El viernes 27 de enero, el Paraninfo de San Bernardo acogió la tradicional investidura de doctores con motivo de la festividad de Santo Tomás. Además de los 170 doctores que participaron en el acto, la Universidad Complutense aumentó su lista de doctores honoris causa, con la incorporación del neuropsicólogo Niels Birbaumer.

José Javier Campos Bueno, profesor del Departamento de Psicología Básica I, fue el encargado de leer la laudatio. En ella repasó la vida de Niels Birbaumer, desde su nacimiento en 1945 en Ottau, una ciudad que en el siglo XX "ha pertenecido a Austria, a Checoslovaquia, a Alemania, de nuevo a Checoslovaquia y en la actualidad se encuentra en la Republica Checa". Birbaumer estudió en la Universidad de Viena, donde se doctoró en 1969. Después se formó como psicólogo clínico en los Institutos de Psiquiatría de Viena, el Max Planck de Munich y el Hospital Middlesex de Londres. Pasó después por otros lugares como Nueva York, y en la actualidad trabaja en la Universidad de Tübingen, donde dirige el Instituto de Psicología Médica y Neurobiología del Comportamiento.
Durante todos estos años se ha especializado en una técnica bautizada como Brain Computer Interface, con la que ha logrado que personas paralizadas consigan mover brazos y piernas, e incluso que aquellos que están paralizados del todo logren comunicarse mediante un dispositivo que les permite elegir letras utilizando la actividad del cerebro.
Entre los grandes
Niels Birbaumer dio su discurso en castellano y se mostró humilde desde su primera frase: "Ante genios como Einstein, Rita Montalcini, Christa Wolf y otros grandes, quienes recibieron el título de doctor honoris causa de esta venerable Universidad, me siento como un ‘enano intelectual'. Pero si pienso en grandes españoles que se doctoraron aquí, tales como Ramón y Cajal, Simarro, Javier Campos, me siento como un ‘gusano de la mente'.
Consideró que este honoris causa no se le entrega sólo a él, "sino también a las personas gravemente enfermas que no son parte de ningún grupo de influencia, ya que son enfermos crónicos, terminales, y que no producen ningún ‘beneficio' al sistema". Afirmó también que este honor se ha concedido "con la esperanza de que la ciencia y la educación traigan luz a los oscuros rincones de la medicina moderna. Una medicina que prioriza a aquellos que prometen una ganancia, y les quita la esperanza a los que no pueden prometerla".
Defensa de la enseñanza
El rector José Carrillo reconoció que el honor de conceder el doctorado honoris causa a Birbaumer es para la Complutense.
Tras eso felicitó a los nuevos doctores y consideró que la educación, la investigación y la enseñanza no deberían ser los que sufran el recorte para alcanzar un determinado déficit