Viruela del mono: ¿vacuna para toda la población?

Hace poco más de un mes, el 23 de julio, la viruela del mono fue declarada Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional por la Organización Mundial de la Salud. Ante el crecimiento de casos en el mundo, de los que España supone el 13%, en agosto se aprobó la vacunación con las fórmulas utilizadas para la viruela humana, enfermedad ya erradicada. El catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, Víctor Jiménez Cid aclara las dudas en torno a la vacuna que, de momento, no tiene justificación su aplicación a toda la población. 

 

 

La resistencia a los antibióticos es una de las pandemias del siglo XXI. / Shutterstock.

Generaciones previas de este tipo de vacunas erradicaron la viruela humana. / Shutterstock.

1 de septiembre de 2022.

Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades(CDC) norteamericano en su última actualización del 30 de agosto, hay más de 49 000 casos de viruela del mono confirmados, de los cuales el 99,11 % se han declarado en países no considerados previamente zonas endémicas. El 13,1% de los casos (6543) se han declarado en España. El último informe de situación emitido por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES, dependiente del Ministerio de Saniodad) el 30 de agosto cita que se han detectado en la Unión Europea + Reino Unido 15 335 casos. Por tanto, España habría reportado un 43 % de los casos europeos, con el doble de diagnósticos que el siguiente país en incidencia en Europa, Alemania.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe del 31 de agosto refleja un incremento del 13,7 % de casos en la última semana(22-28 de agosto) y en los que España registra el incremento más alto. 

¿Por qué esas cifras en España?

Nuestra capacidad de diagnóstico es buena, con lo que es posible que en otros países haya una incidencia similar pero no se detecte tan eficazmente. Dado el estigma que crea la enfermedad y su modo de transmisión, igual que ocurre con las enfermedades de transmisión sexual (sífilis, gonorrea…), es probable que el número de infecciones sea mayor que lo que reflejan los datos disponibles, sobre todo en países menos tolerantes o con menor capacidad diagnóstica. Si atendemos a la evolución que registra epdata, se mantiene una acumulación de casos constante durante el verano. En el mes de julio se declararon en España algo más de 3000 casos y en lo que llevamos de agosto, según los últimos datos, otros 3000. Cabe esperar que este goteo de 100 casos diarios se mantenga durante un tiempo, salvo que la contención de brotes se realice de forma más eficaz. Madrid lidera la incidencia acumulada de las Comunidades Autónomas, con 2249 casos acumulados, casi un tercio del total.

Aprobación de la vacuna

El 22 de agosto, la Comisión de Salud Pública publicaba la última actualización sobre recomendaciones de vacunación en el brote actual de viruela del mono. Las vacunas previamente aprobadas frente a la viruela humana y que son eficaces para prevenir la infección frente a este virus son Imnavex y Jynneos (se trata de la misma fórmula pero el nombre varía en función del fabricante).

La vacuna es un virus vaccinia Ankara modificado. ¿Qué significa esto? Ankara es el nombre de una estirpe del virus vaccinia que se ha utilizado como vacuna viva. "Vaccinia" es el virus de la viruela de las vacas (vacuna), que Jenner utilizó desde finales del s. XVIII para inmunizar frente a la viruela humana, dada la inmunorreactividad cruzada entre ambos virus, que también aprovechamos ahora para la viruela del mono. Imnavex es una vacuna de tercera generación en la que este virus está "modificado" mediante la eliminación de un fragmento de su genoma que impide su replicación, si bien sigue siendo inmunogénico.

La ventaja de esta vacuna respecto a las clásicas es que se puede administrar en inyección subdérmica en lugar de "escarificación", operación que generaba en la piel del vacunado en el antebrazo o muslo esa cicatriz que nos es familiar porque la hemos visto en las personas mayores de 50 años, ya que hasta la década de los 70, previa a la erradicación, la vacuna se administraba a toda la población. Por contra, tiene el inconveniente de que requiere dos dosis –con una separación de 28 días– y dado que la disponibilidad es escasa, se está estudiando rebajar la dosis para poder vacunar a más personas de riesgo con la pauta completa. Se estima que una dosis solo confiere un 30% de protección y la pauta completa un 80%. 

En cuanto a su seguridad, debemos recordar que gracias a generaciones previas de este tipo de vacunas, en 1979 se erradicó la viruela humana, por lo que se trata de vacunas eficaces y seguras. Al existir reservorios animales, en el caso de la viruela del mono no se puede plantear una erradicación, pero sí son herramientas imprescindibles para el control de los brotes.

¿A quién va dirigida?

La vacunación universal no está justificada puesto que el riesgo de transmisión en la población general hasta ahora es muy bajo.

Salvo que el virus evolucione a medio plazo a formas más transmisibles de forma indiscriminada en la población, similar al caso de la extinta viruela humana, que se transmitía prácticamente igual que una gripe, no se contempla ese escenario.

La disponibilidad de vacunas es aún limitada y hay dos pautas de vacunación: preexposición y postexposición. En el primer caso se aplicaría a personas de riesgo, especialmente quienes realizan habitualmente prácticas sexuales de alto riesgo (hombres que tienen sexo con hombres, en función del grado de promiscuidad), o personal sanitario o de laboratorio con alto riesgo de exposición a los pacientes o muestras. En el segundo caso, tras el contacto de riesgo, a cualquier persona que alegue contacto estrecho con un positivo o sospechoso, priorizando inmunodeprimidos, mujeres gestantes y niños.

¿En qué consiste su acción, evita la transmisión o se centra en los síntomas?

Una vez más, aprenderemos sobre su eficacia en la fase de farmacovigilancia, es decir, recogiendo datos de las personas vacunadas. En principio no es una vacuna "esterilizante", no evita el contagio, pero sí elimina la sintomatología y reduce eficazmente la carga viral, dificultando la transmisión.

En comparación con las vacunas de COVID-19, no será necesaria una actualización periódica del contenido antigénico, porque no se prevé que este virus pueda mutar para evadir fácilmente la inmunidad generada. Es decir, al contrario que en el SARS-CoV-2 no esperamos que se formen "variantes" rápidamente que escapen a la inmunidad de la vacuna. Esta vacuna contiene todo el virus, no solo el antígeno principal (o sus genes), como en el caso de la COVID, por lo que la memoria inmunitaria que genera debería ser más robusta.

Recientemente se ha decidido de cada vial extraer 5 dosis, ¿es una buena decisión?

Esa información está explicada en detalle en el informe de Sanidad. Esta decisión se basa en los estudios de un ensayo clínico (IMVAMUNE) realizado con algo más de 500 personas. Aunque no se estudió la inmunidad celular, solamente los títulos de anticuerpos, el estudio demuestra que la administración intradérmica de dos dosis de 0,1 mL de la vacuna es igualmente inmunogénica que las dos dosis de 0,5 mL preestablecidas por vía subcutánea. Esto potencialmente permite "estirar" las dosis disponibles para llegar a inmunizar a cinco veces más personas. Aunque, aprendemos sobre la marcha, en principio es un decisión que permitirá aumentar la cobertura en la población diana.

 

Víctor Jiménez Cid, el autor de este texto, es catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid.