El río Manzanares: un arroyo de montaña con mucho que contar

Tras un otoño seco y un invierno con escasas precipitaciones, no es de extrañar que muchos miren al cielo con cierta preocupación. Esta situación se percibe sobre todo en el campo, pero a veces también puede verse reflejada en el caudal de cursos de agua que atraviesan las ciudades. Con motivo del Día Mundial del Agua que se celebra hoy, Lucia De Stefano, profesora del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología nos habla del río Manzanares, que cruza la ciudad de Madrid silencioso y discreto, a pesar de tener muchas historias que contar.

 

 

Imagen del río Manzanares con la Catedral de la Almudena al fondo. / Shutterstock.

Imagen del río Manzanares con la Catedral de la Almudena al fondo. / Shutterstock.

22 de marzo de 2022.

Cuando llueve debajo de la media histórica se habla de sequía meteorológica. Con el tiempo, esa falta de lluvia se deja notar también en los ríos, dando lugar a la llamada sequía hidrológica. Si nos asomamos a las orillas del río Manzanares en Madrid, sin embargo, apenas notaremos esa sequía hidrológica por dos razones.

En primer lugar, porque desde los años setenta ya no es la lluvia si no la presa de El Pardo – a 15km aguas arriba de la ciudad - quien decide cuánta agua circulará por el cauce. Este suele ser un caudal mínimo y constante. Y, en segundo, porque la gran mayoría del agua que corre por el río no es agua recién caída del cielo, sino efluente de depuradoras de aguas residuales (aproximadamente un 90% del agua que circula en el río Manzanares, aguas abajo de Madrid, proviene de ellas). Y, ya se sabe, los humanos seguimos duchándonos y tirando de la cadena, haya sequía o no la haya.  

Un desagüe maltratado por los madrileños

La mayoría del agua que se bebe en Madrid procede de los ríos Lozoya y Jarama, mientras que el Manzanares es más bien el “desagüe” que devuelve al Jarama las aguas después de su utilización. Esto ha ocurrido también a lo largo de su historia, cuando hasta mediados del siglo XIX, el agua que se bebía procedía de los viajes de agua – unas galerías que recogían el agua subterránea del acuífero de Madrid y lo repartían por la ciudad – mientras que el Manzanares servía sobre todo para recoger las aguas sucias tras el uso.  

Ruth Ferrero Turrión. / RFT.

Una de las expediciones a pie por el Manzanares. /  Archivo de Caminar El Agua.

Históricamente, el río Manzanares ha sido un río despreciado, maltratado y denostado por los habitantes de Madrid. De hecho, los escritores del Siglo de Oro se mofaban de este Aprendiz de río, como lo llamó Francisco de Quevedo. Cuando se construyó el Puente de Segovia, por ejemplo, el escritor Lope de Vega decía que teníamos un hermoso puente con esperanzas de río, y nos aconsejaba la venta del puente para comprar agua. Más tarde, los madrileños decidieron represarlo y rodearlo de autopistas hasta que, con el soterramiento de la M-30, empezaron a hacer las paces con su río.

Efectivamente, los escritores del Siglo de Oro tenían razón en que el Manzanares es un aprendiz de río: este curso de agua, de tan sólo 92 km, es una tercera derivada de río, ya que sus aguas tienen que ir primero al Jarama y luego al Tajo antes de desembocar en el Océano. En el fondo, es un arroyo de montaña.

Inspiración para un podcast

Pero por muy arroyo que sea, también el agua que baña sus orillas tiene mucho que contar. En el otoño de 2019 la arquitecta chilena Camila Kuncar  y yo decidimos recorrer a pie 30 km del río en 4 días, junto a más de 250 ciudadanos. Ese viaje fue la inspiración para el Podcast Caminar El Agua, una serie en audio de 4 episodios que cuenta las historias y la ciencia del río Manzanares en campos tan variados como la geología, la historia, la biología, la ornitología, la arquitectura, la ingeniería, el activismo y el arte. Veintidós expertos y muchos vecinos del río Manzanares compartieron con nosotras su sabiduría y sus vivencias.

Ahora cuando me asomo al río Manzanares resuenan en mi mente las voces de los bañistas en la piscina de la isla, que antes surgía en el medio del río en Príncipe Pío. Me imagino a los soldados republicanos durante el sitio de Madrid bendiciendo el río por protegerles de la entrada de las fuerzas franquistas debido a que las tanquetas se hundían en la arena de su lecho. Pienso en los mamuts de la Edad del Hielo, pastando por el río Manzanares hace millones de años, sin imaginarse que algún día sus colmillos de 3.7 metros serían la maravilla de las excavaciones de soterramiento de la M-30. Oigo a los nuevos visitantes del río - el martín pescador, el ruiseñor - o las grullas que utilizan el río como una referencia para su viaje migratorio. Me imagino a una matrona romana comiendo uvas en su domus, hoy sepultada debajo de la sala de conciertos de La Riviera. Estos son solo algunos de los episodios de su historia.

El Podcast Caminar El Agua te invita a ver el río Manzanares y sus paisajes rurales y urbanos con otra mirada. Porque, aunque en realidad no es más que un arroyo de montaña, el río Manzanares tiene mucho que contar, si solo lo sabemos escuchar.

 

Lucia De Stefano, profesora del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología, es la autora de este texto. 

El Podcast de Caminar El Agua se puede escuchar en la web de Caminar El Agua o en cualquiera de estas plataformas: Spotify, iVOOX, Apple PodcastsYoutube y se ha realizado en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología - Ministerio de Ciencia e Innovación, y el Observatorio del Agua de la Fundación Botín. Aquí el Teaser de la serie.


 

      
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