En la cuerda floja: el equilibrio como aliado de la salud física y mental

¿Alguna vez has tropezado o perdido el equilibrio sin ninguna razón aparente? Esto puede sucederle a cualquiera, pero ¿sabías que una peor estabilidad no solo reduce tu salud física, sino también tu salud mental? El tener un buen equilibrio es algo que damos por sentado, pero factores como el envejecimiento y la pérdida de visión pueden disminuirlo e impactar negativamente en nuestra calidad de vida. Este 8 de septiembre en el Día Mundial de la Fisioterapia, recordamos la importancia que tiene el equilibrio en una sociedad cada vez más envejecida.

 

El verano también aporta numerosos beneficios a nuestro organismo, / Shutterstock.

Nuestro equilibrio empeora  con el paso del tiempo / Shutterstock

8 de septiembre de 2023. Nadie podría negar que el equilibrio o estabilidad postural forma parte de nuestro día a día. El equilibrio es esa capacidad que tenemos para permanecer estables cuando nos levantamos del asiento del metro o mientras practicamos nuestro deporte favorito. 

El equilibrio también es importante para llevar a cabo actividades que nos pueden parecer menos obvias, como mantener una postura adecuada mientras estamos sentados frente al ordenador o subir y bajar escaleras sin caernos. De hecho, una de las principales consecuencias de un peor equilibrio es el riesgo de caídas y sus consiguientes fracturas, riesgo que se incrementa debido al envejecimiento y la osteoporosis. Se estima que 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres por encima de los 50 sufren fracturas de este tipo. 

El envejecimiento y el equilibrio, dos caras de una misma moneda.

A medida que crecemos, nuestro equilibrio se perfecciona y somos más estables. Sin embargo, esta situación se revierte al envejecer. La simple acción de vestirse puede convertirse en un acto de equilibrio heroico para una persona mayor, al intentar ponerse los pantalones mientras se sostiene “a la pata coja”.

La pérdida de estabilidad que sigue al envejecimiento se debe a la disminución de la fuerza, la masa muscular, y la capacidad del cuerpo para coordinar los movimientos. Sin fuerza y sin coordinación, la caída está servida.

Más allá de las fracturas óseas y otras lesiones graves que pueden requerir hospitalización, el miedo a caerse puede hacer que las personas mayores eviten practicar actividades con las que antes disfrutaban. El miedo lleva al aislamiento social, el aislamiento social lleva al sufrimiento, y el sufrimiento al deterioro de la salud mental.

Vista sana, equilibrio sano

El proceso de envejecimiento no se detiene en el deterioro de lo físico, sino que afecta también a lo sensorial. Es así como nuestras capacidades visuales disminuyen con la edad. El sentido de la vista es especialmente importante, ya que nos permite sortear los obstáculos de la calle y nos ayuda a mantener nuestra posición en el espacio y, por tanto, es un elemento clave para el equilibrio.

El equilibrio se compone de un equipo de sistemas complejos, incluyendo el vestibular (localizado en nuestro oído), el propioceptivo (ubicado en las articulaciones y otros lugares de las extremidades) y el visual. Es obvio pensar que la pérdida o disminución de alguno de los anteriores puede hacer que nos sea más difícil mantenernos en una posición estable y controlada. Pero ¿qué sucede si la vista es la que falla?

Aunque se ha debatido durante años sobre si las personas con una pérdida visual grave pueden compensar este déficit, la literatura científica ha presentado resultados contradictorios. Algunos estudios sugieren que la falta de visión puede aumentar la sensibilidad propioceptiva y vestibular de las personas, permitiéndoles mantenerse estables de forma muy efectiva, mientras que otras investigaciones afirman que la vista sería irremplazable para el mantenimiento de la estabilidad postural.

A pesar de que todavía queda mucho por investigar para resolver esta cuestión, es evidente que la pérdida de la vista puede tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas. La buena noticia es que es posible mejorar y/o compensar esta situación si se desarrolla un protocolo de entrenamiento adecuado. ¡Quedarse de brazos cruzados no es una opción!

Mueve tu cuerpo, tu equilibrio te lo agradecerá

En un mundo donde las palabras running y fitness están en boca de todos, es importante saber que el ejercicio es una solución simple y efectiva para fortalecer nuestro equilibrio. Al practicar una actividad física de forma regular, como andar al aire libre o jugar al fútbol, podemos fortalecer nuestros músculos y mejorar nuestra flexibilidad y coordinación, lo que a su vez puede mejorar significativamente nuestra capacidad para mantenernos estables en distintas situaciones.

Lo mejor de todo es que estaremos disminuyendo, además, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y mejoraremos nuestro estado anímico,  teniendo en cuenta que el ictus y la depresión son dos de las causas más comunes que generan discapacidad en todo el mundo. ¡Así que no te lo pienses más! Fortalece tu equilibrio para tener una vida sana y plena.

 

Mónica Alba Ahulló Fuster, autora de este texto, es investigadora predoctoral de Cuidados en Salud de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid.


 

      
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