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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Lunes, 4 de noviembre de 2024

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El Nobel Sheldon L. Glashow reivindica la importancia de la serendipia

El ciclo de conferencias Hablemos de Física, que organiza durante todo el año la Facultad de Físicas de la UCM junto a la Real Sociedad Española de Físicas, ha puesto el colofón del curso académico 2015-2016 con la charla de Sheldon L. Glashow. El estadounidense obtuvo el Nobel en el año 1979 por el desarrollo de la teoría electrodébil, que unifica electromagnetismo e interacción débil. El propio Glashow reconoce que en su descubrimiento, y en otros muchos de los que han hecho avanzar la ciencia, jugó un papel muy importante la serendipia.

De acuerdo con Sheldon L. Glashow hay dos acercamientos posibles a la ciencia. El primero de ellos "se centra en un objetivo bien definido, hace planes muy cuidadosos y mira". El segundo, "que es mucho más divertido", primero mira y "algunas veces encuentra algo sorprendente".


La serendipia es un concepto que se puede traducir como azar, o como accidente feliz, y con ese significado se utilizó por primera vez en 1754. En concreto, en una carta del intelectual Horace Walpole al diplomático Horace Mann, en la que escribía sobre un cuento persa titulado Los viajes y aventuras de tres príncipes de Serendip. Recordó Glashow que Serendip era como se llamaba en aquellos tiempos la actual Sri Lanka.


Los protagonistas de ese libro realizaban cuidadosas observaciones sobre la psicología y la fisiología y de ahí obtenían conclusiones con las que resolvían misterios o ayudaban a otros que se encontraban por el camino. Los príncipes demostraban su capacidad de observación encontrando ciertas pistas que no habían estado buscando, y de ahí nació el concepto de serendipia tal y como lo conocemos, y que tiene como resultado "algunos avances científicos que no se esperan y ocurren por accidente".


De acuerdo con el Nobel, Kant, y en cierto modo Einstein, pensaban que la ciencia sólo podía surgir de una actitud "cerebral y metodológica", pero la realidad es mucho más compleja. Según Glashow, "la serendipia y los planes racionales están interconectados como las partículas y las ondas".


Uno de los primeros ejemplos de serendipia en la ciencia fue el descubrimiento de la pólvora por parte de los chinos cuando buscaban el elixir de la inmortalidad, e incluso el proceso de fabricación de la seda y sus aplicaciones fue fruto de la casualidad. Desde el siglo XVIII hasta ahora, otros muchos descubrimientos se han debido a la serendipia, desde la luz oscura hasta los efectos magnéticos de la electricidad, los efectos eléctricos del magnetismo e incluso el LSD. A partir de esos ejemplos, el Nobel opina que existe "un equilibrio entre el acercamiento kantiano y la serendipia en los avances científicos".


Durante su charla puso muchos más ejemplos, tan relevantes como el descubrimiento de la radiactividad, el hidrógeno, el argón, el color magenta o el índigo, la TNT, el kevlar, los quarks, los rayos X, la penicilina, los fulerenos, la fisión nuclear, los positrones, los priones, la energía oscura, el fondo cósmico de microondas... Según el recuento de Glashow hasta 22 premios Nobel están relacionados directamente con la serendipia.


Reconoció que incluso en su descubrimiento de la teoría electrodébil jugó un gran papel el azar. Explicó que escribió, bastante joven un artículo sobre el tema y que en ningún momento pensó que iba a ser importante y mucho menos que iba a servir para la "creación, confirmación y canonización de esta teoría".

 

Glashow se ha inventado el concepto super-serendipia para aquellas ideas que pueden parecer abstractas, poco prácticas y sin valor comercial y que luego tienen consecuencias increíbles en la sociedad. Puso como ejemplo de esta super-serendipia la seguridad de transacciones bancarias a partir de la teoría de números, el GPS a partir de la teoría general de la relatividad o Internet a partir de la World Wide Web.


Piensa el premio Nobel que los gobiernos deberían pagar a los científicos para que trabajen, "porque gracias a ellos se avanzó en el pasado y se volverá a avanzar en el futuro". Recordó que hay investigaciones básicas que tardan muy poco en llegar a la industria, pero también otras que tardan más de un siglo como el descubrimiento de la energía fotovoltaica y el desarrollo de células solares, que tardó exactamente 115 años.


Consideró además que la investigación básica debe ser responsabilidad de los gobiernos, mientras que la explotación de esa ciencia sí que puede estar en manos de las empresas. Aseguró tajante que se negaría a que empresas como CISCO o Google fuesen las responsables de la investigación básica, "incluso aunque tengan todo el derecho a hacerlo".


Tras criticar a la teoría de la supersimetría, que considera absolutamente fallida, concluyó su charla recomendando a los científicos que mantengan "los ojos muy abiertos ante los resultados inesperados de sus trabajos".

 

El rector Carlos Andradas y el premio Nobel Sheldon L. GlashowAdolfo Azcárraga, presidente de la Real Sociedad Española de Físicas; María Luisa Lucía Mulas, decana de Físicas; Sheldon L. Glashow; el rector Carlos Andradas, y Emilio Lora-Tamayo, presidente del CSICEl salón de actos de la Facultad de Matemáticas se llenó de estudiantes y profesores para escuchar la conferencia del Nobel Sheldon L. GlashowSheldon L. Ghashow considera que la serendipia y los planes racionales están interconectados como las partículas y las ondasSheldon L. Ghashow obtuvo el Nobel en el año 1979 por el desarrollo de la teoría electrodébil, que unifica electromagnetismo e interacción débil
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