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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 28 de marzo de 2024

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Tomás Bañuelos, el artista detrás del último filme de Fernando Trueba

Profesor del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes desde hace más de 25 años, Tomás Bañuelos creó un equipo con el que ha dibujado y esculpido todas las obras que se pueden ver en la película El artista y la modelo

Hace unos cuatro años, el director de cine Fernando Trueba comenzó a diseñar en su cabeza una película sobre un artista, en concreto un escultor. Contactó con uno de ellos, Francisco López, y este le derivó a Tomás Bañuelos, profesor del Departamento de Escultura de la Complutense.
Bañuelos recuerda que Trueba cada día se iba entusiasmado más con la idea de la película. Un filme que en principio iba a tratar sobre un escultor tallador como fue Máximo Trueba, hermano de Fernando, fallecido en 1996 en un accidente de tráfico. Casualmente Bañuelos había compartido tres cursos con Máximo en la Facultad de Bellas Artes. Trueba se interesó en un principio sobre la técnica y la problemática de la escultura y por su parte Bañuelos le hablaba de la sensualidad del modelado, sobre todo en la época en la que el director quería ambientar su película, un tiempo en el que Rodin era el gran ejemplo a seguir.
Poco a poco, Trueba fue modificando su historia y cambiando las sensibilidades de los protagonistas. Bañuelos asegura que aparte de tratar sobre un escultor, otra cosa que tenía clara Trueba era que la obra final a la que llega el artista es "La Mediterranée", de Aristide Maillol. De hecho, Trueba pagó incluso los derechos de reproducción de la obra para evitarse problemas legales.

El grupo de trabajo
Cuando finalmente Trueba decidió ponerse manos a la obra con el filme, llamó a Tomás Bañuelos para que este realizase los dibujos y esculturas que iban a aparecer en pantalla. El trabajo era bastante arduo por la cantidad de piezas a realizar, más teniendo en cuenta que algunas había que clonarlas unas cuatro veces por si había que repetir la escena.
La única condición que puso Bañuelos fue trabajar en el taller que tiene en su pueblo de la provincia de León. Tras superar las reticencias previas de la productora que quería que trabajase en Madrid, el escultor decidió crear un equipo capaz de realizar todas las piezas y dibujos. Reunió en el taller a María Iglesias, Paula Fernández, Pablo Ródenas, Adrián Vega, Aida Bañuelos, Luis Lancho, Miguel Ángel Alves y Emma García-Castellano.
Con este grupo, Bañuelos abordó el trabajo "de manera casi familiar, sin crear tensiones intentando que la obra naciera del pulso de la creación". Para ello lo primero que hicieron fue ir a la biblioteca a buscar trabajos de artistas de la época en la que transcurre la historia y lo siguiente fue trabajar con la propia actriz Aida Folch.

La modelo
La actriz debía preparar su personaje, así que se trasladó al taller en donde tuvo que "romper el pudor de la desnudez y ver qué había detrás del posado, cómo es ese compromiso con el artista". Enseguida vio Aida Folch que el grupo era totalmente profesional y que estaban habituados al trabajo con modelos, así que a la tercera pose se desnudó del todo y se sintió cómoda. Bañuelos reconoce que allí "empezaron a surgir ideas y pusimos en práctica elementos que habían sido fuente de inspiración tanto mía como de mis alumnos".
El trabajo consistió en deconstruir "La Mediterranée" para crear todo el proceso de su modelado y mostrar cómo el artista acaba llegando a esa pieza, que no surge "por generación espontánea". Y aunque para la elaboración real de la escultura se utilizaron técnicas modernas con moldes de silicona, en la película hay que dar la impresión de que el artista utilizaba las técnicas de la época. Cuenta Bañuelos que usaron palos recogidos del río para hacer la armadura, así como cuerdas de esparto, "todo con la intención de dar un aire creíble y de realidad al conjunto". También a la hora de realizar los dibujos, y pensando que se iba a rodar en blanco y negro, "había que trabajar con pinturas más contrastadas para que el efecto del color se supliera con claroscuros".
Tras ver dos veces el filme terminado, Tomás Bañuelos está muy satisfecho del trabajo realizado y considera que "la obra es casi otro actor de reparto". Por si fuera poco, su nombre y el de todo su equipo aparecen en los títulos de crédito. Lo único que le apena es que no haya sido seleccionada para representarnos en los Oscar.

 

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