Ex libris del Marqués de Aubais.
El libro tuvo hasta la invención de la imprenta el mismo valor que cualquier otro objeto artístico, de ahí el interés de los miembros de la nobleza por su coleccionismo y conservación, así como por su embellecimiento a través de hermosas encuadernaciones marcadas con el escudo de su linaje. La armonía entre las armas y las letras se hace manifiesta en las bibliotecas de los nobles, como ejemplo el palacio de Guadalajara de la casa del Infantado. Una rica colección de armas para el tiempo de las batallas al servicio del rey y una variada biblioteca donde descansar e ilustrarse en los periodos de paz. Estas colecciones de libros del siglo XVI se incrementaron con el paso de los siglos, y poseer una biblioteca se convirtió en un elemento más de prestigio entre la nobleza. La biblioteca se convierte para el noble erudito en reflejo de su exquisita formación y en lugar de estudio, descanso y contemplación
Ejemplos de lo que debieron ser las bibliotecas de nobles tenemos muchos en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid. De las que contamos mayor número de ejemplares son las de la casa de Osuna, la de las condesas del Campo Alange y la condesa de Bornos, seguidas de lejos por los libros de los duques de Uceda y del Infantado, los condes de Toreno y de Peñaranda, el duque de Medina de las Torres y el marqués de Priego, entre otros. En cuanto a las fechas en que se crearon esas colecciones de libros, predominan las del siglo XVII, como las del político y hombre de estado Gaspar de Bracamonte y Guzmán, conde de Peñaranda, la del cortesano y mecenas Ramiro Núñez de Guzmán, duque de Medina de las Torres, la de militar Fadrique Álvarez de Toledo y Ponce de León, marqués de Villafranca y duque de Fernandina y la de Juan Francisco Pacheco Téllez Girón, duque de Uceda. Las bibliotecas de las casas de Osuna e Infantado comenzaron su historia en el siglo XVI hasta alcanzar su unión y poco después su cenit en el siglo XIX. De este siglo podemos destacar también las bibliotecas de la V condesa de Campo Alange, de la condesa de Bornos y la del político Francisco de Borja Queipo de Llano y Gayoso de los Cobos, conde de Toreno.
La nobleza europea está también representada con libros que pertenecieron a políticos, militares y hombres de estado poseedores de títulos nobiliarios, quienes compaginaron obligaciones con su interés por las ciencias o el arte, siendo muchos de ellos eruditos, políglotas, viajeros y coleccionistas, de ahí unas bibliotecas abundantes en fondos y variadas en su temática. Se exponen ejemplares que pertenecieron a Hieronymus Beck von Leopoldsdorf, Peter Wok von Rosenberg, Armand Jean du Plessis, cardinal duc de Richelieu, Louis-Henri de Loménie, comte de Brienne, Louis César de Crémeaux, Marquis d'Entragues, Adrien-Maurice de Noailles, comte d'Ayen y III duc de Noailles, Charles de Baschi, marquis d' Aubais, Joseph Bonnier de la Mosson y François-Florentin-Achille, baron Seillière.