“Conocemos muy pocas especies de animales de las que realmente existen”

Desde hace más de treinta años, Fernando Pardos, investigador del Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), caza dragones. Los suyos no viven en castillos ni emiten fuego por sus bocas. El más grande llega al milímetro y tienen aspecto de gamba con peluca. Se trata de los kinorrincos (Kinorhyncha), los protagonistas de su charla Dragones en el barro del 11 de mayo en el próximo Pint of Science, el evento de divulgación que reúne a científicos con el público en los bares. 

 

Un kinorrinco al microscopio. / Fernando Pardos

Un kinorrinco al microscopio. / Fernando Pardos.

10 de mayo de 2022.

Toda una vida dedicada al estudio de los kinorrincos, ¿quiénes son estos microscópicos animales?

El nombre kinorrinco proviene del griego y significa “morro” o “trompa en movimiento. Son invertebrados marinos con la parte anterior del cuerpo muy móvil con un montón de apéndices con los que se agarran al sustrato en el que viven. Son unos organismos microscópicos y el más grande mide 1 milímetro, aunque lo normal es que tengan 200 micras. Viven en los huecos que dejan entre sí los granos de arena del fondo del mar.

¿Cómo los estudiáis, siendo su tamaño tan pequeño y su ubicación en el fondo del mar?

Para buscarlos, no bajamos al fondo del mar con un microscopio, nos los “traemos a casa”. Buceamos o dragamos, utilizando una especie de trineo que va barriendo el fondo del mar y lo mete en un saco que va al barco. Después, en el laboratorio, lo procesamos y aislamos a los animales.

¿En qué lugares del mundo los podemos encontrar?

Están en todas partes, es muy raro que hayamos llegado a un sitio, y hemos recorrido mucha España y mundo, y no los hayamos encontrado. Viven en todos los océanos y a todas las profundidades. Los puedes coger en el borde de la playa de Torremolinos o a 8.000 metros de profundidad. Los niños pueden hacer castillos de arena y llenarlos de estos “dragones”. Por supuesto, son inofensivos.

¿De dónde proviene el nombre dragones del fango, como se les conoce?

El nombre de dragones de fango se lo pusieron investigadores procedentes de China y a partir de ahí le llamamos dragones del fango o de barro. Es un gancho para despertar el interés de la gente. Esto nos ha inspirado para nombrar a las nuevas especies que vamos descubriendo: todos los dragones de la serie Juego de Tronos tienen un kinorrinco con su nombre, Smaug (El Hobbit) también, así como criaturas mitológicas relacionadas con el mar.

Fernando Pardos y su equipo en una de las expediciones "cazando" dragones. / F.P.

Fernando Pardos y su equipo en una de las expediciones "cazando" dragones. / F.P.

Hace un par de años, en la Unidad de Cultura Científica de la UCM recogimos la noticia de la identificación de nuevas especies de kinorrincos en el Caribe. No paráis de descubrir nuevas especies de este animal, ¿cuántas hay en la actualidad?

Cuando yo empecé con los kinorrincos, en los años 80, se conocían en ese momento 150 especies en todo el mundo porque solo se dedicaba a ello mi profesor, Robert Higgins. Ahora mismo estamos en más de 300 en todo el mundo, gracias a sus discípulos. En la UCM tenemos el único equipo en toda España que se dedica a esto. Mi primer viaje con el Prof. Higgins fue a Santoña, en Cantabria. En el primer puñado de fondo marino que sacamos identificamos dos especies nuevas para la ciencia. Las llamamos Hispanicus y Cantabricus. Desde entonces, hemos identificado más de cincuenta especies en España. La península ibérica ahora mismo es uno de los sitios mejor conocido en cuanto a la meiofauna –la comunidad biológica en el fondo del mar- y los kinorrincos del mundo, donde hay más especies descritas. Además, hemos participado en la descripción de especies en El Caribe, Brasil, Italia, Noruega, Japón o el golfo de Guinea. Nuestro equipo ha descrito más de treinta especies nuevas para la ciencia, a los que ha habido que poner nombre. Un proceso muy divertido.

¿Por qué estudiar estos animales?

Podríamos parecer científicos que estudiamos cosas que no sirven para nada, pero el objetivo fundamental es la adquisición de conocimiento con respecto a la biodiversidad. No conocemos los animales con los que estamos compartiendo el planeta, conocemos muy pocas especies de las que realmente existen. A la gente le hablas de animales y en seguida piensan en perros, gatos, pájaros o ballenas. Nos estamos perdiendo un montón de información sobre la biodiversidad real. Los kinorrincos, al igual que otras especies de la meiofauna, son la base de la comida de larvitas que a su vez forman parte del plancton que comen peces que a su vez son comidos por los grandes que luego pescamos y nos comemos nosotros. Conocer quiénes son, cómo son, dónde viven, qué relaciones tienen, qué importancia tienen en el ecosistema y cómo contribuyen al funcionamiento de la cadena alimentaria, es importante.

El miércoles, en el Café de Manuela (Madrid), hablarás sobre los kinorrincos. ¿Cuál es tu objetivo participando en el evento de divulgación científica Pint of Science?

En primer lugar, mi objetivo es abrir los ojos al público: hay demasiadas cosas que desconocemos de la biodiversidad animal, y más aún de la marina. La superficie de la Luna está mejor cartografiada que el fondo del mar, la conocemos mejor que lo que pasa debajo del agua. También es importante enseñar a la ciudadanía qué hacemos los científicos, cómo trabajamos y contribuimos al conocimiento de la biodiversidad y que puede que el día de mañana se descubra que estos animales tienen un componente químico que puede sernos útil.

 

Fernando Pardos estará el 11 de mayo a las 19:00 horas en el Café Manuela (Madrid) en el evento Pint of Science España.

Más información: https://pintofscience.es/event/dragones-y-chispas-arriba-esas-pintas


 

      
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