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Se cumplen 10 años de la catástrofe de Rana Plaza

24 ABR 2023 - 19:45 CET

Se cumplen 10 años de la catástrofe de Rana Plaza

24 de abril de 2023, Icíar Entero y Celia Sánchez

Fotografía propiedad de la organización francesa Sherpa 

El pasado 24 de abril de 2013 tuvo lugar el derrumbe de un complejo de empresas textiles ubicado a las afueras de Dhaka (Bangladesh), provocando graves daños físicos en 2000 personas; así como el fallecimiento de otras 1130 personas. Antes del incidente, ya había sido denunciado por los empleados el mal estado en el que se encontraban las instalaciones, lo cual fue ignorado por parte de las empresas responsables. Junto al espacio donde se produjo el accidente se construyó un monumento con una hoz y un martillo en memoria de las víctimas.

En el país asiático, la industria textil supone el 80% de las exportaciones siendo así uno de los países que más textil importa del mundo. A pesar de la elevada importancia del sector textil y los altos objetivos de producción, este cuenta con unas condiciones laborales precarias: un salario mínimo de unos 5300 takas mensuales (50 euros) y una jornada laboral de 60 horas semanales; entre otras cosas. Esto obliga a que los trabajadores dediquen además horas extras para aumentar su nivel de ingresos. Esta situación es una consecuencia directa de la injerencia de los países occidentales y europeos que en el proceso de deslocalización de sus empresas en aras de aumentar sus beneficios económicos, recurren a la mano de obra de países menos desarrollados debido a su bajo coste y la laxitud de la normativa en seguridad laboral y en su control.

A través de esta situación se refleja la importancia del establecimiento de una cultura global de seguridad y salud sólida e inclusiva en el lugar de trabajo. El trabajo puede ser una fuente importante de lesiones y enfermedades, por lo que es fundamental garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades (“Salud y Bienestar” ODS 3). Además, para que los trabajadores puedan desempeñar su trabajo de forma productiva necesitan sentirse seguros y estar en unas condiciones físicas adecuadas, por lo que promover la seguridad y salud en el trabajo es esencial para lograr el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos (“Trabajo Decente y Crecimiento Económico” ODS 8).

Resulta igualmente importante destacar que la mayor parte de las víctimas afectadas fueron mujeres, lo cual nos lleva a la necesidad de recordar el ODS 5; siendo este accidente un ejemplo más de las situaciones de irregularidad que sufren tantas mujeres y niñas de todo el mundo, puesto que muchas de las que afortunadamente sobrevivieron, sufrieron tales heridas de gravedad que años más tardes seguían sin poder trabajar.

A raíz del desastre ocurrido el 24 de abril de 2013, la presión internacional (impulsada principalmente por la Campaña Ropa Limpia) y la evidencia de que las medidas voluntarias aplicadas por las empresas no eran efectivas, se determinó que el Acuerdo sobre Seguridad de Edificios y contra Incendios de Bangladesh debía ser vinculante, produciéndose una notable mejora en las condiciones de seguridad en el entorno de trabajo.

La implementación de este acuerdo supuso que la infraestructura de más de 1600 fábricas fuera más segura, generando mayor seguridad para 2 millones de personas trabajadoras. Además, a raíz del acuerdo, las empresas textiles se comprometieron con la implementación de las reformas necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores y su supervisión mediante inspecciones periódicas, así como del desarrollo del trabajo en unas condiciones dignas en materia de salud y seguridad.

Sin embargo, al margen del avance producido, en 2021 aún quedaban múltiples aspectos a mejorar, como la verificación de más de mil alarmas contra incendios instaladas en fábricas o la comprobación de la seguridad de las rutas de salida en unas 900. Además, quedaban por regular otros aspectos en relación con el bienestar de los trabajadores al margen de la seguridad de los edificios. Por ello, en septiembre de 2021 se creó el Acuerdo Internacional sobre Seguridad y Salud en la Industria Textil y de la Confección, impulsado por distintas marcas y sindicatos y firmado por 195 empresas. Este acuerdo contaba con objetivos mucho más ambiciosos en relación a la protección de la salud y la seguridad de las personas trabajadoras. Además, el acuerdo no se limita exclusivamente a Bangladesh, sino que tiene el objetivo de expandirse a más países: en 2023 fue aplicado por 45 empresas pakistaníes. 

La concienciación de esta problemática situación es un requisito fundamental para que las empresas sean alertadas de esta realidad provocada por ellas mismas. Surgen así campañas mediáticas como el hashtag Who made my clothes surgido precisamente a raíz del desastre de Rana Plaza. Por lo tanto, estas iniciativas son un altavoz para la denuncia de situaciones de este tipo que requieren en primer lugar la concienciación de la población.

Por otra parte, destaca la labor de la Campaña Ropa Limpia, una red internacional formada por más de 250 entidades y que está centrada desde hace más de 30 años en la mejora de las condiciones laborales en la industria textil. El papel de esta Campaña ha sido fundamental en materia de la concienciación sobre el desastre ocurrido en 2013 y en la presión ejercida sobre ciertas empresas para su adhesión al Acuerdo internacional. En la actualidad la presión se centra principalmente sobre empresas como Levi’s, Amazon, Decathlon o IKEA, y la Campaña busca reivindicar la inseguridad que sigue existiendo en un gran número de fábricas.

En definitiva, lo ocurrido en Dhaka supone un ejemplo de lo insegura que puede ser la industria de la confección, lo cual evidencia la necesidad de regular la situación todo lo posible para que no afecte al correcto desarrollo de los derechos humanos. Por ello, las grandes empresas deben reconsiderar el hecho de que sus ganancias económicas no pueden suponer un atentado contra los derechos de seguridad y de salud para sus trabajadores.

 propiedad de la organización  francesa Sherpa

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