Drogas, fármacos y venenos

David Sucunza

En esta cuarta entrega del Ciclo “Ciencia a través de los libros”, ciclo impulsado desde la Unidad de Divulgación Científica de la Facultad de Veterinaria (UdcVet), recibimos en esta casa a David Sucunza, autor del libro “Drogas, fármacos y venenos” y profesor del Departamento de Química Orgánica y Química Inorgánica de la Universidad de Alcalá (UAH). El acto fue dirigido por la Vicedecana de Investigación, Transferencia y Biblioteca María Arias e introducido por Juan Antonio Gilabert, profesor del Departamento de Farmacología y Toxicología de la Facultad, quien además elaboró la reseña del libro.

María Arias, David Sucunza y Juan Antonio Gilabert durante la presentación del libro “Drogas, fármacos y venenos”.

Según nos contó su autor, el libro está basado enartículos que ha publicado en revistas científicas y portales de divulgación durante más de 10 años. Para hacerlo más atractivo, David Sucunza establece un vínculo entre el descubrimiento de nuevos usos de sustancias naturales y el desarrollo de algunos acontecimientos históricos. Por ejemplo, se descubrió que la quinina que contiene la tónica tenía propiedades curativas contra la malaria. De esta forma, los jesuitas, que fueron quienes la introdujeron en Europa, “controlaron durante décadas un lucrativo negocio alimentado por la presencia de estas fiebres en buena parte de Europa”. Para contrarrestar el amargor de la tónica, ésta se mezclaba con ginebra, y así es como nace uno de los cócteles más famosos hoy en día: el gin-tonic. 


El libro, compuesto por veinticinco capítulos, trata otras curiosidades y anécdotas como qué hay detrás del fármaco más vendido de la historia -la aspirina-, qué ocurría con las anfetaminas durante la Segunda Guerra Mundial, la relación de la cocaína con la Coca-Cola o de dónde proviene el término “yonqui”.

La más que conocida Coca-Cola debe su nombre a que, hasta 1903, contenía hoja de coca, una sustancia ilegal a día de hoy. Pero no solo la Coca-Cola contenía cocaína; durante el S.XIX, hubo otras bebidas como por ejemplo el Vin Tonique Mariani, un vino macerado en hoja de coca. Sin embargo, el consumo de estas bebidas basadas en hojas de coca, así como el consumo de la propia planta, no presenta peligro de adicción ya que la cantidad de cocaína presente en ellas y su lento metabolismo la convierte en una sustancia prácticamente inocua. 

Sin embargo, las drogas, fármacos y venenos no se circunscriben únicamente a los seres humanos; su consumo también está presente entre los animales, que buscan sustancias psicoactivas en la naturaleza. En Siberia, los renos encuentran especialmente atractiva la Amanita muscaria, una seta alucinógena cuyos compuestos tóxicos no se metabolizan y se eliminan a través de la orina. Por ello, las tribus siberianas bebían de esta orina de reno porque, una vez filtrada la toxina, podían disfrutar de alucinaciones menos perjudiciales. El uso de esta seta es también una práctica habitual en ritos chamánicos de esta zona del planeta. 

 

Durante la ronda de preguntas del público, se puso sobre la mesa un debate que lleva con nosotros muchos años y que ha tomado especial relevancia a raíz de la pandemia del COVID-19: ¿cómo podemos concienciar a la sociedad de que lo natural no es necesariamente mejor que lo sintético y que el hecho de que algo sea natural no lo hace inocuo? La respuesta está en libros como este, pues la divulgación científica es una herramienta muy potente para combatir las noticias falsas y las estafas médicas impulsadas por aquellos que rechazan el pensamiento científico. 

Como viene siendo habitual en estos encuentros, la jornada finalizó con el sorteo de dos ejemplares de “Drogas, fármacos y venenos” entre los estudiantes que asistieron. 

María Arias, David Sucunza y Juan Antonio Gilabert con las alumnas ganadoras del sorteo del libro “Drogas, fármacos y venenos”.