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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 12 de diciembre de 2024

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Los estromatolitos de la cueva de El Soplao se formaron cuando las brújulas apuntaban hacia el sur

Los investigadores Carlos Rossi (Universidad Complutense de Madrid), Juan José Villalaín (Universidad de Burgos), John Hellstrom (Universidad de Melbourne, Australia) y Rafael Pablo Lozano (Instituto Geológico y Minero de España), han publicado en la revista Geomorphology los resultados de su trabajo sobre los estramatolitos de la cueva de El Soplao (Cantabria).

 

En 2010, algunos de estos mismos investigadores describieron los primeros estromatolitos de manganeso formados en cuevas, justamente en las galerías de El Soplao. Estas rocas negras se formaron por la actividad vital de microbios que procesaban el manganeso disuelto en antiguos ríos subterráneos, donde reinaba la oscuridad total. La disposición de estos estromatolitos a lo largo de esta gran cavidad y sus peculiares características magnéticas permiten ahora precisar como y cuándo se formó la cueva.

 

El estudio paleomagnético de espeleo-estromatolitos de manganeso es de por sí una tarea pionera. Los resultados son asombrosos, ya que casi todas las medidas indican polaridad invertida, lo que significa que los estromatolitos se formaron cuando el polo norte magnético se encontraba próximo al actual polo sur. El campo magnético de la tierra ha cambiado de polaridad varias veces en los últimos millones de años, la última vez hace unos 780.000 años. Esta fecha es por tanto la edad minina de los estromatolitos. Sin embargo, la combinación de los datos paleomagnéticos con dataciones mediante isótopos de uranio en estalagmitas ha permitido extender esa edad mínima a ~1.5 millones de años. Esto significa que los espeleo-estromatolitos, y por tanto la cueva que los contiene, se formaron en el Pleistoceno inferior como mínimo, mucho antes de lo que se pensaba previamente.

 

Las propiedades magnéticas de los estromatolitos de manganeso de El Soplao son asombrosas. Según Juan José Villalaín, responsable del laboratorio de paleomagnetismo de la universidad de Burgos, "algunos estromatolitos contienen una concentración extraordinaria de minerales ferromagnéticos, y la intensidad de la magnetización de algunas muestras es de las más altas que se hayan medido en este laboratorio"

 

Todos los estromatolitos de El Soplao no se formaron al mismo tiempo. De hecho, los investigadores han cartografiado hasta 10 niveles de ellos a distintas alturas, con edades más antiguas a medida que aumenta su cota. Los niveles de estromatolitos representan en realidad antiguos niveles freáticos fosilizados. Hay que recordar que, dentro de una formación rocosa, el nivel freático es la superficie por debajo de la cual todos los poros de la roca están saturados de agua. En el caso de una roca karstificada, esos poros son las cuevas, y la posición del nivel freático suele estar controlada por la cota de los valles fluviales próximos. Por lo tanto, los niveles de estromatolitos de El Soplao esencialmente representan antiguas posiciones de los valles fluviales, con una fidelidad y precisión muy poco común, que permiten reconstruir la evolución del paisaje a escalas de tiempo geológicas.

 

Además de por estromatolitos, en el Soplao los paleo-niveles freáticos están marcados por unas peculiares incisiones erosivas laterales conocidas como terrazas de roca. Las más prominentes pueden "descalzar" grandes bloques de las galerías, produciendo enormes derrumbamientos interiores. Estas peculiares formas, visibles en muchas galerías de la cueva, se formaron gracias a la suma de procesos químicos y mecánicos. A la erosión química contribuyó la actividad vital de los microorganismos que formaron los estromatolitos, que al oxidar el manganeso disuelto en el antiguo río subterráneo hacían aumentar la acidez del agua y por tanto su capacidad para disolver la roca. La erosión mecánica fue también muy decisiva para la formación de las terrazas de roca, debido al poder abrasivo de los sedimentos (ricos en cuarzo) arrastrados por la corriente subterránea y que hoy en día pueden verse por toda la cavidad.

 

Con los datos geomorfológicos obtenidos en este artículo, los investigadores proponen un modelo contrastado para la formación de la cueva. Previamente, la morfología irregular de las paredes de la cueva hizo pensar en un origen hipogénico, es decir, asociada a aguas de origen profundo o con fuentes de acidez distintas a las habituales en las regiones kársticas. Es estas regiones, la agresividad química del agua está normalmente asociada a su contenido en ácido carbónico procedente de los suelos vegetales. No obstante, los nuevos datos indican que el origen de la cueva no es predominantemente hipogénico. En cambio, las peculiares formas erosivas de la cueva están muy ligadas a la entrada masiva de sedimentos (arena, arcilla y grava), que en parte llegaron a colmatar casi completamente muchas galerías excepto sus techos. En esas condiciones, la erosión química del agua se concentró en la parte superior de las galerías (proceso conocido como "paragénesis"), generando una serie de formas muy características, como por ejemplo los famosos "pendants" o pilares de roca que abundan en los techos de las galerías de El Soplao, y que hasta la fecha habían pasado prácticamente desapercibidos y/o confundidos con formas hipogénicas.

 

El artículo completo se puede consultar en http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0169555X16300629

 

Ejemplos de terrazas de roca en la cueva de El Soplao, con referencia a sus distintos estratoslas flechas indican restos de sedimentos entre los pilares de rocaEjemplo de uno de los niveles de estromatolitos (ES) cartografiados en la cueva de El Soplao. Este lugar en concreto constituye el mejor ejemplo descrito hasta la fecha de espeleo-estromatolitos. La línea horizontal indica la terraza de roca asociada al nivel estromatolítico.
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