La consideración integral de la persona y su salud se encuentra en la base de las cada vez más numerosas actuaciones empresariales e institucionales orientadas al bienestar en el trabajo. De ahí que se busque crear y alcanzar entornos laborales saludables que procuren bienestar físico y, aún más, psicológico, emocional, social, cultural… Un entorno de trabajo saludable requiere intervenir principalmente en el ámbito laboral. Con todo, también se considera adecuado fomentar en los trabajadores y trabajadoras prácticas y hábitos beneficiosos para la salud.

En los últimos años se observa una creciente voluntad de alcanzar metas más ambiciosas, no ceñidas exclusivamente a prevenir la exposición a riesgos asociados a enfermedades profesionales o accidentes de trabajo.

 

La primera Conferencia internacional sobre la Promoción de la Salud reunida en Ottawa el día 21 de noviembre de 1986 emite la presente CARTA dirigida a la consecución del objetivo "Salud para Todos en el año 2000". Esta conferencia fue, ante todo, una respuesta a la creciente demanda de una nueva concepción de la salud pública en el mundo. Si bien las discusiones se centraran en las necesidades de los países industrializados, se tuvieron también en cuenta los problemas que atañen a las demás regiones.

La conferencia tomó como punto de partida los progresos alcanzados como consecuencia de la Declaración de Alma Ata sobre la atención primaria, el documento “Los Objetivos de la Salud para Todos “de la Organización Mundial de la Salud, y el debate sobre la acción intersectorial para la salud, sostenido recientemente en la Asamblea Mundial de la Salud.

Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud

 

Según la OMS, un entorno de trabajo saludable es aquel lugar donde empleados y jefes colaboran en un proceso de mejora continua, con el objetivo de alcanzar una visión conjunta para mejorar la salud, seguridad y bienestar para los trabajadores, así como la sostenibilidad del ambiente de trabajo.