La Semana de la Ciencia complutense recupera su vitalidad

¿Cómo se realiza el control de las aves si están en constante movimiento? ¿Serías capaz de distinguir entre las sales de Asia y las de Europa? ¿Alguna vez has bailado al ritmo de las membranas celulares? ¿Contamina más la producción de una camiseta o de una zapatilla de deporte? ¿Sabías que en el teatro también hay ciencia? ¿En qué se diferencian las nubes del resto de golosinas? Y así hasta 310 curiosidades se han resuelto en la XXI Semana de la Ciencia y la Innovación de la Universidad Complutense de Madrid.

 

Actividad "Química espectacular y mágica". / María Marín
Actividad "Química espectacular y mágica". / María Marín.

Equipo UCC+i, 15 de noviembre de 2021. “¡Qué chulo!”, expresa Briana cuando ve cómo, con un calibre, expanden las alas de un zorzal para medirlas. Después, cuando piden voluntarios para dejar libre al animal, una vez identificados parámetros como su sexo, edad o condición física, Nourdín se presenta voluntario. Ambos jóvenes lo hacen en lengua de signos. Sus ganas de aprender se reflejan en la lengua universal de sus rostros entusiasmados.

En una cálida mañana de comienzos de noviembre, el Real Jardín Botánico Alfonso XIII recibe a Briana y Nourdín, junto a otros cinco compañeros del Colegio Público de educación inclusiva El Sol, en el taller Anillamiento científico de aves del Campus de Moncloa UCM. Se trata de una de las 310 actividades que la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha organizado en el evento de divulgación científica más longevo de la Comunidad de Madrid: la XXI Semana de la Ciencia y la Innovación.

Actividad de anillamiento de aves. / María Milán
Actividad de anillamiento de aves. / María Milán

La UCM “Estos chicos y chicas padecen sordera y otras discapacidades. Por eso, necesitan venir a vivir experiencias al igual que los demás. Esta actividad es la oportunidad perfecta para conocer el trabajo científico con aves”, señala Patricia Morilla, su profesora, que además actúa como intérprete entre los adolescentes y los organizadores de la actividad.

José Ignacio Aguirre, investigador del Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución es el alma máter de este grupo: “Este taller no es un show preparado. Esto es ciencia y os vamos a contar nuestro trabajo diario”.

Un trabajo que comienza una hora antes de que salga el sol, entre las 6 y las 7 de la mañana según la época del año. Lo primero que hace José I. junto a Irene, Alejandro, Cristina y Enrique, también investigadores de su grupo, es colocar tres redes en el interior del jardín botánico. Y esperan a que, con el amanecer, comience la actividad de las aves.

"Cada hora, los biólogos se pasean para recoger los pájaros que han quedado atrapados en ellas. Los liberan y llevan a cabo una importante misión: su anillamiento e identificación de patrones como especie, sexo, tamaño, edad y condición física. “Esta información es crucial para su conservación. La enviamos a un registro nacional y a otro europeo”, asegura Aguirre. Una vez anotado, sueltan las aves.

Actividad de anillamiento de aves. / María Milán
Actividad de anillamiento de aves. / María Marín.

Tras explicar esta rutina, los jóvenes se ponen manos a la obra. Además del colegio inclusivo también asisten a la actividad seis alum nos del IES Nuestra Señora de la Almudena. Gaizka, uno de los chicos, sueña también con ser biólogo. Por eso, para él, venir a esta actividad “es entretenido, fomenta la creatividad y aprendemos de forma divertida”.

Después de rescatar ocho aves, comienza el anillamiento. Escogen un carbonero garrapinos que Nourdín ha ayudado a transportar. El plumaje en esta época del año dificulta la identificación de su sexo, pero pueden asegurar que es adulto. Miden su ala, una de sus plumas, una pata y su nivel de grasa. Una vez registrados los datos, y ante la atenta mirada de los adolescentes, sueltan al animal que emprende feliz el vuelo hacia la libertad.

Aprendizaje y juegos, un tándem con éxito

Actividad sobre precio justo del medio ambiente. / María Milán.
Actividad sobre precio justo del medio ambiente. / M. Milán.

Después de la edición de 2020 en la que la pandemia de COVID-19 empujó a virtualizar la mayoría de las actividades, este año, aún con medidas de seguridad, se ha rozado la práctica normalidad del evento. Se han recuperado unas cifras que nos sitúan como la institución madrileña con más volumen de talleres, conferencias, exposiciones e itinerarios organizados.

“Una ciencia para los grandes retos de la humanidad” es el lema de este año. Sin duda, uno de esos grandes retos es la crisis climática a la que nos enfrentamos. Conscientes de su gravedad, en El precio justo: el coste de cuidar el planeta se propone como objetivo concienciar jugando.

La planta piloto de la Facultad de Ciencias Químicas se convierte en un plató televisivo. Cynthia Hopson en el papel de Carlos Sobera y Victoria Rigual como azafata, plantean preguntas al público: “¿Qué producto consume más cantidad de agua en su elaboración: una zapatilla, una camiseta o un rollo de papel higiénico?” “¿Qué carne es la menos contaminante: ave, cerdo o vaca?” “¿Qué medio de transporte respeta más el planeta en la ruta Madrid-París: vehículo privado, autobús o avión?”

En sus pizarras, los asistentes ordenan las opciones. Julieta y Santiago son un matrimonio jubilado que no se pierde ningún año la Semana de la Ciencia. No hay edad para entregarse a la divulgación, y lo demuestran concursando con el mismo entusiasmo que la familia que tienen al lado. Por eso, cuando consiguen uno de los premios, se sonríen satisfechos.

No muy lejos, en la Facultad de Ciencias Físicas, el laboratorio de Física General ubicado en el sótano recibe a Álvaro y a Vera, dos hermanos de 13 y 8 años. A pesar de ser las cuatro de la tarde, su madre Vanesa no ha dudado en traerles desde su pueblo, Fresnedillas de la Oliva, para que asistan a una actividad que jamás verían en su centro de estudios. 

Actividad "Jugando con la Física". / María Milán.
Actividad "Jugando con la Física". / M. Milán

En Jugando con la Física, Manuel Zarco les muestra experimentos con ondas sonoras y electromagnéticas mientras que José Luis Contreras lo hace con electricidad. “Si la civilización desapareciese el mensaje más importante que tendríamos que trasladar es que todo está hecho de átomos”, comenta mientras muestra cómo generar energía a partir de una lata de coca cola.

¿Quién no ha jugado alguna vez a resolver un caso al estilo CSI? En Investigación forense: estudio virtual de las pistas, el grupo de Genética Forense de la Facultad de Medicina tiene preparado un caso al más puro estilo detectivesco (pero real) en el que la medicina legal, la genética, la odontología y la antropología tienen mucho que decir.

¿Serán los restos encontrados arqueológicos o forenses, fruto de un crimen? “Jamás resolveríamos un caso como este en 45 minutos como en las series de televisión”, les recuerda el coordinador de la actividad, César López Matayoshi a los alumnos del IES Jaime Ferran Clua (San Fernando de Henares) y a otros asistentes de un lado y otro del charco que durante tres días se entregan en cuerpo y alma a este taller online.  

Del arte a la cocina

Una de las dinámicas de teatro. / María Marín.
Una de las dinámicas de teatro. / M. Marín.

Del vasto cartel de actividades encontramos algunas repetidas otros años que, como el buen vino, mejoran con el paso del tiempo y son siempre un éxito.

Los alumnos del colegio Montessori City Country School entran tímidos al Taller de iniciación al Teatro, organizado por la Facultad de Filología e impartido por la actriz Zaida Alonso. Los jóvenes consiguen acabar completamente desinhibidos: aprenden a transmitir la verdad, a crear situaciones imaginarias, a comunicar emociones e intenciones y a trabajar el equipo, para finalmente elaborar una breve secuencia de teatro al final de la clase.

Con su cuerpo también trabajaron 200 alumnos de secundaria y bachillerato de los centros IES ALK OR (Alcorcón), IES Aristos (Getafe) e IES Nuestra Señora del Carmen (Villaverde) en la actividad La danza de las membranas, organizada por la Facultad de Ciencias Biológicas.

Baile de membranas con paraguas. / María Marín.

Baile de membranas con paraguas. / Ana Casado

La finalidad, según Lucía García Ortega, una de las responsables, es “la representación a ritmo de la música de varios procesos relacionados con las membranas biológicas, ayudados por paraguas de distintos colores que simulan distintas moléculas implicadas en esos procesos”.

De las artes escénicas a las cocinas, en la planta piloto de la Facultad de Veterinaria los alumnos del instituto de FP Leonardo Da Vinci de Aluche ponen en práctica en Aprende y diviértete fabricando alimentos la elaboración de nubes y otro tipo de golosinas con la finalidad de descubrir cómo cambia el resultado de un alimento en función del proceso de elaboración que se haya seguido.  

“La Semana de la Ciencia es interesante para aprender los conceptos que vemos en clase, pero en otro contexto. Solo el hecho de salir a un entorno nuevo hace que el aprendizaje les motive mucho más. Además, los jóvenes pueden conocer un posible lugar para hacer prácticas", confirma su profesor Víctor Hervella.

En la actividad Química Espectacular y Mágica, los alumnos jugaron con elementos químicos de colores de una forma muy visual. “Ver lo que está por encima de ellos les fascina, venir a la Universidad les llama mucho la atención. En clase no tenemos todas las herramientas de las que disponen aquí. Además, la ciencia es algo muy manipulativo, necesita contacto”, explica Beatriz Rodríguez, profesor a de los alumnos que se han desplazado desde Toledo.

Alumnos de El Sol en la cata geológica. / María Marín.
Alumnos de El Sol en la cata geológica. / M. Marín.

En la Facultad de Ciencias Geológicas también se prueban alimentos, pero esta vez muy distintos.

En el taller Cata geológica: ¿A qué sabe la geología?, el alumnado del colegio El Sol vuelve a la UCM, pero esta vez no para anillar aves, sino para catar distintos tipos de agua, con gas y sin gas, para identificar el tipo de mineralización de cada una. Tras conocer el proceso de extracción de sal del mar y de minas, también prueban algunas provenientes de cinco continentes y descubren por qué la forma de cada tipo de sal diverge en función de su método de extracción y otras variables. 

Cabe destacar que entre los objetivos de la divulgación científica de la UCM está la inclusión de todos los colectivos en el conocimiento científico. Los miembros de la Cátedra Extraordinaria ONCE-Tiflotecnología de la UCM muestran los proyectos que llevan a cabo para generar herramientas apoyadas en las nuevas tecnologías que facilitan la integración en el taller De la Ciencia a la Tiflotecnología: tecnología accesible e inclusiva, en la Facultad de Informática.

Esto es solo una pequeña muestra de dos intensas semanas en las que se demuestra que la divulgación científica está más viva que nunca. 


 

      
Unidad de Cultura Científica y de la Innovación
María Milán. Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
Universidad Complutense de Madrid
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