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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Miércoles, 9 de octubre de 2024

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National Geographic financia la excavación complutense en Cerro de los Batallones

National Geographic Society concede ayudas para la investigación científica y la exploración de campo a través de su Comité de Investigación y Exploración. Todos los proyectos presentados deben tener tanto una dimensión geográfica como ser relevantes para otras áreas del conocimiento y tener un gran interés científico. Esas tres características coinciden en la investigación que lleva a cabo en el yacimiento madrileño del Cerro de los Batallones un grupo de la Facultad de Geológicas junto a investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC. La financiación procedente de National Geographic para excavar estos yacimientos excepcionales le ha sido concedida a la investigadora del Departamento de Paleontología de la Facultad de Geológicas Soledad Domingo.

 

Las excavaciones del Cerro de los Batallones, junto a la población de Torrejón de Velasco (Madrid), se vienen realizando desde hace años durante el mes de julio gracias a la participación de muchos estudiantes de la Complutense, así como de otras universidades. Domingo trabaja allí desde 2005 y empezó a hacerlo porque su tesis doctoral se centró en uno de sus yacimientos, en concreto de Batallones-1, el primero que se descubrió en el cerro en 1991.

 

Los yacimientos están datados a finales del Mioceno, hace unos 9 millones de años, y en ellos se han excavado infinidad de fósiles, esencialmente de mamíferos. Según Domingo "son yacimientos con unas características extraordinarias, porque hay muchos fósiles, muy bien conservados y en dos de ellos hay acumulaciones extraordinarias de restos de carnívoros, más de un 95% de los restos son de carnívoros, y eso es algo muy raro en el registro fósil, se conocen ejemplos contadísimos".

 

La formación

La hipótesis de la formación de esos yacimientos tan peculiares se apoya en datos geológicos y geofísicos, así como en la tafonomía de los mismos, que es en lo que está especializada la investigadora complutense. Ella misma explica que esta disciplina es la parte de la paleontología que estudia cómo se han formado los yacimientos y los procesos de fosilización.

 

Con todos esos datos se considera que en el Mioceno estos yacimientos eran unas cavidades con la parte superior abierta, "a las que se incorporaban los carnívoros de manera intencionada, mientras que los herbívoros no se acercaban". Los carnívoros, al ser más ágiles, sí que se meterían buscando alimento o agua, "porque se cree que en esa época podría haber períodos de sequía y era complicado encontrarla", pero luego no eran capaces de salir. De ese modo, a lo largo del tiempo se termina teniendo una concentración muy grande de restos esqueléticos, sobre todo de carnívoros.

 

Soledad Domingo explica que en el Cerro de los Batallones hay más misterios, aparte del de la formación de esos yacimientos en la parte profunda de las cavidades, porque "también hay otras acumulaciones de fósiles que parece que están formados encima, ricas en restos de herbívoros en zonas someras de esta cavidad, que en esos casos ya no funcionaría ni siquiera como una cavidad".

 

En relación con eso, desde 2007 se está excavando Batallones-10, y aunque allí todavía no se ha estudiado con detalle el modo de formación, sí que se ha visto esa concentración muy elevada y con muy buena conservación de herbívoros. Entre los animales encontrados hay rinocerontes, jirafas y muchos caballos con unas preservaciones sorprendentes, con esqueletos incluso parcialmente articulados.

 

El trabajo de campo financiado por proyecto de National Geographic Society permitirá estudiar cuál ha sido el modo de formación de estos yacimientos ricos en herbívoros, porque ahí "también tuvo que pasar algo para que hubiera una gran concentración de individuos en un área muy pequeña". Normalmente, cuando se dan tantos herbívoros juntos, de acuerdo con Domingo, puede ser que "en casos de sequía haya un punto de agua en ese lugar y los animales vayan ahí a beber, pero que finalmente mueran porque hay poca agua".

 

Hay ya mucha información tafonómica de ese yacimiento, recopilada por la propia investigadora, y ahora hace falta complementar dicha información con otros estudios, como los análisis de isótopos en el esmalte dental de dichos herbívoros, que ayudará a discernir si la presencia de tantos animales se debió a un hecho catastrófico o fue acumulativo. Los análisis de isótopos estables permiten también conocer aspectos como la dieta de los animales de pasado así como aspectos ambientales de la época en la que vivieron.

 

Las excavaciones financiadas por National Geographic Society permitirán conocer además si en Batallones-10 existe un yacimiento rico de carnívoros en la parte baja de la excavación. La geofísica indica que sí podría haber un nivel abajo, pero hasta que no se siga excavando no se podrá ratificar. Domingo asegura que la excavación ya está cerca de lo que sería esa parte inferior rica en carnívoros, así que es posible que el misterio se resuelva en breve.

 

Becas del Comité de Investigación y Exploración de National Geographic

Cualquier investigador puede presentar su proyecto a estas ayudas de National Geographic, sin importar su nacionalidad o lugar de residencia. Lo que sí es relevante es que el trabajo tenga una componente importante de campo, y no sólo exclusivamente de laboratorio, archivo o colecciones.

 

Son ayudas abiertas todo el año, lo que, de acuerdo con Soledad Domingo, "para un investigador es muy interesante, porque en otras convocatorias si no te conceden un proyecto tienes que esperar un año completo o incluso, si no has pasado un cierto nivel, hasta dos o tres años". Además en el caso de las becas de National Geographic se resuelven relativamente rápido, en su caso tardaron unos tres meses en revisarlo todo, y entonces ya informan de si la han concedido o no. Domingo solicitó la ayuda en octubre y en enero se enteró de que su proyecto era uno de los 250 agraciados anualmente.

 

Las ayudas son para trabajar durante un año en el proyecto presentado y la cuantía suele oscilar entre 15.000 y 20.000 dólares, aunque se puede solicitar un poco más, dependiendo de la entidad del proyecto. En el caso de la UCM se han concedido algo más de 24.000 dólares para el trabajo de campo de todos los miembros del proyecto, conformado, además de por Soledad Domingo, por Jorge Morales (CSIC), director de las excavaciones del Cerro de los Batallones, y los profesores complutenses e investigadores del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC), María Ángeles Álvarez Sierra, Manuel Hernández Fernández y Laura Domingo.

 

Soledad Domingo junto a un esqueleto semiarticulado de jirafa del Mioceno Superior del yacimiento de Batallones-10, en el Cerro de los Batallones, Madrid. Foto de Enrique CanteroPata articulada del caballo del Mioceno Hipparion sp., también de Batallones-10. Foto de Soledad DomingoLa investigadora Soledad Domingo explica su hipótesis de la formación de los yacimientos del Cerro de los BatallonesSoledad Domingo en su despacho del Departamento de Paleontología de la Facultad de Geológicas
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