La hora de la receta cultural

A finales de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publica un informe analizando más 900 publicaciones científicas de todo el mundo en las que se ponía de manifiesto el rol de las artes y la cultura en relación con nuestra salud y bienestar. La conclusión del informe es contundente: participar en actividades artísticas y culturales mejora nuestra salud física y mental. Cuatro años después, la OMS publica un nuevo informe en el que las evidencias son múltiples para pensar que el arte funciona como herramienta para la salud y el bienestar. Es el momento de sacar el talonario de recetas artísticas.

 

En la receta artística se recomienda por prescripción médica se nos recomienda participar en actividades artísticas y culturales para mejorar nuestra salud.

En la receta artística se recomienda por prescripción médica se nos recomienda participar en actividades artísticas y culturales para mejorar nuestra salud. / Shutterstock.

28 de noviembre de 2023. 

Las actividades artísticas pueden mejorar nuestro bienestar psicológico, fisiológico y social, incidiendo incluso en la adopción de comportamientos más saludables y el desarrollo de habilidades para mejorar nuestra vida. En el informe de 2019, además, la OMS recomendaba por primera vez incluir el arte y la cultura en los sistemas sanitarios.

El informe de 2023, muestra cómo las enfermedades no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, cáncer, entre otras) son responsables del 90 % de todas las muertes en la Región Europea de la OMS. Las artes pueden proporcionar soluciones creativas para reducir la carga en los tratamientos y abordar soluciones desde la prevención, especialmente durante un estado de permacrisis.

Es el momento de pasar a la acción. Y quizá una de las fórmulas más adecuadas para hacerlo e incorporar las artes en el sistema sanitario sea a través de la estrategia arts on prescription, o lo que podríamos denominar receta artística o cultural, donde por prescripción médica se nos recomienda participar en actividades artísticas y culturales para mejorar nuestra salud.

Este enfoque tiene un largo recorrido en el sistema sanitario en Reino Unido y empieza a cobrar fuerza en países nórdicos, y también en Estados Unidos. Basados en las evidencias anteriormente mencionadas, profesionales de la salud, en estrecha colaboración con los recursos sociales y culturales de la comunidad elaboran un plan o receta en la que la persona encuentra alternativas a problemas y malestares insidiosos que no tienen por qué ser atendidos solo desde una perspectiva sanitaria, sino desde una visión más holística donde el arte y la cultura pueden facilitar mecanismos para la mejora y el bienestar.

En esta misma línea, el grupo de investigación colaborador de la OMS de la University College of London, recoge en su último informe el impacto que tiene el arte en la prevención, promoción de la buena salud y en el tratamiento de enfermedades. Así pues, es necesario recetar o prescribir arte en todas las etapas de la vida: desde la infancia, para mejorar la autoestima, la concentración o evitar comportamientos poco saludables; pasando por la etapa adulta, para evitar problemas de depresión o ansiedad, y por supuesto con los mayores, como herramienta contra el deterioro cognitivo, el dolor crónico y para evitar la soledad no deseada o el aislamiento.

Cobertura de Arte y Salud universal

No podemos obviar que hay profundas barreras socioeconómicas e importantes desigualdades sociales que determinan el acceso a la cultura. Lo que la OMS define como determinantes sociales de la salud, es decir las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana, son auténticas barreras también en el acceso a la cultura y a las artes como parte de nuestra vida cotidiana.

Si tienes hijos menores, si vives en pareja, en barrios más deprimidos o en zonas rurales, probablemente tus oportunidades para participar en actividades artísticas serán menores. A esto hay que añadir dificultades de salud física, mental o soledad que hace que personas y colectivos no participen en estas actividades, perdiendo oportunidades de socialización y bienestar. CultureForHealth, consorcio europeo en respuesta a este mandato de la OMS, proponen varias respuestas urgentes y necesarias en este sentido: desde abordar la crisis de salud mental global, el envejecimiento de la población, promover una ciudadanía activa y comprometida, pasando por dar soporte y apoyo para el bienestar de los jóvenes.

Cultura, Arte y Salud Comunitaria en la ciudad de Madrid

Y no tenemos que ir muy lejos para encontrar ejemplos brillantes del poder de las artes en la salud y el bienestar, y como estas barreras socioeconómicas pueden solventarse. Este es el caso de Madrid Salud, que según el último informe de la OMS,  representa muchas de las consideraciones clave para el éxito en proyectos de Arte y Salud.

Hace ya doce años, gracias a un acuerdo de colaboración entre la Universidad Complutense de Madrid y el organismo autónomo Madrid Salud del Ayuntamiento de Madrid, se inició un recorrido apasionante, creando oportunidades para que estudiantes e investigadores de las artes y la educación artística junto con profesionales de la salud comunitaria desarrollaran intervenciones y proyectos conjuntos.

El resultado ha sido una explosión de vida artística y de participación ciudadana en los barrios de Madrid, desde Vallecas, pasando por Villaverde, Arganzuela o Ciudad Lineal, llenando los centros de salud comunitaria de propuestas artísticas, desde talleres de acuarela en Usera, un taller de poesía creativa, pasando por visitas a museos, creando un jardín vertical en Puente de Vallecas, o participando en la fiesta vecinal de la Colonia Experimental de Villaverde.

Pero sin duda, toda esta explosión de intervenciones tiene algo en común, son actividades artísticas donde los participantes, además de dibujar, pintar, tejer, sembrar, o dialogar a través de las obras de los museos, generan espacios de confianza, cuidado, celebración, transformación, diálogo, apertura y, sobre todo, conexión con la vida, ¿qué más le podemos pedir al arte? ¡Arte y Salud!

 

      

La autora de este artículo, Noemí Ávila, es investigadora delDepartamento de Didáctica de las Lenguas, Artes y Educación Física de la Facultad de Educación y Centro de Formación del Profesorado de la Universidad Complutense de Madrid. 


 

      
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