos. Los sujetos del estudio se dividieron en tres grupos dependiendo del número de defecaciones en los 10 días previos al inicio del estudio y se midieron sus frecuencias fecales a lo largo del mismo. También se midió el peso de las heces en los tres grupos.  En conclusión, tanto la frecuencia fecal como el peso de las heces se incrementaron en todos los grupos. También las condiciones de las heces se vieron claramente mejoradas.

En otro estudio[35] a ciego simple y con lavado (placebo, maltodextrina), con diez días de pre-test y diez días con 500 ml de una bebida conteniendo 6,25 gramos de Fibersol-2 se observaron incrementos significativos en el número de defecaciones y la cantidad fecal así como mejoras en forma y color de las heces.

En el estudio a ciego simple y con lavado usando maltodextrina como placebo, se desarrolló a 1 semana con una bebida conteniendo 8 gramos de Fibersol-2 por día. Se observaron incrementos significativos en el número de defecaciones y la cantidad fecal así como mejoras en el color y forma de las heces[36].

El estudio ciego simple y con lavado usando maltodextrina como placebo, con una semana pre-test, una semana de intervalo y 2 semanas de duración con una bebida conteniendo 4,2 gramos de Fibersol-2 demostró como el número de defecaciones y la cantidad fecal se incrementaron en sujetos con tendencias de estreñimiento sin que se observaran efectos adversos[37].

En otro estudio ciego simple y con lavado usando maltodextrina como placebo, con una semana pre-test, una semana de intervalo y 2 semanas de duración con una bebida vegetal conteniendo 5,9 gramos de Fibersol-2 demostró como el número de defecaciones y la cantidad fecal se incrementaron en sujetos con tendencias de estreñimiento sin que se observaran efectos adversos[38].

Un estudio ciego simple y con lavado usando 0 gramos como placebo, con una semana pre-test, una semana de intervalo y 2 semanas de duración con un zumo vegetal y de frutas conteniendo 4,8 gramos de Fibersol-2 demostró como el número de defecaciones y la cantidad fecal se incrementaron en sujetos con tendencias de estreñimiento sin que se observaran efectos adversos[39].

Los resultados del estudio de Abellán, muestran que Fibersol-2 mejoró el tiempo de tránsito colónico, el volumen de heces y su consistencia y algunas otras funciones intestinales en una población sana[40].

Estos efectos, ya habían sido descritos en otras publicaciones anteriores[41][42]junto aotros efectos observados con la ingesta de Fibersol-2 como la reducción de poliposis y riesgo de cáncer colo-rectal[43][44][45], la mayor saciedad tras incrementar la producción del péptido saciante YY[46][47], la reducción de la aparición de síndrome metabólico[48][49][50][51], la reducción de enfermedad inflamatoria intestinal[52][53] y las variaciones beneficiosas de la microbiota[54].

Fibersol-2 se emplea en Japón como fibra dietética desde hace más de una década. Existen en el mercado nipón 68 productos de alimentación que contienen Fibersol-2 y tienen aprobación de FOSHU (Foods for Specified Health Uses) en base al efecto laxante de fibersol-2. Las propiedades laxantes de este producto se han evaluado en más de 25 estudios humanos que muestran resultados congruentes y han sido publicados en la literatura científica japonesa. En estudios controlados (cruzados con placebo y ciegos), se han demostrado con claridad los siguientes aspectos:

  1. Aumento significativo de la frecuencia semanal de deposiciones en personas con hábito estreñido con dosis de 10 gramos/día o superiores o con dosis de 5 gramos/día, y en mujeres jóvenes sanas pero con tendencia al estreñimiento a dosis de 4,6 gramos/día. Los estudios refieren frecuencias medias entre 4 y 8 deposiciones por semana durante el periodo de tratamiento.
  2. Aumento significativo del peso de las heces. Otros estudios valoraron volumen de heces en lugar de peso de heces, utilizando para ello una escala visual (similar a la de Bristol) y unidades arbitrarias, asignadas por el propio individuo. Ambos estudios observaron incremento significativo del volumen de las heces respecto al periodo placebo con dosis de 5 y 4,6 gramos/día respectivamente. El efecto de fibersol-2 sobre el peso y volumen de las heces es debido en parte a la fracción no fermentable del producto, que se elimina en las heces (40-50% del producto).
  3. Disminución la consistencia de las heces: en los estudios clínicos que utilizaron una escala visual similar a la de Bristol, se comprobó reducción de la consistencia de las heces tanto en hombres como en mujeres, sin llegar nunca al nivel de heces acuosas o líquidas. 
  4. Mejoría del bienestar abdominal relacionado con la defecación. Los estudios en voluntarios y en personas con estreñimiento han identificado mejoría significativa de bienestar abdominal post-defecación durante el tratamiento con 5 gramos/día en relación al período placebo.

No se han descrito efectos adversos, particularmente diarrea, ni a dosis incluso 5 veces superiores a las recomendadas[55].

Bididobacterium lactis

El intestino humano es el hábitat natural de una población numerosa, variada y dinámica de microorganismos, que se han adaptado a la vida en las superficies mucosas o en la luz del intestino. La microflora o microbiota incluye especies nativas, que se adquieren durante el primer año de vida y colonizan permanentemente el tracto gastrointestinal, y una serie variable de microorganismos vivos en tránsito que se ingieren del ambiente a través alimentos, bebidas, etc. La mayor parte de las bacterias que integran la microbiota humana se albergan en el colon, donde el tiempo de tránsito es lento y se brinda a los microorganismos la oportunidad de proliferar fermentando los sustratos disponibles derivados de la dieta y la secreción de moco.

La gran biodiversidad de especies dentro del ecosistema intestinal facilita la vida y el desarrollo del conjunto, que incluye a las comunidades bacterianas y al anfitrión. La presencia de la microflora no es imprescindible para la vida, pero sí tiene un impacto importante en la fisiología del anfitrión. Los mamíferos criados en condiciones de estricta asepsia, no adquieren su flora natural y tienen un desarrollo anormal: hay deficiencias en el aparato digestivo (pared intestinal atrófica, motilidad enlentecida, tránsito intestinal muy alargado), metabolismo de bajo grado (corazón, pulmones e hígado de bajo peso, con gasto cardíaco bajo, baja temperatura corporal y cifras elevadas de colesterol en sangre), y sistema inmune inmaduro (niveles bajos de gamma-globulinas, sistema linfático atrófico, número de linfocitos reducido, etc.).

Los estudios con colonización intestinal controlada han permitido identificar tres funciones primarias de la microflora intestinal:

  1. Nutrición: La diversidad de genes en la comunidad microbiana proporciona enzimas y vías metabólicas que son distintas de los propios recursos constitutivos del anfitrión. La fermentación bacteriana de hidratos de carbono es una importante fuente de energía en el colon y produce ácidos grasos de cadena corta que el anfitrión puede absorber. Esto se traduce en recuperación de energía de la dieta y favorece la absorción de iones (Ca, Mg, Fe) en el ciego. La función nutritiva de la flora también incluye la producción de vitaminas (K, B12, biotina, ácido fólico y pantoténico) y la síntesis de aminoácidos.
  2. Protección: La función defensiva de la microflora incluye el efecto ‘barrera’, por el que las bacterias que ocupan un espacio o nicho ecológico impiden la implantación de bacterias extrañas al ecosistema. Además, la comunidad microbiana impide el sobrecrecimiento de bacterias oportunistas que están presentes en el intestino pero con proliferación restringida.
  3. Función trófica: Las bacterias intestinales controlan la proliferación y diferenciación de las células epiteliales. En las criptas colónicas de animales criados en condiciones de estricta asepsia se observa una disminución del ‘turn-over’ de células epiteliales en comparación con animales control colonizados por flora convencional. Las bacterias estimulan el desarrollo de la musculatura intestinal y condicionan el patrón normal de motilidad, ausente en los animales ‘germ-free’.  Por último, el desarrollo del sistema inmune depende en gran parte de la microflora intestinal. En los animales ‘germ-free’, la presencia de linfocitos en la mucosa intestinal es escasa y los niveles de inmuno¬globulinas circulantes en plasma son anormalmente bajos.

El conocimiento científico de los efectos derivados de la interacción entre microbiota y anfitrión está proporcionando información muy útil para mejorar la relación de simbiosis. Hay ya muchos estudios de investigación básica y aplicada sobre los efectos beneficiosos de la intervención nutricional sobre la microbiota, bien mediante bacterias vivas con capacidad de producir beneficios concretos en la salud del individuo (probióticos), o bien mediante productos que favorecen el desarrollo y crecimiento de bacterias beneficiosas en la luz intestinal (prebióticos). La definición de prebiótico fue propuesta por Gibson y Roberfroid en 1995 que aplicaron este término a los ingredientes no digeribles de la comida que promueven selectivamente el crecimiento y la actividad de un número limitado de especies bacterianas beneficiosas para la salud.

Los prebióticos más estudiados son polímeros no hidrolizables por enzimas humanos, transitan intactos por el intestino delgado y no se absorben, de modo que llegan al colon sin modificación alguna en su estructura química. Solamente las bífidobacterias de la flora autóctona, y también algunas especies del género lactobacilo, poseen los recursos enzimáticos adecuados para hidrolizar esos polímeros y consumir los monosacáridos por fermentación anaerobia. Esta ventaja metabólica les brinda la oportunidad de proliferar de modo selectivo gracias al aporte de energía específico que consiguen de dichos sustratos[56][57][58][59][60][61].

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los probióticos son microorganismos vivos que, suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo[62]. El efecto de los probióticos sobre el estreñimiento ha sido muy estudiado en los últimos años. Los probióticos podrían contribuir a una mejora de la flora intestinal en quienes padecen estreñimiento y promover así una mejoría de los movimientos intestinales. Las especies de Bifidobacterium han sido las más estudiadas[63][64].

Numerosos estudios demuestran que la adición de probióticos a la dieta puede contribuir a disminuir el estreñimiento, afección en la que el número de deposiciones es menor a tres veces por semana, asociado a heces duras o difíciles de evacuar, dolor y distención abdominal. Las investigaciones muestran que el beneficio sobre el estreñimiento puede ser provisto por distintas cepas, sin embargo, se observan diferencias en la población en la cual logran el efecto favorable así como, en el indicador de cambio a nivel digestivo (número de deposiciones, consistencia de heces, dolor, entre otras)[65][66][67].

En 2014 se publicaron dos completas revisiones de la literatura científica y metaanálisis sobre el tema que demostró que el uso de probióticos se relaciona con una reducción significativa del tiempo de tránsito intestinal (12,4 horas de media) y con una mayor frecuencia de deposiciones. Los probióticos mejoran también la consistencia de las heces. La cepa relacionada con estos efectos beneficiosos fue, en particular, la Bifidobacterium lactis[68][69].

Los estudios publicados muestran efectos positivos en la frecuencia de la evacuación intestinal, mejora la consistencia de las heces y disminuye el dolor abdominal. Específicamente, se relaciona con el aumento en el volumen de las heces y en la frecuencia de evacuación, así como, en una reducción significativa del hedor, y la aparición de formas más blandas de las mismas[70][71].

Varios estudios han demostrado que Bifidobacterium animalis subsp. lactis HN019 mejora el estreñimiento idiopático crónico al mejorar la frecuencia del movimiento intestinal en adultos con baja frecuencia de deposiciones[72] y, además, reduce el tiempo de tránsito intestinal total[73] y la frecuencia de los síntomas funcionales gastrointestinales en adultos[74]. Posiblemente su acción sobre la motilidad sea modificarla al promover la propagación de la amplitud contráctil e inhibiendo la no propagación, demostrando también una actividad procinética consistente con la reducción del estreñimiento[75].

 

Los productos que contienen fibra dietaria tienen un efecto aditivo en el estreñimiento comparado con aquellos que sólo contienen el probiótico y, en consecuencia, la evidencia científica actual muestra el beneficio de utilizar cepas probióticas en el manejo del estreñimiento, aún más si se adiciona fibra dietaría (simbiótico)[76]. Esto es particularmente importante en el caso de Fibersol-2 que estimula el crecimiento de la microbiota colónica (al fermentar lentamente) y, particularmente, las Bifidobacterias, teniendo, además, un importante impacto sobre la riqueza bacteriana de la microbiota.

El término “simbiótico” se refiere a un producto alimenticio que contiene, en forma combinada, probióticos y prebióticos, los cuales pueden actuar en forma sinérgica para modular la microbiota (flora) intestinal del consumidor e impactar positivamente sobre su salud[77].

Así pues, en resumen, la combinación simbiótica de Fibersol-2 y Bifidobacterium lactis es capaz de:

  1. Mejorar la función del intestino grueso:
    1. Regulan el número de deposiciones: más de tres por semana y menos de tres al día.
    2. Normalizan la consistencia de las heces.
    3. Proporcionan bienestar abdominal: satisfacción postevacuadora.
  2. Mejoran la calidad del ecosistema bacteriano intestinal:
    1. Aumentan la actividad fermentativa o sacarolítica.
    2. Aumentan el número de bifidobacterias y lactobacilos.

Además, el consumo de estas fibras puede producir otros beneficios adicionales, que han sido comprobados científicamente.

 



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Adaptógeno

 

El concepto de adaptógeno ya tiene más de 60 años y ha sido revisado a fondo en relación con la fisiología, la farmacología, la toxicología y los posibles usos en la medicina y la farmacosanación[1]. Originalmente definidas como sustancias "que aumentan la resistencia a un amplio espectro de factores dañinos (estresantes) de diferente naturaleza física, química y biológica"[2], los adaptógenos se consideran "reguladores metabólicos, que aumentan la capacidad de un organismo para adaptarse a los factores ambientales y evitar el daño causado por dichos factores"[3]. Algunas plantas adaptogénicas han sido utilizadas en la medicina tradicional china y en el Ayurveda durante siglos para promover la salud física y mental, mejorar los mecanismos de defensa del cuerpo y aumentar la longevidad.  El concepto reduccionista de una visión de la acción de los medicamentos basada en un solo receptor[4] parece ser insatisfactorio para los adaptógenos. El mecanismo ortésico o modelo alostérico permisivo de antagonismo agonista-dependiente, tal como se aplica a la teoría del receptor de la acción del fármaco, está limitado por la suposición de que sólo un receptor está involucrado en la actividad farmacológica de los adaptógenos. Además, estos modelos no consideran la posibilidad de que los adaptógenos modulen la expresión del receptor a través de otros mecanismos. Sin embargo, los adaptógenos exhiben una acción multiobjetivo y el uso compartido de un número de receptores diferentes, incluyendo receptores para corticosteroides, mineralocorticoides, progestina, estrógeno, serotonina (5-HT), N-metil-d-aspartato, y acetilcolina nicotínica, receptores tirosina cinasas, y muchos receptores G acoplados a la proteína[5].  Por lo tanto, la posibilidad de que numerosas interacciones en red molecular (con regulación de la retroalimentación de los sistemas neuroendocrino e inmunológico) contribuyan a la respuesta farmacológica general y den lugar a un antagonismo dependiente de los agonistas es la más adecuada para comprender los mecanismos de acción de los adaptógenos. Por lo tanto, la farmacología de los adaptógenos es un ejemplo típico de la farmacología en red[6][7].  La farmacología en red tiene el potencial de proporcionar tratamientos para enfermedades complejas, afecciones crónicas y síndromes, incluyendo su evolución fisiopatológica, donde los enfoques convencionales a menudo han sido decepcionantes[8][9][10]. Las respuestas al estrés adaptativo incluyen varias etapas e involucran múltiples redes moleculares en las que los receptores interactúan con los adaptógenos.

Withania somnifera, también conocida como Ashwagandha, ginseng indio y cereza de invierno, ha sido una hierba importante en los sistemas médicos ayurvédicos e indígenas durante más de 3.000 años. Históricamente, la planta se ha utilizado como afrodisíaco, tónico hepático, agente antiinflamatorio, astringente y, más recientemente, para tratar bronquitis, asma, úlceras, emaciación, insomnio y demencia senil. Los ensayos clínicos y la investigación en animales apoyan el uso de Ashwaganda para la ansiedad, los trastornos cognitivos y neurológicos, la inflamación y la enfermedad de Parkinson. Las propiedades quimiopreventivas de Ashwaganda lo convierten en un complemento potencialmente útil para los pacientes que se someten a radiación y quimioterapia. Ashwaganda también se utiliza terapéuticamente como un adaptógeno para pacientes con agotamiento nervioso, insomnio y debilidad debido al estrés, y como estimulante inmunológico en pacientes con recuentos bajos de glóbulos blancos.

Ashwagandha es un pequeño arbusto leñoso de la familia de las Solanáceas que crece unos dos pies de altura. Se puede encontrar creciendo en África, el Mediterráneo y la India. Como resultado de este amplio rango de crecimiento, existen considerables variaciones morfológicas y quimiotípicas en términos de especies locales. Sin embargo, los alcaloides primarios de las especies silvestres y cultivadas parecen ser los mismos. Las raíces son la parte principal de la planta utilizada terapéuticamente. Los frutos de color rojo brillante se cosechan a finales del otoño y las semillas se secan para plantarlas en la primavera siguiente.

El porcentaje de alcaloides en las raíces oscila entre 0,13 y 0,31%. Las raíces de Withania somnifera son de naturaleza alterativa, afrodisíaca, desobstruyente, diurética, narcótica, sedante y restauradora. La actividad farmacológica de la raíz se atribuye a los alcaloides y esteroides lactonas. Se ha informado de que el contenido total de alcaloides en las raíces de los tipos indios varía entre 0,13 y 0,3, aunque en otros lugares se han registrado rendimientos muy elevados (hasta el 4,3%). Muchos alcaloides bioquímicos heterogéneos, incluyendo colina, tropanol, pseudotopanol, cuscocina, 3- tigioyloxytropana, isopelletierina y varias otras lactosas esteroides. Se han aislado 12 alcaloides, 35 withanolides y varios sitoindósidos de las raíces de la planta. Un sitoindósido es un componente biológicamente activo conocido como withanolide que contiene una molécula de glucosa en carbono 27. La actividad farmacológica del ginseng indio se ha atribuido a dos withanolides principales, con ohaferina A y withanolide D. Se ha informado que la withaferina A es terapéuticamente activa con withanolide presente en las hojas. Además de alcaloides, las raíces contienen almidón, azúcares reductores, glucósidos, dulcitol, lápiz, un ácido y un compuesto neutro. Los aminoácidos reportados desde las raíces incluyen ácido aspártico, glicina, tirosina, alanina, ácido glutámico y cisteína[11].

Los efectos cerebrales de Ashwagandha sobre el cerebro son a partir de  GABA y tiene actividad mimética con efecto ansiolítico; inhibiendo la colinesterasa y por lo tanto reteniendo acetilcolina por más tiempo; disminución de la tolerancia a los efectos analgésicos de la morfina e inducción del crecimiento del axón y de la dendrita, resultando en la regeneración de la neuritis y la reconstrucción sináptica.

Los withanolides sirven como precursores hormonales importantes que pueden convertirse en hormonas fisiológicas humanas según sea necesario. Se cree que Ashwagandha es anfotérico; es decir, puede ayudar a regular procesos fisiológicos importantes. La teoría es que cuando hay un exceso de cierta hormona, el precursor de la hormona vegetal ocupa los sitios receptores de la membrana celular de modo que la hormona real no puede adherirse y ejercer su efecto. Si el nivel hormonal es bajo, la hormona vegetal ejerce un pequeño efecto. Ashwagandha también se considera un adaptógeno, que facilita la capacidad de resistir a los factores estresantes, y también tiene propiedades antioxidantes. Otros estudios han demostrado que la Ashwaganda tiene un efecto inmunoestimulador.

En un estudio en animales que evaluó las acciones ansiolíticas y antidepresivas de Ashwagandha en comparación con los productos farmacéuticos comúnmente prescritos, se administró un extracto de la raíz por vía oral a las ratas una vez al día durante cinco días. Los resultados se compararon con un grupo administrado con lorazepam benzodiazepina para la actividad ansiolítica y con el antidepresivo tricíclico imipramina para la investigación de antidepresivos. Tanto el grupo de Ashwagandha como el grupo de lorazepam demostraron niveles cerebrales reducidos de un marcador de ansiedad clínica. Ashwagandha también mostró un efecto antidepresivo comparable al inducido por la imipramina en las pruebas de "desesperación conductual" e "impotencia aprendida" inducidas por la natación forzada[12]. Otros estudios similares confirman estos resultados, dando apoyo al uso de Ashwagandha como un adaptógeno antiestrés[13][14][15].

El estrés crónico puede resultar en un número de condiciones fisiológicas adversas incluyendo déficit cognitivo, inmunosupresión, disfunción sexual, ulceración gástrica, irregularidades en la homeostasis de la glucosa, y cambios en los niveles de corticosterona en plasma. En un modelo de rata de estrés crónico se compararon los extractos de Withania somnifera y Panax ginseng por su capacidad para atenuar algunos efectos del estrés crónico. Ambos productos botánicos fueron capaces de disminuir el número y la gravedad de las úlceras inducidas por el estrés crónico, revertir la inhibición inducida por el estrés crónico del comportamiento sexual masculino e inhibir los efectos adversos del estrés crónico sobre la retención de las tareas aprendidas. Ambos botánicos también revirtieron la inmunosupresión inducida por el estrés crónico, pero sólo el extracto de Withania aumentó la actividad de los macrófagos peritoneales en las ratas. La actividad del extracto de Withania fue aproximadamente igual a la actividad del extracto de Panax ginseng. Withania somnifera, sin embargo, tiene una ventaja sobre el Panax ginseng en el sentido de que no parece provocar el síndrome de abuso de ginseng, una afección caracterizada por presión arterial alta, retención de agua, tensión muscular e insomnio[16].

Las raíces de la planta Withania somnifera Dunal (familia, Solanaceae), conocida como Ashwagandha en Ayurveda se clasifican como rasayanas, un grupo de medicamentos derivados de plantas que tienen fama de promover la salud y la longevidad al aumentar las defensas contra las enfermedades, detener el proceso de envejecimiento, revitalizar el cuerpo en condiciones debilitadas, aumentar la capacidad del individuo para resistir los factores ambientales adversos y crear una sensación de bienestar mental[17].

Las propiedades atribuidas a las rasayanas ayurvédicas son notablemente similares a las que se dice que están presentes en los adaptógenos que parecen aumentar la resistencia inespecífica del cuerpo contra diversos factores estresantes y ayudar a promover los estados físicos y mentales del individuo[18].

Varias investigaciones anteriores han indicado que Withania somnifera tiene un perfil de actividad que está en consonancia con la actividad antiestrés y antioxidante. Así, Withania somnifera, o sus principales principios activos, tienen acciones antiinflamatorias, antitumorales y de sensibilización radioactiva y suprimen la toxicidad por ciclofosfamida[19][20][21][22].

Asimismo, se ha demostrado que los principios activos de Withania somnifera, que comprenden los sitoindósidos VII-X y Withaferin-A, tienen una actividad antiestrés significativa contra modelos agudos de estrés experimental, acciones inmunomoduladoras, inhibición de los déficits cognitivos en modelos animales de la enfermedad de Alzheimer, actividad antioxidante en áreas cerebrales de ratas y acción ansiolítica-antidepresiva en ratas[23][24][25][26][27][28].

También se informó que Withania somnifera tiene efectos significativos sobre las funciones de los neurotransmisores del cerebro de las ratas[29]. Un estudio, usando un modelo experimental de estrés crónico, reportó que hubo un agotamiento significativo de las enzimas oxidantes de barrido de radicales libres y un aumento en la peroxidación de lípidos en la corteza frontal de las ratas y en el estriado que podría revertirse mediante la administración subcrónica de glicocowithanolides de Withania somnifera[30].

Estudios recientes han demostrado que el estrés crónico impredecible, similar al utilizado en la presente investigación, puede inducir intolerancia a la glucosa, úlceras gástricas, aumento de los niveles de corticosterona en plasma, depresión conductual, déficits cognitivos, disfunción sexual masculina e inmunosupresión, asociadas con un aumento del estrés oxidativo y perturbaciones significativas en los niveles de monoamina en diferentes áreas del cerebro de ratas[31][32][33].

Estos efectos fisiológicos y bioquímicos del estrés crónico fueron inhibidos por una formulación poli-herbal que contiene Withania somnifera. Se ha postulado que el estrés está involucrado en la etiopatogénesis de una gran variedad de enfermedades, que van desde trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad, la inmunosupresión, los trastornos endocrinos como la diabetes mellitus, la disfunción sexual masculina, las disfunciones cognitivas, la úlcera péptica, la hipertensión y la colitis ulcerosa. Los ansiolíticos benzodiazepínicos, a pesar de tener una actividad antiestrés significativa contra modelos agudos de estrés, no han demostrado ser efectivos contra los efectos adversos inducidos por el estrés crónico sobre la inmunidad, el comportamiento, la cognición, la úlcera péptica y la hipertensión. Además, estos fármacos tienen efectos adversos sobre el feto durante el embarazo y sobre el recién nacido durante la lactancia[34][35][36].

El Panax ginseng ha sido ampliamente utilizado como un adaptógeno para la terapia de los trastornos de estrés. Sin embargo, ahora se sabe que induce varios efectos adversos como el "síndrome de abuso de ginseng" en el uso prolongado[37]. Dado el creciente reconocimiento de que el estrés crónico, particularmente cuando el individuo es incapaz de lidiar con el factor estresante, puede subyacer a la creciente incidencia de trastornos físicos y mentales relacionados con el estrés, existe la necesidad de un adaptógeno antiestrés efectivo. La respuesta probablemente se encuentra en los rasayanas ayurvédicos, el más prometedor de los cuales es Withania somnífera.

La actividad ansiolítica y antidepresiva del extracto de raíz de alcohol y glicowitanolides aislados, sitoindósidos, y withaferin A ha sido demostrada en modelos animales de depresión y ansiedad. El extracto de raíz de Withania somnifera produce sedación, reducción de la actividad locomotora, potenciación del sueño inducido por tiopentistas, reducción de catecolaminas y acetilcolina con un aumento de la histamina y la serotonina en el tejido cerebral de ratones, y un retraso en las convulsiones inducidas por semicarbazida y pentilenetetrazol[38][39].

Es posible que la actividad GABAérgica sea el mecanismo para mejorar las disfunciones de la señalización GABAérgica, como en los trastornos de ansiedad e insomnio[40]. Siete estudios clínicos han descrito a Withania somnifera como un adaptógeno seguro y efectivo para el tratamiento de afecciones neuropsiquiátricas relacionadas con el estrés: ansiedad y trastorno bipolar.

Se han descrito los efectos ansiolíticos de cinco preparados de Withania diferentes de cinco estudios clínicos con un total de 157 pacientes. Tres de estos fueron ensayos doble ciego, aleatorios controlados con placebo, con puntuaciones de calidad de 2 a 3 de 5. Las limitaciones de los estudios incluyen detalles insuficientes con respecto a la preparación del extracto, la administración del tratamiento y los procedimientos de asignación al azar. El mejor estudio (puntuación de calidad 4), un ECA doble ciego de 8 semanas, utilizó un extracto de agua, 250-500 mg/día de Withania (Sensoril), en 60 sujetos con trastorno bipolar[41]. En comparación con los sujetos de control, los sujetos que tomaron Withania somnifera tuvieron un rendimiento significativamente mejor en tres tareas cognitivas: amplitud de dígitos hacia atrás (P=0,035), tiempo de respuesta neutral de los flancos (P=0,033) y respuesta cognitiva social de la prueba de agudeza emocional de Penn (P=0,045). Otras pruebas cognitivas no fueron significativamente diferentes entre los grupos. Los eventos adversos fueron similares en ambos grupos. Estos resultados alentadores necesitan ser confirmados en ensayos clínicos de productos estandarizados.

Un estudio prospectivo, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo examinó la seguridad y eficacia de una alta concentración de extracto de espectro completo (KSM-66) de raíz de Ashwagandha para reducir el estrés y la ansiedad en 64 adultos con antecedentes de estrés crónico. El estudio demostró que el extracto de Ashwagandha KSM-66 redujo significativamente las sensaciones de estrés, depresión, ansiedad e incrementó significativamente el bienestar general después de 60 días en base a tres conjuntos diferentes de escalas de estrés (p< 0.0001).  Además, hubo una disminución estadísticamente significativa en los niveles de cortisol en suero después de 60 días (p< 0,0006). Hubo unos pocos informes de efectos adversos tanto en el grupo de placebo como en el de tratamiento, como náuseas, estreñimiento y somnolencia. La dosis de KSM-66 Ashwagandha fue de 600 mg estandarizada a por lo menos 5% de withanolides[42].

Un ensayo similar doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo evaluó la seguridad y eficacia de un extracto estandarizado de raíz de Ashwagandha para el control del peso corporal en 52 adultos que experimentaban estrés crónico. KSM- 66 La raíz Ashwagandha fue efectiva para disminuir varios síntomas psicológicos y físicos de estrés crónico. Hubo cambios estadísticamente significativos desde el inicio hasta las cuatro y ocho semanas en las medidas de resultado primarias, como varias puntuaciones del cuestionario, niveles séricos de cortisol, peso corporal e índice de masa corporal (IMC). La disminución del IMC y del peso corporal puede ser el resultado de la disminución de los niveles de cortisol, ya que no se evaluó el historial de la dieta. La reducción de la puntuación de estrés percibido (PSS) 5 fue del 22,1% en la cuarta semana (p = 0,0025) y del 32,7% en la octava semana (p < 0,0001). La diferencia entre las reducciones medias de los niveles séricos de cortisol en los grupos de tratamiento y de placebo se observó después de la cuarta semana (p = 0,0328) y la octava semana (p = 0,0019) de tratamiento. Sin embargo, no hubo cambios positivos estadísticamente significativos con respecto al valor inicial de la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la frecuencia del pulso[43].

Un estudio doble ciego controlado por placebo examinó la eficacia de 500 mg de Ashwagandha en 39 pacientes diagnosticados con trastorno de ansiedad ICD-10. A las seis semanas, varios pacientes más cumplieron con los criterios de respuesta ansiolítica en el grupo de fármacos (88,2%) en comparación con el grupo de placebo (50%), lo que fue estadísticamente significativo (p < 0,026). La hierba fue bien tolerada y no causó más efectos adversos que el placebo[44].

Un estudio prospectivo, doble ciego, multidosis, controlado con placebo, cruzado con 26 hombres sanos, de 20 a 35 años de edad, a quienes se les dio dos cápsulas dos veces al día, por la mañana y por la noche, para evaluar el efecto del extracto acuoso estandarizado de Withania somnifera en las pruebas de rendimiento cognitivo y psicomotor en participantes humanos sanos. El estudio mostró una mejora significativa en el tiempo de reacción en 5 de las 6 pruebas de rendimiento psicomotor. Withania somnifera aporta cambios significativos en las funciones neurológicas de referencia, ya que los Sitoindósidos VII- X y la Withaferina A (glicovitanolidos) aumentan la capacidad de la acetilcolina cortical muscarínica, con una modulación de la neurotransmisión colinérgica[45].

Un estudio clínico comparativo doble ciego controlado por placebo de los efectos de Withania somnifera, Panax ginseng y placebo sobre el desempeño psicomotor en 30 participantes sanos concluyó que hubo una mejoría significativa en la función sensomotora, el tiempo de reacción auditiva y la capacidad aritmética mental[46].

Los diversos trabajos de investigación muestran que el estrés es la causa de muchas enfermedades que amenazan la vida. Por lo tanto, con el apoyo de los diferentes estudios mencionados anteriormente, Ashwaganda puede ser utilizado eficazmente para prevenir las complicaciones de las reacciones de estrés a través de su actividad adaptogénica. El alcance de la eficacia de Ashwaganda puede extenderse a muchas enfermedades inducidas por el estrés, como los trastornos del estado de ánimo, las enfermedades autoinmunes, los trastornos del estilo de vida, los trastornos endocrinos e incluso la malignidad.

Recientemente se ha realizado un estudio con un extracto acuoso estandarizado de las raíces y hojas de Withania somnifera para examinar el impacto de la suplementación en las adaptaciones de entrenamiento de fuerza demostrándose que una dosis de 500 mg mejora la fuerza de la parte superior e inferior del cuerpo, apoya una distribución favorable de la masa corporal y es bien tolerada clínicamente en hombres recreativamente activos durante un período de entrenamiento y entrenamiento de resistencia de 12 semanas[47].

Ashwagandha es generalmente seguro cuando se toma en el rango de dosis prescrito[48]. Se ha demostrado que las dosis mayores causan malestar gastrointestinal, diarrea y vómitos. Una dosis típica de Ashwagandha es de 3-6 gramos diarios de la raíz seca, 300-500 mg de un extracto estandarizado que contiene 1,5 por ciento de withanolides, o 6-12 ml de un extracto fluido 1:2 por día.

 



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