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Tablilla de arcilla

El cuneiforme es un sistema de escritura desarrollado por primera vez por los antiguos sumerios en Mesopotamia c. 3500-3000 a.C. como apoyo a las diversas actividades económicas en ciudades cada vez más pujantes. Está considerado como la contribución cultural más importante de las muchas que estos aportaron, y la más importante de la ciudad sumeria de Uruk, que propició la escritura cuneiforme alrededor del 3200 a.C.  

El nombre proviene de la palabra latina cuneus que significa "cuña", debido que el utensilio empleado para escribir, llamado estilete, estaba cortado de esta manera. El estilete se aprieta contra la arcilla blanda para crear marcas o muescas que representan palabras-signo (pictogramas), y más adelante, fonogramas o palabras-concepto. Las tablillas cuneiformes estaban escritas por las dos caras y solían dividirse en columnas o en líneas, con trazos verticales u horizontales1. Después de ser grabadas, las tabletas se cocían al sol o en hornos.

Gracias al carácter silábico de los signos, el cuneiforme, nacido para escribir sumerio, se utilizó en todas las grandes civilizaciones mesopotámicas hasta que se abandonó en favor de una escritura alfabética después del 100 a.C., incluidos sumerios, acadios, babilonios, elamitas, hititas o asirios2.

Estas tablillas no solo se usaron para actividades cotidianas sino que también se emplearon para textos religiosos, matemáticos o épicos. Destacan las enormes bibliotecas asirias, como las de Sargon II y Asurbanipal, fundada en torno al 722 a.C y que pudo llegar a albergar más de 22.000 tablillas.

Las tablillas de arcilla no solo se usaron en el creciente fértil sino también en el mundo mediterráneo, concretamente en las civilizaciones minoica y micénica, aunque su índice de conservación es mucho menor.



Noelia López, Patricia Álvarez, Pedro Gallardo y Guillermo Blasco