Simón de Trento

Simon of Trent

Autor: Silvia ALFONSO CABRERA silviaalfonso@ucm.es

Palabras clave: libelo de sangre, judíos, infanticidio.

Keywords: iconography, blood libel, Jews, infanticide.

Fecha de realización de la entrada: 2018

Cómo citar esta entrada: ALFONSO CABRERA, Silvia (2018):"Simón de Trento" Base de datos digital de Iconografía Medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: www.ucm.es/bdiconografiamedieval/simon-trento

© Texto bajo licencia Creative Commons "Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International" (CC BY-NC-ND 4.0)


El martirio de San Simón de Trento. Hartmann Schedel. Crónicas de Núremberg, BSB: Rar. 287, fol. 255, 1493. Biblioteca Estatal de Baviera.


Abstract

 

Simon of Trent, also known as Simeon, was a child who died in the Italian city of Trento at Easter of 1475.  He was the victim of a supposed ritual murder committed by a group of Jews. This happened in the context of the blood libels that took place in Europe during the late Middle Ages.

From an iconographic point of view, the most common representation of this “holy child” is related to his own martyrdom, in which he appears naked and abused by his kidnappers. The Jews responsible for his torture are usually caricatured with exaggerated physical traits.


Estudio iconográfico

 

Simón de Trento o Simonino di Trento, fue un niño que murió en la Pascua del año 1475, en la ciudad italiana de Trento, víctima de un supuesto asesinato ritual perpetrado por un grupo de judíos, en el contexto de los libelos de sangre cometidos en la Baja Edad Media europea.

La historia del crimen de San Simonino puede reconstruirse a través del juicio llevado a cabo contra la comunidad judía local, en el que se narraron los hechos con todo detalle. Simón, de dos años y medio, desapareció la tarde del Jueves Santo de 1475, encontrándose su cuerpo sin vida el domingo de Pascua del mismo año. El niño apareció en un canal de agua, junto a la única casa habitada de la zona, en la que convivían quince judíos. El objetivo de este homicidio no era otro que recoger la sangre del pequeño para fines místicos, como relatan otros tantos asesinatos rituales en la Europa coetánea. Los supuestos culpables del delito-los quince judíos antes mencionados- fueron castigados, torturados y finalmente quemados. En el año 1588, Simón de Trento fue canonizado por Sixto V. Siglos más tarde, en el marco del Concilio Vaticano II (1965), se revisó el juicio de San Simonino, dictaminando la inocencia de los judíos implicados en el caso, así como la prohibición a venerar las reliquias del santo niño o la celebración de misas en su honor.

El episodio debe contextualizarse en un momento de intolerancia hacia la comunidad hebraica en toda Europa. En el caso de Italia, donde se desarrolla este suceso, las predicaciones antisemitas de Bernardino da Feltre, o la posición radical del obispo Giovanni Hinderbach, propiciaron un ambiente de tensión y odio exacerbado hacía la comunidad judía.

Esta historia guarda ciertas similitudes con otras tantas que sucedieron por otros territorios europeos. En Inglaterra, se popularizó el culto a la figura del niño Guillermo de Norwich, asesinado de forma ritual por varios judíos en 1144. Un siglo después, en 1255, conocemos la historia similar de otro niño, Hugo de Lincoln, fallecido en parecidas circunstancias. En España, también contamos con algunas leyendas relacionadas con crímenes rituales de niños de corta edad a manos de judíos. Uno de los santos niños más venerado fue Dominguito del Val, un niño de siete años natural de Zaragoza, asesinado en 1250, cuya primera comunicación sobre el caso nos llega bien entrado el siglo XVI, por lo que parece tratarse de una elaboración posterior cuyo objetivo final era la santificación del niño mártir. A finales del siglo XV, se produce el asesinato del llamado Santo Niño de la Guardia, siendo procesados y quemados vivos por la Inquisición varios judíos envueltos en el luctuoso asunto.

Las representaciones que encontramos sobre este asunto se concentrarán principalmente en la segunda mitad del siglo XV, siendo algunas de estas figuraciones prácticamente coetáneas al desarrollo de la propia leyenda. Geográficamente, la mayor concentración de imágenes se da en Italia, dado el carácter local del santo, aunque bien es cierto que la difusión de su calvario se extendió por toda Europa, llegando a regiones alemanas y de Centroeuropa, y en ocasiones sirviendo de ejemplo para ilustrar los “libelos de sangre”, como vemos en las Crónicas de Núremberg, realizado por el humanista alemán Hartmann Schedel en 1493.

Los soportes en los que el tema es representado son muy variados, aunque prevaleciendo su imagen en la pintura mural de iglesias italianas. También encontramos su representación en grupos escultóricos, aunque de forma muy marginal, así como en el ámbito del libro ilustrado, con la ya mencionada Crónica de Núremberg. En el siglo XVI, la difusión de su imagen se llevará a cabo a través del grabado.

Desde el punto de vista iconográfico, la representación más común del santo niño es la de su martirio, en la que aparece desnudo y sostenido por sus captores, mientras estos le infligen toda serie de tormentos. Los judíos, causantes de la tortura del niño, son figurados de manera caricaturesca, con rasgos físicos muy toscos y pronunciados. En ocasiones aparecen también representados los instrumentos del sacrificio, en una clara alusión a la Pasión de Cristo. Menos frecuente es la representación de Simonino como santo triunfante, bien solo, o acompañado de otros mártires. En este caso, el niño aparece portando un estandarte como símbolo de la victoria de la fe y una palma. Este último elemento, en algunas imágenes, es sustituido por alguno de sus instrumentos de tortura. En ambas representaciones, el niño se muestra desnudo- en ocasiones con un paño de castidad tapando sus genitales- y llagado, mostrando de forma explícita las lesiones de su martirio.


Selección de obras de arte

 

  1. San Simonino de Trento con los instrumentos de su martirio. Ca. 1460. Fresco. Iglesia de Santa Maria Annunciata, Bienno, Lombardía.
  2. Virgen en trono con el Niño, el Santo Simonino, y los santos Benito, Esteban y Lucía. Ca. 1510. Fresco. Monasterio de San Pietro in Lamosa, Brescia. Lombardía.
  3. Martirio del beato Simonino. Taller de Daniel Mauch. Ca. 1505-1515. Madera policromada. Museo diocesano tredentino, Trento.
  4. El martirio de San Simón de Trento. Ca. 1500. Fresco. Iglesia de Santa María Rotonda, Pian Camuno, Val Camonica, Brescia.
  5. Historia de San Simón de Trento.
  6. El martirio de San Simón de Trento. Hartmann Schedel. Crónicas de Núremberg, BSB: Rar. 287, fol. 255, 1493. Biblioteca Estatal de Baviera.

Bibliografía básica

 

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