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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Martes, 19 de marzo de 2024

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De la empresa a la universidad, gracias al Doctorado Industrial

Borja Garrido es ingeniero químico por la Complutense, donde también realizó el Máster de Procesos Industriales. Actualmente dirige el Departamento de Procesos en la empresa Calcat, donde trabaja desde hace trece años, y aunque hace ya casi una década que dejó la Facultad de Ciencias Químicas, ahora ha vuelto para realizar el Doctorado Industrial de la UCM. Explica Garrido que en Calcat ya ha realizado proyectos, muchos de ellos con un carácter innovador de investigación, relacionados con la reutilización y tratamiento de aguas, pero también de selección de materiales dependiendo del tipo de agua, de desinfección de agua, de prevención de legionela... A pesar de esa amplia experiencia, ha decidido seguir estudiando y acabar el último ciclo universitario que existe, porque "hoy en día hay muchísima competencia en todos los aspectos, así que o eres el mejor o mueres".

 

Sus directores de tesis son Carlos Negro Álvarez, quien ya le dio clases en el Departamento de Ingeniería Química, y Noemí Merayo, que fue asignada, "siempre buscando el perfil que más se complementa con el título de la tesis de cada uno". Negro Álvarez es además el coordinador del programa de Doctorado de Ingeniería Química y forma parte de un grupo de investigación donde se realizan distintos estudios para la gestión sostenible del agua a nivel industrial.

 

Cuando Borja Garrido se acercó a la Facultad con una idea de reutilización del agua para el sector de la alimentación, se vio que su proyecto encajaba perfectamente con los intereses y los trabajos de investigación del grupo de Negro Álvarez. Coincidió además que llegó cuando se puso en marcha la Mención de Doctorado Industrial de la Complutense, y que cumplía con los requisitos exigidos.

 

Desde julio de 2018, la UCM ofrece a los estudiantes de doctorado la posibilidad de recibir la Mención de Doctorado Industrial, que tiene por objeto "potenciar la interacción entre el ámbito empresarial y el académico, y fomentar así la transferencia de conocimiento desde la investigación a su aplicación práctica".

 

Los dos requisitos fundamentales para poder hacer este Doctorado son participar en un proyecto de investigación industrial o de desarrollo experimental, que esté relacionado directamente con la tesis, y tener un contrato, laboral o mercantil, con la entidad colaboradora.

 

Cuenta Negro Álvarez que ahora mismo en el programa de Doctorado de Ingeniería Química hay 42 matriculados y de ellos tres han solicitado esa Mención, aunque todavía no ha salido ningún Doctor con ella, porque entró en vigor en el verano de 2018. Informa de que de todos modos, en este Doctorado de Ingeniería Química sí que ha habido antes muchos doctores que trabajaban ya en la industria, que hacían allí sus investigaciones relacionadas con un proyecto industrial, aunque "probablemente, la primera tesis que se lea con la Mención de Doctorado Industrial será la de Borja Garrido".

 

El doctorando, que cumple con creces con los dos requisitos exigidos, explica que ahora trabaja a tiempo parcial en Calcat y que sus directores de tesis le han permitido realizarla también a tiempo parcial, de tal manera que puede aprovechar parte del Doctorado para mejorar su propio trabajo, y el conocimiento de la empresa lo puede implementar en el mundo de la universidad y en la docencia que imparte en diferentes centros. Reconoce Garrido que este Doctorado le va a dar mucha versatilidad, y que en cuanto lo propuso en la empresa le dieron el visto bueno, porque entendieron que encajaba perfectamente en su actividad.

 

Garrido reconoce estar "contentísimo" con la parte académica, ya que sus directores de tesis no sólo le exigen mucho, sino que además le marcan pautas y le matizan determinadas cosas que a lo mejor a él solo no se le hubieran ocurrido, quizás por tener "unos vicios provenientes del mundo de la empresa, donde todo tiene que ser más rápido, más instantáneo".

 

Dos mundos que se complementan

Negro Álvarez explica que en el Doctorado de Ingeniería Química realizan una serie de seminarios en los que se le da la oportunidad a todos los doctorandos de presentar los objetivos y los resultados que van obteniendo, para que les sirva a ellos para practicar la defensa de su tesis. A lo que Garrido añade que además "estos seminarios sirven para conocer otras investigaciones y las maneras de realizarlas, al tiempo que contactar con otros investigadores, porque quizás dentro del mundo de la empresa todo tiene un objetivo económico, mientras que aquí en la universidad se ven otros ritmos diferentes, otro tipo de pautas, otros intereses, es otro mundo totalmente diferente aunque absolutamente compatible".

 

Noemí Merayo cree que la inquietud que ha mostrado Borja Garrido de volver  a la Facultad para hacer el Doctorado es muy interesante, porque en la industria se trabaja con esos otros tempos y a veces no se sabe de dónde vienen las cosas, mientras que en la universidad se estudia no sólo que funcionen las cosas, sino también por qué funcionan, y si van a hacerlo siempre o si van a parar de hacerlo en algún momento.

 

En ese afán por conocer en profundidad, el trabajo de Garrido incluye una parte analítica, sobre todo de sólidos, y en la Facultad le han ofrecido la posibilidad de hacer esos análisis en los laboratorios complutenses, aunque confiesa que en la empresa también cuenta con su propio laboratorio, que está en su oficina, y con laboratorios subcontratados que le dan más agilidad. Al final, "el presupuesto corre por cuenta de la empresa y eso imprime otro ritmo distinto, aunque es verdad que desde la UCM siempre han estado abiertos a cualquier tipo de propuesta".

 

Todos ganan

La idea de esas convocatorias, de acuerdo con el director de tesis, es generar una sinergia entre la actividad empresarial y universitaria, y de paso crear nuevos investigadores científicos que estén dirigidos a la empresa, aunque como ya se ha señalado "el caso de Garrido es un poco atípico, porque él ya estaba trabajando en la empresa y tuvo la inquietud de volver a la universidad".

 

Reconoce el profesor que en cualquiera de los dos casos es una situación en la que todos ganan, porque "lo que se va aprendiendo se va transmitiendo a la docencia, ya que el objetivo último es transmitir el conocimiento a los alumnos, y además se puede aprovechar también para desarrollar futuros proyectos de investigación con las empresas de las que provienen los doctorandos".

 

Aunque en otras titulaciones no sean tan habitual, en Ingeniería Química la relación con la empresa es algo cotidiano, porque todo el conocimiento que se genera tiene como objetivo que se aplique en la industria y, por lo tanto, que esté en consonancia con lo que se necesita en esa realidad industrial. Noemi Merayo apunta que esto es algo normal en el área de las ingenierías, donde incluso la ciencia básica suele centrarse en la búsqueda de la aplicación de lo investigado, con un objetivo ya determinado.

 

En este caso concreto, la tesis de Borja Garrido es un trabajo de recuperación de agua del proceso de lavado de botellas de una industria alimentaria. Explica el doctorando que cuando se aclaran las botellas, se desinfectan con un agua que luego no se reutiliza, lo que lleva un coste añadido muy elevado, así que se ha diseñado un proceso para eliminar un biocida que es el peróxido de hidrógeno, y ese agua se ha utilizado en otros procesos de la fábrica, pero siempre cumpliendo con la legislación existente. En el trabajo han atacado aquellos procesos que mayor consumo de agua tienen, porque "las empresas hoy en día lo que requieren es tecnología y ahorro, al tiempo que mejoran todo el tema de la sostenibilidad, la eficiencia y el ahorro de recursos energéticos".

 

Negro Álvarez asegura que en la tesis de Garrido hay tres variables, una de ellas es esa que afecta a los costes económicos, pero luego está la social, "porque el agua es un recurso limitado y, por lo tanto, todos debemos tener una conciencia de utilizarlo de una manera lo más sostenible posible", y por último la medioambiental, ya que "hay que proteger el único planeta que conocemos donde somos capaces de vivir".

 

Deseamos la mejor de las suertes a Borja Garrido con su tesis y esperamos que pronto en su currículum, y en el de otros muchos que le sigan, aparezca esa Mención de Doctorado Industrial de nuestra universidad.

Borja Garrido, flanqueado por sus directores de tesis, Carlos Negro Álvarez y Noemí MerayoBorja Garrido trabaja en la empresa Calcat desde hace 13 años y ahora ha decidido hacer el Doctorado con Mención Industrial de la UCMCarlos Negro Álvarez es el coordinador del programa de Doctorado de Ingeniería QuímicaNoemí Merayo, en la Facultad de Ciencias QuímicasBorja Garrido, en la Facultad de Ciencias Químicas, donde cursa el Doctorado IndustrialBorja Garrido
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