Presentación del libro Homo Climaticus

 

Jose Enrique Campillo Álvarez

 

El pasado mes de marzo José Enrique Campillo Álvarez nos presentó su libro “Homo climaticus” en la Facultad de Veterinaria dentro del ciclo “Ciencia a través de los libros” promovido por la unidad de divulgación científica de la facultad (Udcvet). La presentación fue realizada por María Arias, Vicedecana de Investigación, Biblioteca y Transferencia y por Amalia Díez, Vicedecana de Calidad.

 

Este libro nos ofrece un viaje desde el Big-Ban hasta nuestros días, abordando el cambio climático a partir de diferentes aspectos y, también nos muestra otras aproximaciones a lo que puede suceder en el futuro. Pone de manifiesto cómo han sido las adaptaciones fisiológicas evolutivas para hacer frente a los cambios climáticos que ha sufrido nuestra especie a lo largo del tiempo. Estas adaptaciones han influido en nuestra evolución cultural y en nuestra felicidad.

 

Durante la presentación del libro en nuestra Facultad, José Enrique subrayó que los cambios climáticos que han intervenido en la evolución de la especie humana han influido fundamentalmente en la alimentación. Hace millones de años la temperatura era muy alta y esto se acompañó de un incremento en la humedad del aire, lo que propició la aparición de selvas densas. Este fue un escenario ideal para la aparición de mamíferos.  Los primeros simios, que más tarde darían lugar a los homínidos, se alimentaban fundamentalmente de vegetales y gracias a su colon fermentativo que aprovecha la materia vegetal al máximo. Pero hace unos 5 millones de años, el clima comenzó a enfriarse, lo que hizo que las selvas estuviesen menos pobladas por vegetales y por tanto, disminuyera el principal sustento de los simios además de su principal refugio -los árboles-. A raíz de estos cambios aparecieron los primeros homínidos que eran ya bípedos, lo que les aportaba numerosas ventajas evolutivas en este nuevo escenario climático. Después de esto se perdieron los colmillos, y el primer hallazgo que nos lleva a esta conclusión data de hace 3 millones de años con el niño de Taung, lo que suponía un cambio en la masticación qué ayudo a su supervivencia de estos primeros homínidos. Posteriormente, la temperatura continuó descendiendo, lo que contribuyo al desarrollo del cerebro para poder buscar estrategias para calentarse y alimentarse. Como consecuencia se produjo un aumento del tamaño cerebral, que por cuestiones energéticas debía compensarse con la disminución de otro órgano, y en este caso fue el intestino, en particular el intestino grueso. La disminución del intestino grueso limitó la capacidad de comer vegetales del ser humano, especialmente vegetales crudos. Más tarde nació nuestra especie, coincidiendo con las glaciaciones; al final de esta época se comenzó el arte paleolítico y aparecieron los primeros ganaderos, y con ello la agricultura para alimentar al ganado. En los últimos diez mil años se han registrado cinco breves periodos de enfriamiento/calentamiento llamados eventos Bond, los cuales han dado lugar a la creación en paralelo de las grandes civilizaciones, fundamentalmente en torno a los ríos. Hace unos 2000 o 3000 años empezó el mayor desarrollo culinario con la invención de los enseres resistentes al fuego. El autor puso especial énfasis en que el cocinado supuso un salto fundamental en nuestra alimentación que influyó en la forma de vida humana. Si además comparamos cambios en el clima con hechos históricos vemos que algunos son coincidentes, por ejemplo, el boom del imperio romano, o algunas revoluciones como la francesa. El autor continuó explicándonos otras anécdotas, como por ejemplo cómo algunas poblaciones humanas adquirieron tolerancia a la lactosa, pero esto ya os lo dejamos para que lo averigüéis leyendo su libro.