Proyectos de Investigación

CONGRESO INTERNACIONAL "EL VIAJE DE LAS IDEAS LITERARIAS". PROGRAMA CON RESÚMENES

CONGRESO INTERNACIONAL "EL VIAJE DE LAS IDEAS LITERARIAS" PROGRAMA CON RESÚMENES

 

 

Enlace a los vídeos de las sesiones https://www.youtube.com/@Elviajedelasideas

Congreso Internacional

“El viaje de las ideas literarias: historiografía comparada de las literaturas clásicas” (HCLC)

(15-17 DE ABRIL DE 2024)

15 de abril: salón de grados, filología A

9:45 Inauguración del congreso

10:00 Juan Luis Conde (UCM): “La transferencia cultural frente al conocimiento franquiciado” (HCLC Resultado 1)

Sin restarle interés, objetividad y méritos, el concepto de transferencia cultural (transfert culturel/cultural transfer/Kulturtransfer), tal como lo plantea Michel Espagne, es un producto característico de lo que se conoce hoy día como «corrección política». Resultado de las actitudes post-coloniales, su planteamiento expresamente anti-chauvinista, anti-supremacista, anti-etnocéntrico, etc., pretende no ofender a las víctimas de la historia y, a cambio, proporcionarles motivos de orgullo. Su insistencia en el concepto de «re-semantización» por parte de los receptores de la transferencia, incidiendo en el «valor añadido», su nuevo significado, etc., aspira a presentarlos como autores originales de un nuevo producto, en lugar de poner de manifiesto su carácter de depositarios y propagadores de productos ajenos. Espagne critica al comparatismo, dando la impresión de que no quiere comparar para evitar, precisamente, «agravios comparativos». Pero mirar realidades coloniales con una mirada post/anticolonial (como si el hecho de aplicarle esa mirada a la realidad borrase la experiencia histórica y reivindicase y redimiese a las víctimas del colonialismo) tiene como consecuencia paradójica el blanqueo del colonialismo. La teoría del conocimiento franquiciado, en lugar de disimular el hecho o quitarle trascendencia, trata de subrayarlo. Resulta inevitable utilizar la metáfora del «viento» a propósito del viaje de las ideas: las cambiantes relaciones de poder conforman una rosa de los vientos que rige los procesos de polinización y asimilación cultural. Espagne critica también el concepto de «influencia», quizá porque sitúa el inicio de sus estudios en las transferencias culturales entre Francia y Alemania durante el siglo XIX, cuando existía entre ambas naciones una relación casi equipolente, lejana a la colonial y enmarcada en unas circunstancias de poder multipolar en Europa. Pero, como se ha señalado oportunamente, en el «encuentro» moderno entre Francia y España es siempre Francia la que se copia en España, y no al revés. Ese hecho indica, precisa y claramente, la dirección del poder de influencia. Finalmente, la teoría de la transferencia cultural ignora o menosprecia también los factores bio-políticos: cuando habla de «mediaciones» o «puentes» que llevan y traen las transferencias culturales, no se detiene a identificar los factores dependientes de la lucha por la dominación, la ambición o los intereses personales de los seres humanos que soportan ese tráfico de ideas, de manera que las ideas parecen viajar como el polen, llevado y traído por vientos caprichosos. Por su parte, con la noción de «conocimiento franquiciado» se ha descrito, en un modelo de análisis neocolonial, una parte sustancial de la circulación de ideas y conocimientos desde el centro imperial representado hoy por el mundo angloparlante, y más específicamente los Estados Unidos, a la periferia provincial, que alcanza a grandes áreas del planeta y tiene especial incidencia en Europa. En concreto, se ha empleado para describir un campo de intereses académicos gobernado por dichas relaciones de poder y que funciona a semejanza de los negocios llamados «franquicias», un tipo de empresa con comprensible mala fama: a cambio de dependencia permanente de una casa central y ciertas regalías, se recibe autorización para replicar un negocio ya consolidado que permite al empresario local minimizar los riesgos. El conocimiento franquiciado replica en la periferia las líneas de investigación del centro, contribuyendo así a reforzar el soft power imperialista y con él la dependencia tanto política como epistémica. Su rastreo permite identificar a receptores y propagadores de lo que Espagne denomina «transferencias culturales» entre ciertas élites provinciales que adaptan su bio-política de manera oportunista y despliegan sus velas intelectuales a favor de esos vientos. El motor que hace circular las ideas es un interés que no está centrado en el conocimiento per se, sino que se manifiesta en la voluntad de hacer méritos, es decir, de servir al poder sin cuestionarlo y de, a su vez, servirse de él. Ese interés puede calificarse, pues, con múltiples adjetivos que empiezan por «p»: particular, privado, personal, profesional, promocional...

10:30 Francisco García Jurado (UCM): “La Historia de la literatura Romana/Griega: de la “república literaria” a la “biografía de los pueblos” (HCLC Resultado 2)

Uno de los fenómenos más significativos que apreciamos en la enseñanza de las literaturas clásicas a lo largo del siglo XIX tiene que ver con la nueva formulación en clave de “biografía” de sus respectivos pueblos. Tal planteamiento confiere a estas enseñanzas una historicidad (biografía) al tiempo que una orientación nacional (nación) que las aleja ciertamente de la antigua idea de república literaria.

Tales planteamientos no surgen de la nada, dado que se habían ido gestando a lo largo del siglo XVIII. Podemos verlo, a modo de fundamentación filosófica, en la obra del filósofo Johann Gottfried Herder, a quien debemos nuestra manera de considerar la sucesión de la historia antigua a partir de los diferentes pueblos: egipcios, griegos, romanos… Por su parte, N. Funccius muestra ya en su obra acerca de la Historia Latinae Linguae, a través de la metáfora de las etapas de la vida, claros sesgos nacionales, como cuando afirma que el alemán es anterior a la propia lengua latina. En el caso de las literaturas clásicas, debemos acudir indudablemente al pensamiento de Friedrich August Wolf, quien ya en sus programas de curso de 1787 (redactados en alemán) de Literatura Griega y Literatura Romana (que no Latina) establece una historia interna para cada una de ellas, planteada como una biografía de sus respectivos pueblos. Wolf, como bien a punta Gianotti, configuró a partir de las literaturas griegas el modelo para las futuras historias nacionales de las literaturas modernas.

11:00 Descanso

11:30 Ana González Rivas (UAM): “La publicación de la Historia de la literatura griega de Gilbert Murray en España” (HCLC Resultado 15)

Uno de los grandes clasicistas de finales del siglo XIX fue Gilbert Murray (1866-1957), cuyos estudios sobre la literatura griega, en general, y la tragedia, en particular, tuvieron una gran difusión en el mundo académico y fuera de él. Como ejemplo de ello, en el presente trabajo se analizará el proceso de recepción del volumen de Murray titulado A History of Ancient Greek Literature (1897), publicado en España con el título Historia de la Literatura Clásica Griega (1899), dentro de la colección “Biblioteca de Jurisprudencia, Filosofía e Historia” de la editorial “La España Moderna”. En este análisis se pondrá de manifiesto el papel fundamental desempeñado por José Lázaro Galdiano, fundador y editor de “La España Moderna”, que envió copias del manual a diferentes universidades españolas, así como el de algunos intelectuales de nuestro país –muy especialmente, el de Marcelino Menéndez Pelayo, el primero en recomendar la traducción y la publicación del volumen; pero también, en el ámbito literario, el papel de Miguel de Unamuno, que tuvo la oportunidad de conocer personalmente a Murray en un viaje a Inglaterra. Por otra parte, el estudio sobre cómo las ideas de Murray se introducen en las universidades españolas se abordará desde las particulares del contexto cultural de fin de siglo, marcado por la polémica de la ciencia española y el creciente deseo de establecer por primera vez una titulación de Filología Clásica en nuestro país. Culmina así un “viaje” intelectual con el que, al menos en parte, se pondrá en evidencia la relevancia que tuvieron los estudios de Murray en la configuración de los Estudios Clásicos en España.

 

12:00 Coloquio

Pausa comida

16:00 Giuditta Cavalletti (UNAM): “La estética de la expresión de Croce y su impronta en la historiografía hispana de la literatura latina a comienzos de siglo XX: el papel de Vincenzo Ussani” (HCLC. Resultado 13)

 

El incipit de nuestro viaje

El punto de partida del presente trabajo es la entrada que preparé  para el Diccionario Hispánico de Tradición y recepción clásica dedicada a Benedetto Croce (1866-1952) y a su estética: el estudioso italiano demuestra querer tomar distancias con respecto al método de estudio que se aplicaba en ese momento y que tenía sus bases en el positivismo, proponiendo derrumbar dicho mito cientificista, que llevaba a aplicar de manera errática los métodos propios de las ciencias duras a todo estudio, incluido el de la literatura[1]. En particular, Croce pone el acento en los efectos que la aplicación del método científico ha tenido en la cultura y subraya la necesidad de liberarla, permitiendo que los estudios vuelvan a enfocarse en el aspecto individual y propio de la expresión artística, dejando a un lado la búsqueda forzosa de explicación en causas y fuerzas externas.

 

En el viaje que ahora emprendemos, el desafío es profundizar en cómo las ideas de Croce y sus seguidores llegaron a España a comienzos del siglo XX, de manera particular en lo que respecta a la historiografía de la literatura latina, analizando la figura de Pedro Urbano González de la Calle (1879-1966), filólogo y humanista español cuyas ideas relativas al idealismo lingüístico y literario pueden verse reflejadas de manera muy interesante en su artículo titulado "Influencia de las literaturas clásicas en la formación de la personalidad" (Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 41, 1920, 105-122), donde la huella de Croce resulta notable, y en la reseña que unos años más tarde, en 1935, publicó en la revista Emerita[2] del manual que Vincenzo Ussani había elaborado acerca de la literatura latina en la edad republicana y augustea.

 

El análisis ofrecerá claves de lectura sumamente significativas acerca de la recepción de las ideas de Croce en estos dos autores que comparten la idea de que la historia de la literatura no debe ser un “confuso amasijo de referencias bibliográficas”, una lista de nombres, obras y fechas, sino “una artística y sistemática construcción doctrinal que refleje las cardinales directivas y vicisitudes de la evolución literaria estudiada”.

 

16:30 Mónica de Almeida (UCM): “La enseñanza de la literatura clásica en el Brasil del siglo XIX y primera mitad del siglo XX” (HCLC. Resultado 25)

-Introducción: contexto histórico y la educación en Brasil

Desde los albores de la colonización hasta 1759, la enseñanza en Brasil estuvo a cargo de la Compañía de Jesús. Su expulsión del país por el Marqués de Pombal conllevó a un desorden en la educación, restablecida tan sólo en 1772, con la implantación de las “cadeiras régias”[3], en las que se instituyeron las asignaturas de Latín y Griego (Tuffani, 2000/2001: 394). Asimismo, la reforma educativa en Brasil fue bastante lenta y hasta 1799 no se regularizó la fiscalización en las escuelas.

 

No obstante, no será hasta la llegada de la familia real el 22 de enero de 1808 y la transferencia de la corte portuguesa a Río de Janeiro que la educación en el país gane relevancia (Tuffani, 2000/2001: 394-395), hecho que marcó no sólo el avance de la enseñanza en Brasil, sino el fin del régimen colonial y el inicio de la independencia comercial y política el país. João VI favoreció las exploraciones científicas, creó escuelas en Río y Bahía, la Imprenta Regia, el Diario Oficial, la Biblioteca Real, el Museo de Historia Natural y varios jardines botánicos (Barão do Rio Branco, 1889: 87). Sin embargo, en 1820 se convocaron las Cortes Constituyentes en Lisboa, lo que implicó en su regreso a Portugal y la indicación de su hijo mayor, Pedro I, como regente de Brasil, proclamado Emperador Constitucional con la independencia de Brasil, el 07 de septiembre de 1822[4]. Tras la muerte de João VI en 1826, Pedro I asumió, además, la regencia de Portugal y en abril de 1831 abdicó el reinado de Brasil a favor de su hijo, Pedro II.

 

Según Tuffani (2000/2001: 395), la nueva fase de crecimiento intelectual en Brasil, después del primer reinado, se dio con el “Acto Adicional” del 06 de agosto de 1834, precepto que consolidó la enseñanza secundaria en el país. En 40 años, bajo la dirección de Pedro II, Brasil hizo grandes esfuerzos para difundir la instrucción, mejorar el nivel de la enseñanza, desarrollar la agricultura, la industria y el comercio, con una firme y rápida marcha del progreso (Barão do Rio Branco, 1889: 131). Asimismo, la literatura clásica ganó evidencia durante este período, dado que el emperador D. Pedro II valoraba los saberes clásicos (Thaís Fernandes, 2017).

 

En 1837, el “Colégio Pedro II” asumió la posición de “escuela-modelo” de enseñanza secundaria. En 1841 se dictó una reforma estatutaria, de modo que al final del curso de Humanidades se les confería a los alumnos el grado de “Bachillerato en Letras”, que debería tener lugar en un curso superior, nunca establecido durante el Imperio[5] (Tuffani, 2000/2001: 395).

 

Con la llegada de la República en 1889 se puso en marcha una reforma general en la educación. Con respecto a la enseñanza secundaria, se favoreció el aprendizaje enciclopédico, que privilegiaba las ciencias exactas y físicas, en perjuicio de la formación clásica y literaria. El decreto de 2 de enero de 1891 redujo el período del curso de Letras/Humanidades de siete para cinco años (Tuffani, 2000/2001: 395). Asimismo, en las últimas décadas del siglo XIX, hubo dos momentos paralelos en la literatura brasileña: de un lado, un movimiento de oposición a los modelos europeos y, de otro, escritores que supervaloraban la cultura y literatura clásicas. El sistema literario reflejaba el momento convulso en la política de Brasil, que vivía su proceso de independencia con la proclamación de la República (Thaís Fernandes, 2017: 98).

 

Durante el siglo XX se crearon las primeras Universidades en el país. Los años que antecedieron a la Primera Guerra Mundial fueron decisivos para la renovación de los estudios clásicos en Brasil (inicio de un período de transición de los estudios latinos en el país). En la fase anterior, el estudio del Latín se limitaba al seminario, a la secundaria de tradición clásica y literaria, y al curso jurídico con la Cátedra de Derecho Romano (Tuffani, 2000/2001: 4).

 

-Conclusión

 

la enseñanza de la literatura clásica en Brasil ha recibido influencias muy variadas: desde la orientación educativa y libros franceses (se menciona a Villemain y Pierron), hasta el influjo norteamericano e italiano. Aunque no se haya encontrado mención explícita al uso de manuales portugueses en las clases, excepto la referencia a Viale encontrada de forma indirecta en la obra de Pinheiro, es muy probable que estos documentos hayan formado parte de los programas escolares, ya que se hace alusión a ellos en otras obras publicadas en Brasil durante el siglo XIX, confirmando su presencia en país y en el contexto educativo de la época (en bibliotecas y gabinetes de lectura).

 

De forma general, podremos decir que los estudios clásicos en Brasil del siglo XIX hasta mediados del XX, contaban con publicaciones de autores locales y traducciones de obras extranjeras. Los profesores extranjeros procedían sobre todo de Portugal, Francia e Italia.

 

Asimismo, la publicación de los primeros manuales en Brasil se llevó a cabo en las regiones norte y noreste, por dónde, inicialmente, llegaba el conocimiento y, posteriormente, ya en siglo XX, con la fundación de las universidades y la inmigración italiana en el país, se desplazó más al sureste y sur de Brasil:

 

- João Henrique Vieira da Silva - São Luís, 1884 (brasileño)

- Francisco Sotero dos Reis - São Luís - manuscritos de 1862 (brasileño) 

- Frota Lima - Belém, 1920 (brasileño)

 

- José Marques da Cruz - São Paulo, entre las décadas de 20 y 40 (portugués)

- Estevão Cruz - Porto Alegre, 1936 (brasileño)

- G. D. Leoni - São Paulo y João Ravizza – Niterói (RJ) – década de 1940 (ambos italianos)

- Augusto Magne - São Paulo, 1946 (francés)

 

Bibliografía Primaria:

Cruz, E. (1936): História Universal da literatura, Antiguidade Oriental e Clássica. Porto Alegre, Edição da Livraria do Globo, 1º v.

Cruz, E. (1935): Programa de Latim. Antologia, subsídios históricos e gramaticais. Porto Alegre, Edição da Livraria do Globo.

Da Cruz, M. (¿1924?): História da Literatura Oriental, Grega, Latina, Franceza etc. e especialmente, Portugueza e Brasileira, com um appendice sobre composição literaria e versificação. São Paulo, Companhia Melhoramentos, 4ª Edição.

Da Silva, J. H. V. (1884): Bellezas da litteratura latina. S. Luiz, [s.n.]

Dos Reis, F. S. (1882): Curso de literatura romana. Manuscrito.

<http://casas.cultura.ma.gov.br/portal/bpbl/acervodigital/> [consulta: 14 de enero de 2024]

Lima, H. F. (1920): Synopsis historica litteraturae Latinae. Belém, [s.n.].

<http://obrasraras.fcp.pa.gov.br/publicacao/synopsis-historica-litteraturae-latinae/> [consulta: 14 de enero de 2024]

Ravizza, J. (1940): Gramática Latina, acrescida de um compêndio da historia da literatura latina. Niterói, Escolas Profissionais Salesianas. 9ª Edição.

<https://latim.paginas.ufsc.br/files/2012/06/Gram%C3%A1tica-Latina.-Ravizza.pdf> [consulta: 14 de enero de 2024]

 

17:00 Gorana Stepanic (UNIPU): “La Historia Latinae/Graecae Linguae y su transferencia al ámbito hispánico: el caso de Fray Vicente Navas” (HCLC Resultado 4)

Este trabajo representa, en cierto modo, un repaso y ampliación de los conocimientos que hasta ahora tenemos sobre dos obras del fraile domínico Vicente Navas y Márquez (Mérida, 1741 – Comayagua [Honduras], 1809), quien publicó, bajo el pseudónimo de Casto González Emeritense, los manuales de literatura Compendiaria in Gaeciam via y Compendiaria in Latium via (Madrid, 1792). Partiendo de los hallazgos del Dr. García Jurado sobre el autor y sus dos obras, intentaremos ofrecer una presentación de carácter completo de las obras del padre Navas.

 

El trabajo se organizará sobre los siguientes ejes:

 

  1. La biografía de Vicente Navas, repasada y ampliada con nuevos datos de su período europeo (hasta 1794). A partir de la documentación archivística (AHN, Estado, 3243-6) se aportan nuevas fechas sobre su vida y las circunstancias de su estancia en Roma
  2. El proceso de la edición de las Vías: gracias al material archivístico, tanto el ya conocido como el recién descubierto (AHN, Consejos, 11.279-82), es posible trazar con mayor precisión el proceso de la edición de los dos manuales y la implicación de los personajes históricos que participaron en el proceso (Pérez Bayer, los Secretarios de Estado (años 1791-1794): Conde de Floridablanca, C. de Aranda, C. de Alcudia, el director de la Imprenta Real Santiago Barufaldi). Los libros que Floridablanca, según Navas, le permitió introducir en España.  Corrección de algunos datos que ofrece Aguilar Piñal.
  3. La estructura de las Vías. Sus fuentes declaradas (inter alia Fabricius, Walchius, Funccius), pero también tácitas (Borrichius, Conspectus praestantiorum scriptorum Latinae linguae). Modos de apropiación de las fuentes, tanto a nivel conceptual (terminología, división de las literaturas griega y latina en períodos), como a nivel verbal (declaraciones sobre autores grecorromanos citadas verbatim). 
  4. El contexto en el que aparecieron los manuales de Navas y su interpretación: el origen de la obra, su ideología (las ideas que destacan tanto en el prólogo de la obra, como en la correspondencia del autor), su objetivo educativo, su contexto cultural y político (apoyo a la monarquía, etc.). Navas como representante de la corriente tradicional en la educación basada en los autores grecolatinos vs. la ampliada a autores modernos. Especulación sobre su conflicto con Pedro Estala e Ignacio García Malo sobre el proyecto del Diario Enciclopédico).  

 

17:30 María Carolina Domínguez (UNLPam): “Lecciones universitarias y crítica filológica en la Argentina: Historia de la literatura griega (1941-1947) de Francisco Capello” (HCLC Resultado 21)

 

El período comprendido entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX en la Argentina estuvo signado por la construcción de los Estados nacionales y la formulación de un proyecto identitario cohesivo ante los fenómenos de inmigración masiva e ingreso a la modernidad. En ese Plan ilustrado de “modernización”, la educación tuvo un papel político relevante (Tedesco) centrado en la formación ciudadana, Como parte de las políticas de instrucción pública orientadas a la integración sociocultural, en la Argentina se contrataron profesores europeos para la enseñanza de las ciencias en los colegios nacionales y en la Universidad de Córdoba. En ese grupo heterogéneo, conformado por educadores de diversa procedencia (francesa, alemana, inglesa, entre otras nacionalidades), arribaron a la Argentina algunos de procedencia italiana, tales como Matías Calandrelli (1844-1919), Giuseppe Tarnassi (1863-1906) y Francisco Capello (1859-1946), en quien se centra este estudio.

 

Estos actores, en la tensión entre su condición de extranjeros y el posicionamiento en un nuevo espacio laboral y social, producen dispositivos lingüísticos, literarios y retóricos para la enseñanza, en estos casos particulares, de las disciplinas clásicas grecolatinas. Al mismo tiempo que ejercían la docencia en instituciones estatales, editaron antologías, compendios, apuntes e historiografías de las literaturas griegas y latinas clásicas con el objeto de legitimar(se) y acreditar saberes “migrantes” portadores de criterios “universales” de cientificidad. Estos agentes, a su vez, eran colaboradores asiduos en diversos periódicos locales, y esas publicaciones estaban en relación directa con los cargos ocupados y la producción literario-científica. En tal sentido, la emergencia de la literatura hispanoamericana, y de la argentina en particular, no puede tratarse sin remitirla a la prensa y a las revistas culturales (Goldgel, p. 53; Delgado). Así, en sus textos intervienen estrategias de selección, traducción, adaptación y reformulación que resemantizan los discursos y las prácticas en el pasaje de un espacio geocultural a otro. La categoría teórica de transferencia cultural, propuesta por Michel Espagne (2013), establece una tipologización de los vectores que posibilitan el tránsito de los objetos culturales; para analizar y clasificar los documentos del corpus, resultan funcionales dos factores específicos que se encuentran interrelacionados: docentes que aportan conocimientos foráneos y traductores y adaptadores de manuales[6]. Los textos resultantes de estos procesos de “pasaje” trasnacional no solo establecen continuidades con tradiciones prestigiosas, en su doble referencia al mundo grecolatino y a la modernización europea, sino que también expresan discontinuidades, rupturas y conflictos entre sistemas culturales.

 

Estos vectores de transferencia cultural se encuentran ensamblados con las formas de circulación de los saberes de una a otra orilla. En los casos analizados, la movilidad del conocimiento implica, en primer término, la resultante del traslado geográfico de los sujetos migrantes que involucra un desplazamiento del locus enuntiationis europeo al latinoamericano; esta “dislocación” espacial tiene un correlato simbólico en cuanto pone de manifiesto la representación dominante norte-sur o, si se prefiere, la desigualdad centro-periferia. En segundo término, y a partir de aquí se siguen los postulados de Roger Chartier (2021) —no necesariamente en el orden que este autor los presenta—, una transposición del discurso científico al escolar y académico, en cuanto sus producciones se destinan a los niveles secundario y universitario. A estas transformaciones, en tercer lugar, se deben añadir los cambios de lenguas: de las clásicas, griego o latín, a la lengua materna de los profesores italianos, y de esta al español; además, por supuesto, de la bibliografía crítica en alemán u otros idiomas que los autores declaran haber realizado. Este criterio de traducibilidad conlleva, de acuerdo con Chartier (2021, 19), no solo la búsqueda de equivalencias entre lenguas, sino también las transformaciones materiales de los textos en lo que atañe a los géneros discursivos y a la edición.

 

Por otra parte, la noción de repertorios desarrollada por Itamar Even-Zohar en la década de 1990 en el marco de la teoría de los polisistemas, ampliada y revisada posteriormente por Georges Didi-Huberman, resulta funcional para esclarecer los modos en que textos y autores literarios están sujetos a operaciones de transmisión, traducción, incorporación y transformación en períodos y circunstancias culturales precisas. Así, en intersección con los estudios literarios que abordan un fragmento de la configuración de repertorios culturales, los desarrollos teóricos acerca de tradiciones discursivas (Kabatek), tradición selectiva (Williams) o afiliaciones (Said) resultan pertinentes para el análisis de estas interacciones en términos de evocación, transformación, interferencia, distancia e historicidad.

 

Asimismo, desde el campo de la Historia de la Educación, resultan insoslayables los aportes de la manualística escolar para analizar los materiales del corpus en cuanto emergentes de valores e ideologías hegemónicos como también de contenidos, métodos de enseñanza y teorías pedagógicas que circulan en un momento histórico determinado. En este aspecto, además de los ya clásicos trabajos de Alain Chopin, considerado el pionero de estos estudios en el ámbito europeo, y de Agustín Escolano Benito, referente en España, para el caso argentino específicamente son centrales las contribuciones de Elvira Narvaja de Arnoux acerca de la función de los libros de texto de historia, lingüística y retórica en el sistema educativo estatal, uno de los ejes ideológicos de los estados republicanos liberales del Cono Sur. Estos dispositivos, aun cuando estaban marcados por la impronta nacional de los países de origen, tuvieron como finalidad preponderante la integración de la población y la formación de ciudadanos en las naciones emergentes. A pesar de las consabidas diferencias que tuvo el proyecto modernizador en Europa y América Latina (Ramos, 1989), es posible advertir coincidencia de intereses en las investigaciones en lo que respecta a la transferencia de las ideas entre estos ámbitos; tal hipótesis se sustenta en el hecho de que las disciplinas privilegiadas para la difusión de los idearios nacionales tuvieron anclaje en rasgos comunes que se suscitaron a ambos lados del Atlántico a partir de la coyuntura político-revolucionaria francesa, el tránsito del Antiguo Régimen al liberalismo decimonónico y la configuración de los Estado-nación latinoamericanos.

 

A partir de estas perspectivas teóricas, se delimitan los siguientes objetivos:

 

- Caracterizar la figura de los educadores Matías Calandrelli (1844-1919), Francisco Capello (1859-1946) Giuseppe Tarnassi (1863-1906) como vehículo de mediaciones lingüísticas, conceptuales y culturales entre espacios geoculturales disímiles.

 

- Catalogar y describir los textos producidos por Calandrelli, Capello y Tarnassi para la enseñanza de la literatura clásica en la Argentina de entresiglos con relación a los conocimientos, discursos y prácticas pedagógicas y culturales del sistema europeo.

 

- Explicar las estrategias discursivas específicas, tales como selección, adaptación, traducción, reformulación, resemantización, empleadas en los dispositivos lingüísticos, literarios y retóricos destinados a la enseñanza de las disciplinas clásicas en la educación estatal con la finalidad de una construcción identitaria nacional.

 

- Delimitar en forma sistemática y de acuerdo con los criterios establecidos en común con el equipo de investigación del HCLC los vectores históricos y las transferencias culturales que operan en los manuales de literatura grecolatina a partir del tránsito de los conocimientos entre contextos diferentes.

 

- Establecer los propósitos de esos repertorios destinados a la enseñanza que, al mismo tiempo, actúan como núcleos propulsores de innovación pedagógica y literaria y constituyen modelos de lectura y de escritura que inciden en la configuración de ciudadanías culturales.

 

Referencias bibliográficas

 

Chartier, Roger. Editar y traducir. La movilidad y la materialidad de los textos. Traducción de Georgina Fraser. Gedisa, 2022.

Choppin, Alain. «Le manuel scolaire, une fausse évidence historique», Histoire de l’éducation 117, 2008, pp. 7-56.

Choppin, Alain. Les manuels scolaires: histoire et actualité. París, Hachette, 1992.

Delgado, Verónica. El nacimiento de la literatura argentina en las revistas literarias 1896-1913. Tesis de Doctorado, 2006. https://doi.org/10.35537/10915/3067

Espagne, Michel. “La notion de transfert culturel”. Revue Sciences/Lettres vol. 1, 2013, pp.1-9. https://doi.org/10.4000/rsl.219

Even-Zhoar, Itamar. Teoría de los Polisistemas. Estudio introductorio, compilación de textos y bibliografía por Montserrat Iglesias Santos. Madrid: Arco, 1999. 223-231.

Goldgel, Víctor. Cuando lo nuevo conquistó América. Prensa, moda y literatura en el siglo XIX. Siglo XXI Editores, 2013.

Kabatek, Johannes. "Tradiciones discursivas y cambio lingüístico". Lexis, vol. XXIX, n.°2, 2005, pp 151-177.

 

18:00 Coloquio

 

 

 

16 de abril: salón de grados, filología A (MAÑANA)

10:00 Josep Lluís Teodoro Peris (UV): “Las obras jesuíticas sobre literatura latina compuestas en Italia en el panorama general de la historia literaria de la época” (HCLC Resultado 5)

El objetivo de este capítulo consiste en el estudio de las composiciones sobre historia literaria redactadas por los exjesuitas españoles exiliados en el norte de Italia durante el período de expulsión de la Compañía de Jesús de los territorios de la Monarquía Hispánica (1767-1814) y la valoración de estas obras en el panorama general de la historia literaria de la época.

Durante estos 47 años, los casi 5500 miembros de la Compañía de Jesús de la Asistencia Española se asentaron en diversas ciudades italianas, organizados según sus provincias (divisiones administrativas de la propia orden religiosa). La provincia de Aragón, que comprendía los antiguos territorios hispánicos de esta Corona, se organizó durante el exilio de modo centralizado, de tal manera que sus miembros ponían en común las pensiones recibidas desde España y mantenían entre sí un estrecho contacto. Este hecho propició una serie de intereses culturales compartidos que se tradujeron en la aparición de diversas obras que trataban la vigencia de la lengua y la literatura latina, en un contexto de resistencia a las corrientes ilustradas más radicales.

Ahora bien, aunque son las que más recepción tuvieron en Italia, las obras sobre este argumento no son muy numerosas entre la amplia galería de publicaciones de los jesuitas expulsos. Esta circunstancia nos permite centrar nuestra investigación sobre una reducida nómina de autores y de obras, cuya relación preliminar podría ser la siguiente, según orden cronológico de nacimiento:

 

 

 

 

 

El estudio de estas obras, además de su descripción y características, nos permitirá poner de manifiesto las transferencias culturales recibidas por estos autores desde los ámbitos germánico, francés, italiano y británico, y plasmadas en las obras antes mencionadas.

Estas posibles transferencias se producen en dos ámbitos muy concretos:

La concreción de los lugares de formación y de actividad puede permitir la determinación y el estudio de la mayoría de los vectores culturales implicados:

 

Los argumentos expuestos en estas obras, por su complejidad, nos permitirán tratar otros aspectos relacionados, presentes en los debates culturales del momento:

 

 

10:30 Antonio Barnés (UCM): “La versión española de la Literatura antigua y moderna (1843) de Friedrich Schlegel y su difusión en los primeros manuales españoles de literatura latina” (HCLC Resultado 8)

En 1843 ve la luz la primera obra en español de Friedrich Schlegel (1772-1829): Literatura antigua y moderna. Esta versión póstuma supone un hito por cuanto Friedrich Schlegel fue una de las voces más autorizadas del nuevo paradigma romántico. Su historia de la literatura, por tanto, participa de los principios fundamentales del Romanticismo: su sentido de la historia, su valoración del pueblo y de la nación como claves interpretativas de cualquier fenómeno cultural; su exaltación de la cultura y de la lengua. En lo que a la Filología Clásica se refiere, sus juicios sobre griegos o romanos son de vital importancia. Es sabido que los románticos priman la originalidad sobre la mímesis y que, en consecuencia, enaltecen la cultura griega como primigenia y particularmente creativa, referencia constante de una nación, una lengua, una cultura íntimamente genuinas. Más allá de que las ideas de Friedrich Schlegel fueran conocidas en las diversas lenguas en que fueron traducidas (una obra en alemán, siete en francés y una en italiano anteriores a 1843 custodia la Biblioteca Nacional de España), la versión española supondrá un conocimiento de primera mano de la historia literaria de este autor.

En nuestro trabajo examinamos el Curso elemental de literatura latina de Ángel María Terradillos (1848), obra más madura que su Manual histórico-crítico de la literatura latina (1846): “primer manual oficial de literatura latina publicado en España” (García Jurado, 2019). En el Curso elemental, de “carácter historiográfico” (García Jurado, 2019), cita tres veces a Friedrich Schlegel, calificado de profundo y respetable, de quien, en su introducción transcribe un amplio pasaje de la Literatura antigua y moderna.  El trozo copiado es aquel en que Schlegel trata de dilucidar lo que de original tenían las letras romanas. En otros momentos, Terradillos trae a Friedrich Schlegel en compañía de Niebuhr para insistir en que hubo imaginación y poesía en la “infancia” de Roma, así como “bosquejos épicos”. Nuestro objetivo es examinar estas dos obras de Terradillos concernientes a la literatura latina para trazar un mapa completo del influjo de Friedrich Schlegel. A partir de aquí puede estudiarse este giro romántico en los restantes manuales de literatura latina españoles.

11:00 Descanso

11:30 Ekaitz Ruiz de Vergara Olmos (UCM): “Historiografía y estética en Francesco de Sanctis y Karl Vossler” (HCLC. Resultado 13bis)

El objetivo del presente trabajo consiste en analizar las transferencias de ideas literarias que tienen lugar a través de dos historias de la literatura italiana bien conocidas: la de Francesco de Sanctis (1870-1872) y la de Karl Vossler (1900). En el caso del italiano, se observará una evidente dependencia teórica de la filosofía idealista alemana, convenientemente filtrada y adaptada al ámbito lingüístico por Humboldt. El conceto humboldtiano de “forma interior” (innere Sprachform) será decisivo en la historiografía literaria de Francesco de Sanctis, que concibe la literatura italiana como un proceso de dignificación de la lengua vulgar que va desgajándose de la cultura latina dominante en el siglo XII, que alcanza su culminación en la Commedia de Dante y que, a partir del siglo XIV, experimenta una decadencia que se concreta en la fijación exclusiva por la forma y en la indiferencia hacia los contenidos. Estos esquemas estéticos e historiográficos interesaron especialmente a Benedetto Croce, que fue el responsable de la difusión de la obra de Francesco de Sanctis por toda Europa. Así, la estética de la expresión croceana mediatiza la recepción de la Storia de la letteratura italiana y resulta decisiva para Vossler al escribir, en 1900, su Italienische Literaturgeschichte, donde pone en práctica las ideas que más tarde formulará teóricamente y que conducirán al inicio de la estilística idealista alemana.

El proceso de transferencia de estas obras al ámbito hispánico es complejo y tortuoso. La Storia della letteratura italiana de Francesco de Sanctis conoció dos traducciones algo tardías al castellano, todas ellas a través de la Argentina: una primera, a cargo de Ambrosio José Vecino en la editorial Americalee de Buenos Aires, que vio la luz en 1944, y una segunda, realizada por Gregorio Halperín y Renata Donghi de Halperín, que se publicó en 1952 en la editorial Losada, también en Buenos Aires. Sin embargo, en ese momento la transferencia de las tesis estéticas e historiográficas de Francesco de Sanctis al mundo hispano estaba ya determinada por la recepción del idealismo lingüístico y de la estilística que ya se había producido desde los años 20, precisamente a través de la traducción de las obras de Vossler. Su Italienische Literaturgeschichte fue vertida al español en la editorial Losada, también en Buenos Aires, en 1925. En este caso, el traductor tiene un perfil y un alcance propio: se trata de Manuel de Montoliu, crítico y poeta que durante una estancia en la Universidad de Halle había conocido al maestro alemán y que había traducido ya al catalán su Positivismo e idealismo en la ciencia del lenguaje en 1917 (la versión española de esta obra se publicaría en 1929 con traducción de José Francisco Pastor). La llegada de Montoliu a la Argentina en 1925, como director del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires, constituye el punto de partida de la estilística hispana (que recogería pocos años después Amado Alonso, director asimismo del Instituto de Filología) y supone la introducción de las ideas de Vossler entre el público hispanohablante.

Esta trayectoria nos permitirá extraer algunas conclusiones significativas. Tanto Francesco de Sanctis como Karl Vossler enfatizan el papel que ocupó el latín como matriz cultural de la que surgen las lenguas romances y, especialmente, la italiana, por considerarse la más directa heredera del mundo romano antiguo. Esta continuidad, sin embargo, se fundamenta en criterios estilísticos: la construcción lingüística propia del italiano se interpreta como una prolongación natural de la latina. De esta manera, los dos autores se ven obligados a proponer una historia de la evolución de las formas literarias y a rechazar los planteamientos historicistas del paradigma teórico dominante en ese momento. Mediante esta operación, fundamentan una perspectiva metodológica que, en las primeras décadas del siglo XX, vendría a conocerse como estilística idealista o genética, y que en España terminaría fraguando en una escuela encabezada por Dámaso Alonso.

12:00 Coloquio

Pausa comida

Online (TARDE)

16:00 María José Barrios (UCM): “Salvador Costanzo, sus manuales de autor y su función como intermediario de culturas” (HCLC Resultado 12)

La parte que me corresponde dentro del proyecto y que actualmente estoy desarrollando es el estudio de Salvador Costanzo, un autor siciliano que sufrió el destierro y que recabó en España, concretamente, en Madrid donde se convirtió en un intermediario de culturas.

De esta forma, me centro en un primer momento en la figura de Salvador Costanzo como exiliado e intermediario de culturas, pues es esta faceta la que contribuye e influye en su modo de afrontar la realización de sus dos manuales de literatura clásica: griega y latina, que presentan un marcado carácter romántico y unas características que hacen de ellos verdaderos manuales de autor.

A continuación, abordo el analisis de ambos manuales mediante el estudio de las fuentes de las que parte para la composición de estos y de las características que les son propias.

-Salvador Costanzo como exiliado e intermediario de culturas

Sus publicaciones, tanto en la prensa madrileña como en sus libros, contribuirán a un mejor conocimiento de los autores italianos tal es el caso de Dante, Petrarca o Boccaccio, así como de su época, Fóscolo, Manzoni o Silvio Pellico. No debemos olvidar que durante el siglo XIX las relaciones culturales hispano-italianas eran escasas, tanto es así que poco se conocía en España acerca de los autores italianos y la recepción de estos, y cuando la había, era muy desigual. Por poner un ejemplo, en el período que transcurre de 1800 a 1830, las traducciones al español que se realizan no van a recoger todos los cambios que se estaban produciendo en la Italia del momento, cuando el movimiento romántico está penetrando en Italia, y se están reavivando polémicas como la de la corrupción de la lengua y se discuten ideas entre clasicismo y romanticismo. No obstante, el movimiento romántico gestado en Italia resultó ser de carácter más moderado que el que vino de otras naciones europeas, y estuvo contaminado de referencias políticas resurgimentales y en controversia con el clasicismo. Sin embargo, todos estos avatares no interesaron a la hora de elegir a los autores italianos que debían ser traducidos, de suerte que durante los treinta primeros años del s. XIX, fueron Vittorio Alfieri y Torcuato Tasso los más vertidos a la lengua española. Será, pues, a partir de los años 30 cuando tenga lugar la recepción romántica de autores como Ugo Foscolo, Alessandro Manzoni y Silvio Pellico.

Ante esta presencia tan significativamente escasa de la literatura italiana, hay que subrayar la labor de Costanzo como divulgador del conocimiento de la literatura y cultura italiana en una España donde primaban principalmente las influencias de Inglaterra, Francia y Alemania.  Sin embargo, el tiempo desfiguró la persona y labor de Costanzo, de modo que hubo que esperar al año de 1968, cuando Joaquín Arce, estudioso de la literatura italiana en España, habla por primera vez de él como un “eslabón fundamental en la cadena de intercomunicación entre Italia y España” (Tobío Sala 2000, 11-12).

Así las cosas, a su llegada a Madrid en 1842, Costanzo publica una serie de artículos sobre Italia en periódicos como el Heraldo o la Revista de Madrid, con el objeto de hacer llegar al público español noticias sobre la cultura de Italia en España. Este objetivo se verá plasmado en 1843 cuando salga a la luz su primera obra publicada en España, el Ensayo político y literario sobre la Italia, desde el siglo XI hasta nuestros días.

 

En el Ensayo, Costanzo expone su idea de que la decadencia de Roma comienza en el período augústeo, cuando el esplendor del saber llegó a su punto más alto. Con los sucesivos emperadores, el imperio se fue degradando aún más hasta su división, en que estando en el poder Augústulo, se inicia para Costanzo una “edad media” en Italia que durará hasta el siglo XI. Costanzo se centra en la imagen de la decadencia de Italia como deudor de las ideas planteadas en el siglo XVIII por los eruditos italianos Tiraboschi, Bettinelli y Muratori, a quienes cita, aunque sin entrar en el debate de si fueron los españoles los corruptores de la literatura, debate que ya a finales del siglo XVIII Gregorio Mayáns había superado.[7]. Sin embargo, en su intento por presentar al público español los autores clásicos italianos que florecieron hasta la fecha de publicación de su obra, Costanzo ve la necesidad de añadir a las narraciones literarias la parte política, en su idea de que la literatura cambia según el modelo de gobierno bajo el cual se desarrolle, dado que para él las ciencias y las letras son la expresión de la vida social (Costanzo 1843, 10-11).

 

Sin embargo, tanto en su Ensayo político y literario (1843) como en el Discurso histórico-político sobre la poesía italiana y española, seguido de un álbum de poesías contemporáneas en ambas lenguas, publicado cuatro años más tarde, Costanzo no tiene la intención de escribir una historia de la literatura italiana, pues tan solo pretende ofrecer un panorama sobre los autores, obras y corrientes literarias más destacables de Italia, al tiempo que hace una valoración crítica de su propio desarrollo con una intención propagandística y de debate.

 

En este sentido, Salvador Costanzo puso en el panorama español autores y obras italianos de primer orden, tanto clásicos como contemporáneos, que no estaban suficientemente reconocidos, y a otros los dio a conocer por primera vez. No obstante, como ya hemos dicho, la selección de los autores y obras va a responder más a la experiencia vital y a los gustos personales e ideológicos de Costanzo que a su valor meramente literario, presentándolos bajo su punto de vista e ignorando a otros. Por lo tanto y pese a difundir lo que él considera las obras más representativas de la literatura italiana, tanto del presente como del pasado y estar dando a conocer sus propias ideas políticas y encuadrando obras y autores que hasta entonces habían sido presentados al público español de una forma aislada, en atención al gusto de cada momento, no es óbice para considerarlo, con justicia, un autor que contribuyó a un mejor conocimiento cultural entre Italia y España.

 

-Costanzo como autor de dos manuales de literatura clásica

 

Para la creación de sus dos manuales Costanzo parte de su Historia Universal, una obra que tiene su correspondencia con la obra de otro italiano Cesare Cantú, que le sirve de modelo, y en el caso de su manual de literatura griega, hay que destacar la figura de A.A. Camús, a quien dedica la obra.

 

Tanto el manual de literatura griega como el de literatura latina se enmarcan en lo que Francisco García Jurado (2017, 213) ha considerado la segunda etapa (1857-1870) de creación de los manuales en España. Se trata de un periodo que coincide con la nueva ley de Educación de 1857, en el que las materias de latín y griego se verán consolidadas y, en lo que al griego se refiere, la lengua y la literatura griega será una asignatura obligatoria en los dos primeros cursos de la facultad de Filosofía y Letras. Este hecho, junto con una enseñanza basada en libros de texto que debían ser aprobados por el Ministerio de Educación en 1860, contribuyó a que se publicaran en España un buen número de manuales durante este periodo (Morfakidis 2012, 71-72).

 

Así pues, en 1860 Costanzo publica su Manual de literatura griega, con una breve noticia acerca de la literatura greco-cristiana, de los griegos que pasaron a Italia cuando los turcos se apoderaron de Costantinopla, y de la lengua y literatura de la Grecia moderna. Es muy posible, como apunta Morfakidis, que las razones para su elaboración y publicación fueran principalmente económicas, dado que un manual aprobado por el gobierno generaba unos ingresos de los que Costanzo estaba necesitado. Sin embargo, su manual nunca fue aprobado.

 

El manual de Costanzo es lo que se podría llamar un manual “romántico” y de “autor”, cuya filiación se remonta al manual de Franz Ficker traducido al francés en 1837 por M. Theil titulado Histoire abrégée de la littérature classique ancienne y cuya primera parte está dedicada a la literatura griega. Esta filiación puede confirmarse si atendemos a la periodización de la literatura griega que en él se establece. Sin embargo, la obra de Costanzo ofrece unas características propias aportadas por este autor, a saber, la referencia explícita a la literatura greco-cristiana, que podemos observar en el mismo título, así como algunas traducciones, juicios críticos y referencias literarias que no aparecen en otros manuales. Asimismo, hay que tener en cuenta que este manual proviene de la reelaboración que él mismo hizo de la parte referida a la literatura griega de su Historia universal (1853-1860), obra comparable a la ya citada de Cesare Cantú y que también fue traducida al español. Es significativo, por otro lado, que en ambas historias universales aparezcan estudios concernientes a las diferentes literaturas nacionales como manifestaciones de lo más genuino del espíritu de un pueblo, tal y como expuso Wolf. En este contexto, se puede hablar del manual de Costanzo como romántico o de inspiración romántica, al tiempo que liberal; no olvidemos que su aparición tiene lugar en el último periodo del reinado de Isabel II. A este manual se añade un breve cuadro de literatura de la Grecia moderna, lo que no aparecía en otros manuales, y agradece los datos y libros que le ha dado D. Juan Valera. Esto subraya la vocación filohelena del manual.

 

Respecto al manual de literatura latina publicado dos años más tarde, en 1862, su título es Manual de Literatura Latina con una breve noticia de la Literatura Latino-cristiana, y un catálogo bibliográfico de las obras y los escritores, reunidos por Gronovio y Grevio en sus voluminosas colecciones, para que sirva de complemento a toda la Historia de la Literatura Clásica, contenida en este manual y en el de la Literatura Griega.

 

Como en el caso del manual de literatura griega también tiene una parte dedicada a la literatura cristiana y parte de su Historia Universal a la que añade algunas noticias eruditas que le ha comunicado su amigo A.A. Camús. Asimismo, el manual sigue también la misma estructura que el de literatura griega, dividido por periodos. En el manual tiene en cuenta además la obra de Schoell.

 

Es interesante observar en la obra cómo a los primeros testimonios de la lengua latina, a los que califica de rudos y bárbaros, no los considera dignos de ser llamados “literarios”. Sin embargo, a partir de los cantos arvales, el manual de Costanzo, a diferencia de otros manuales, introduce fragmentos de las obras con sus traducciones, incluso los fragmentos de una ley de Numa, así como la Ley de las XII tablas, seguramente por sugerencia de Camús.

 

Por otra parte, al tratar la Eneida de Virgilio, Costanzo introduce las ideas de Proudhon, lo que es extremadamente interesante por el carácter anticristiano y anarquista de este intelectual. De él dice que pese a sus ideas anticatólicas, sus observaciones deben ser consideradas detenidamente por ser muy notables e importantes para la historia de la humanidad. Tampoco faltan Sainte-Beuve o P. Hardouin, entre los estudiosos citados.

Conviene destacar que en su manual introduce un apartado dedicado a la Estenografía y su introducción en Roma en el cuarto período y dentro del quinto período, desde la muerte de Adriano hasta la destrucción del imperio de Occidente, al tratar los poetas, los va a clasificar por siglos y, claro está, aparecen autores cristianos como Prudencio.

 

Por último, en el apartado dedicado a la literatura latino-cristiana en los primeros siglos de la Iglesia trata de los apologistas o controversistas y de los padres dogmáticos.

 

La obra termina con una captatio benevolentiae para el público que lea su manual frente a las posibles envidias y rivalidades mezquinas.

 

En conclusión, con el estudio de la figura de Salvador Costanzo y de dos de sus obras, los manuales de literatura griega y latina, pretendo dejar constancia de las conexiones interculturales existentes en la España del XIX durante el periodo de Isabel II.

 

16:30 Javier Espino Martín (UNAM): “Gomes de Moura y la unión de la gramática razonada con la historia literaria” (HCLC Resultado 24)

1.- Breve biografía de Gomes de Moura

Vicente Gomes de Moura nace en Tábua, en 1769. Estudia * y alcanza a ser presbítero por el Seminario Episcopal de Coimbra en 1793. Desde 1803 fue profesor en el Colégio das Artes de la Universidad de Coimbra, donde enseñó las cátedras de latín, griego e historia de las Antigüedades. Por la falta de manuales didácticos adecuados será el responsable de la elaboración de nuevos manuales escolares en los años 20 y 30 del siglo XIX. De esta manera, reforzó esta labor como diputado de la Junta da Diretoria Geral dos Estudos, desde 1823 y es nombrado Director y Revisor de la Imprenta de la Universidad en marzo de 1831. Un suceso muy relevante será la guerra civil entre hermanos (Guerra dos dois Irmâos) entre Pedro I de Brasil y su hermano Miguel de Braganza, a la muerte del padre de ambos Juan VI. Suponía el enfrentamiento entre los partidarios del liberalismo que venía representado por Pedro y su hija Maria da Gloria, frente a las fuerzas reaccionarias y absolutistas de Miguel, el cual era apoyado, también, por el canciller austriaco Metternich. En 1828 fue proclamado Miguel rey de Portugal con el apoyo de la nobleza, lo que supuso que Pedro I dejara Brasil y entrara en conflicto con su hermano, el cual fue finalmente derrotado en 1834. Gomes de Moura formó parte del partido miguelista durante la Guerra Civil desde 1828 hasta 1834, por lo que el fracasó de este partido hizo que fuera suspendido de todos sus cargos en 1834.Se retiró al concejo de Vila Nova de Poiares, y retomó sus trabajos interrumpidos del Lexicon Graeco-Latinum Manuale y se dedicó a esta tarea los últimos años de su vida. Muere en 1854.

 

Es importante destacar cómo el hecho de que Gomes de Moura se situara en el partido miguelista muestra su espíritu conservador que se verá reflejado en su obra tanto literaria como gramatical en torno a la lengua latina. En Europa ya se caminaba hacia la gramática histórico-comparada y Gomes de Moura seguía enraizado en los principios port-royalistas y de la Historia Literaria dieciochesca.

2.- Obra didáctica gramatical y literaria de Gomes de Moura

3.- Estructura de Noticia Succinta dos monumentos de Lingua Latina

Un libro clave en la obra didáctica de Gomes de Moura será la Noticia Succinta dos monumentos de Lingua Latina. Ofrecemos, a continuación, su estructura general:

NOTICIA SUCCINTA DOS MONUMENTOS DA LINGUA LATINA E DOS SUBSIDIOS NECESARIOS PARA O ESTUDO DA MESMA.

 

3.1. La Historia Lingua Latinae de Gomes de Moura

 

En esta obra sigue los principios generales de la Historia critica Latinae Lingua de Walchius (1761), en la que se propone una evolución y desarrollo de la lengua latina por edades, que Gomes de Moura traduce en lengua portuguesa:

Walchius

Gomes de Moura

Por otro lado, también se introduce una manera catalográfica de acometer la enseñanza del latín, llegando a incluir campos muy propios de la mentalidad dieciochesca como la epigrafía, numismática, ediciones de obras y traducciones de autores latinos.

3.2.- Racionalismo y senso-empirismo en la obra gramatical de Gomes de Moura

Debemos destacar en esta obra que se incluyan dos bloques que no se contemplaban en los manuales de Historia Latinae Linguae que era la Gramática y una suerte de reflexión lingüística sobre los avances de la enseñanza de la lengua desde los métodos que en ese momento se estaban dando y que se muestran en el apartado “Noticia sucinta dos monumentos da Lingua Latinae”. En este capítulo se ofrece una serie de propuestas que muestran que, aunque Gomes de Moura mantiene una actitud conservadora, se muestra abierto a incluir distintos enfoques de la enseñanza del latín más allá de los principios de manuales como los de Walchius.

 

17:00 Mariano Nava (ULA): “La Historia de las literaturas de Grecia y Roma de Andrés Bello y su deuda con la cultura francesa” (HCLC Resultado 18)

Contexto histórico y biográfico

En 1840 Andrés Bello tiene ya más de diez años viviendo en Chile, y es sin duda uno de los intelectuales más respetados del país. Santiago ha significado la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos en su larga etapa londinense (Nava, 2021: p. 47). En opinión de Iván Jaksic, la década de los cuarenta comienza de manera muy auspiciosa para el país, que ha salido victorioso de su guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839) y de las traumáticas consecuencias del asesinato de Diego Portales. Ahora, bajo el mandato del presidente Bulnes (1841-1851), comienza una era de liberalización política, crecimiento económico y desarrollo institucional marcada por el difícil equilibrio entre “una tradición de gobiernos fuertes y los intentos de expandir los derechos políticos contemplados en la estructura republicana de gobierno” (Jaksic, 2007: 225).

En este contexto político se desarrollan las contribuciones de Andrés Bello, especialmente en el campo de la educación. Bello ya había asumido un papel de liderazgo educacional desde la década de 1830 a través de su enseñanza en el Colegio de Santiago, pero también en su propia casa, y sobre todo en las comisiones a cargo de revisar el currículum y crear el llamado “Plan de Estudios Humanista” del Instituto Nacional (ibid.: 227). Este proceso se consolidará con la fundación de la Universidad de Chile en 1842 y su designación como rector a partir del año siguiente. A falta de libros de texto, Bello emprende la redacción de un Compendio de Historia de la Literatura, destinado a la formación de los alumnos del Instituto Nacional.

La publicación de la Historia de la literatura de Andrés Bello

El compendio que conocemos como Historia de la literatura de Grecia y Roma es en realidad parte de un Compendio de Historia de la Literatura que redactó Bello para ser usado como material de enseñanza en el Instituto Nacional. Se compone de tres partes. La primera se titula “Literatura antigua del Oriente”, la segunda “Literatura antigua de la Grecia” y la tercera “Literatura latina”. Las dos primeras fueron publicadas en Santiago de Chile en 1850 a cargo de la Imprenta Chilena, en un volumen de 88 páginas. En cuanto a la literatura latina, se publicó un fragmento “bastante considerable”, hasta el comentario a Catulo, en los Ensayos analíticos y críticos sobre la primera edad de la literatura romana y particularmente sobre Plauto, del clasicista francés Luis Ernesto Vendel-Heyl [8] (1791-1854), en Santiago ese mismo año, de las prensas de Julio Belin y Compañía. Los capítulos de Bello sobre la literatura latina aparecerán interpolados con comentarios del propio Vendel-Heyl. El resto del estudio, de Catulo a Tito Livio, quedará inédito e inconcluso. A la muerte de Bello, Miguel Luis Amunátegui incluyó estos manuscritos originales en la primera edición de sus obras completas [9], publicadas en Santiago de Chile entre 1881 y 1896 (Bello, 1981: 3) [10]. En 1915 se publican en Madrid la primera y segunda partes del Compendio, dedicadas a la literatura griega y latina, con el nombre de Historia de las literaturas de Grecia y Roma, de las prensas de la Sociedad Española de Librería.

Principales fuentes del Compendio de Historia de la Literatura

Con la honestidad que podríamos esperar de un autor como Bello, el Compendio señala claramente sus fuentes y sus deudas. Ya la parte dedicada a la “Literatura antigua de Grecia” comienza con una nota de advertencia: “En esta segunda parte, Schoell es el autor que principalmente nos ha servido de guía” (Bello, 1981: 36 nota). En efecto, entre los libros de la biblioteca de Bello que ocupaban su célebre “Estante K”, contentivo de las obras de historia y crítica literaria, aparece la Histoire de la littérature grecque de Maximilian Schoell [11] (París, 1823-1825, 8 vols.) (Velleman, 1995: 49). También Friedrich Schlegel es citado en tres oportunidades (pp. 44, 46 y 58), pero no hay más información acerca de la obra a la que se refiere [12].

Respecto de la Tercera Parte, dedicada a la Literatura Latina, no hay ninguna nota referente a alguna fuente principal. Sin embargo es citado Jules Michelet (pp. 111, 112), autor de una Histoire Romaine que poseía Bello (Deuxième Édition, París, 1835, Librairie classique de L. Hachette), de la que incluso tradujo algunos fragmentos para El Araucano (Velleman: 74, 221). Asimismo aparecen Charles Du Rozoir [13] (pp. 121, 189-190), Villenave (p. 145), Weiss (p. 134) y Noël (p. 193) autores de la monumental Biographie Universelle ancienne et moderne (París, Michaud frères, 1811-1828), cuyos 70 volúmenes costaban en Santiago 90 pesos chilenos en junio de 1867 (Velleman: 63), y cuyos artículos sirvieron a la hora de tocar autores tan importantes como Lucrecio, Cicerón o Ovidio (ibid.: 133, 278).

Aunque la obra no abunda en referencias exhaustivas, parece clara, pues, la filiación intelectual entre el Compendio de Historia de la Literatura y las corrientes historiográficas francesas vigentes a comienzos del siglo XIX. Falta aún por profundizar en los caracteres y los presupuestos teóricos de estas corrientes que influyeron en la obra de Bello.

Bibliografía mínima

Bello, A. (1981). Compendio de Historia de la Literatura, en Obras Completas. Caracas: Fundación La Casa de Bello, vol. IX, pp. 3-196.

Castillo Didier, M. (1996). “Los estudios clásicos en Chile: retrospectiva y perspectiva”, Anales de la Universidad de Chile, Sexta Serie, nº 3 (octubre 1996): 35-49.

Jaksic, I. (2007). Andrés Bello. La pasión por el orden. Caracas: Bid & Co Editor.

Nava, M. (2021). “Andrés Bello”, en García Jurado, F. Diccionario Hispánico de la Tradición y Recepción Clásica. Madrid: Guillermo Escolar, pp. 44-50.

Velleman, B. (1995). Andrés Bello y sus libros. Caracas: La Casa de Bello.

17:30 Juan Felipe González Calderón (UNAL): “Miguel Antonio Caro como historiador de Virgilio y la obra virgiliana” (HCLC Resultado 19)

Miguel Antonio Caro es una figura controversial y compleja de la historia política colombiana. Su concepción de la literatura clásica y de su lugar en la educación tenía estrecha relación con sus concepciones morales y religiosas más profundas.  En una época donde el Costumbrismo y el Romanticismo habían ya enfatizado lo nacional o autóctono relativizando los cánones literarios tradicionales, la posición de Caro podría caracterizarse como anacrónica y su énfasis en una preceptiva que privilegiaba la idealización de la belleza como entidad inmutable y trascendente resultaba ya fuera de lugar cuando, además del Romanticismo y sus herederos, el Modernismo y la autonomía del acto de creación artística presentaban credenciales legítimas de existencia y reconocimiento, incluso, entre los estudiosos de las letras y la literatura en el territorio políticamente coextensivo con la actual Repúbica de Colombia. ¿De dónde si no fuera de la misma Antigüedad clasica podría haber Caro heredado la idea de que la literatura tiene de alguna manera una vía de acceso privilegiada a verdades universales que afectan al hombre en su generalidad e integridad? El lugar que Miguel Antonio Caro atribuía a la literatura clásica en su pensamiento político y, asimismo, crítico es probablemente susceptible de un análisis que trascienda simplemente el rastreo de concepciones de la literatura clásica contemporáneas. Caro sin duda es heredero de una tradición, pero la tradición de la que es heredero lo vincula con el Humanismo más propio y representativo del Renacimiento, como lo es el de Petrarca y su compromiso ideológico con la revitalización del papado a través de la síntesis entre el arte de la elocuencia y la fe católica. Para Caro los autores latinos, especialmente, y Virgilio, en particular, encarnaban la verdad del mensaje espiritual y sagrado del Cristianismo, y la herencia más propiamente hispánica consistía de manera precisa en la síntesis que los ideales estéticos clásicos y la moral católica debían mantener.

 

Este capítulo del proyecto se propone rastrear, en los fondos que corresponden actualmente a la biblioteca personal de Caro, albergados en la Biblioteca Nacional de Colombia, los libros y manuales de historia de las literaturas clásicas que pueden haber inspirado de manera más evidente la concepción propia que Caro tenía de las lenguas, las literaturas y las culturas clásicas. Adicionalmente, nos proponemos, a través de la revisión de obras propias de Caro, establecer cómo pueden hacerse visible explícita o implícitamente concepciones de las literaturas clásicas rastreables a fuentes eruditas e intelectuales europeas contemporáneas y antecedentes.

18:00 Coloquio

 

17 de abril:  salón 217, filología A

10:00 Bernd Marizzi (UCM): “La transferencia y difusión del manual de Ficker” (HCLC Resultado 7)

Dentro de los objetivos del Proyecto titulado El Viaje de las ideas, que versa sobre la Historiografía comparada de la Literatura Clásica, yo me encargo del estudio de la transferencia de la erudición germánica a los países de habla hispana, incluyendo  aquellos “allende de los mares”, como se decía antaño. De manera particular, en la exposición de los objetivos se mencionan las obras de Wolf, Schöll, Ficker, Teuffel y Schanz-Hosius al ámbito francés, que actúa como intermediario, si bien se producen también casos de transferencias directas de la lengua alemana.

Ya me he ocupado hace unos diez años junto con el IP de este proyecto, Francisco García Jurado, de la traducción y del comentario de la obra esencial del programa de clase “Historia de la Literatura romana“ de Friedrich August Wolf (1759 – 1824). Este trabajo ofrece por primera vez en versión castellana el programa de Historia de la Literatura romana publicado por Friedrich August Wolf en 1787. El programa, escrito originalmente en alemán (y no en latín, como era normal en este tipo de publicaciones), contiene la primera formulación de una historia literaria en términos de literatura nacional. Asimismo, se hace un estudio biográfico del autor y de su impronta en España, al tiempo que se ofrece un comentario de las ideas historiográficas que sustentan el curso, no ajenas a la estética del llamado Clasicismo de Weimar. 

Este programa supone la primera formulación moderna de una Historia de la literatura, concretamente la latina, entendida como una literatura de carácter nacional, frente a la configuración meramente erudita de las historias literarias del siglo XVIII. Se trata de un documento reconocido como fundamental, pero que generalmente no se maneja de primera mano. El programa refleja perfectamente la transición que va de las llamadas Bibliotecas o Historias literarias del siglo XVIII a las modernas Historias de la literatura del siglo XIX.

Apenas tenemos constancia de contactos directos entre F. A. Wolf y España en vida de este, aunque sí sabemos que Wolf recibe el interés por parte española en contar con sus enseñanzas, como sabemos gracias al encuentro que tuvo lugar el mismo año de 1807 en Berlín entre F. W. Wolf y el erudito y militar Benito Pardo de Figueroa, a la sazón embajador de España en Rusia.

En una de las primeras Guías del Estudiante, la Hodogética de Filosofía y Jurisprudencia (1850), que se publican en la España del S. XIX, su autor, el berlinés Julio Kühn (Berlín 1813-Madrid 1854), “Catedrático de la facultad de Filosofía en la Universidad de esta Corte”, cita al “célebre Wolf (no el filósofo)” en el capítulo sobre los estudios filológicos. Sin embargo, cabe destacar que Kühn no recomienda como manuales de estudio las obras de Wolf ni tampoco las del autor cuyo manual es tema de mi trabajo, Franz Ficker, aunque fuera uno de las figuras preeminentes de los estudios clásicos de la época en los países de la monarquía austrohúngara.

Las ideas de Franz Ficker (Bohemia 1782 - Vienna 1849) como historiador de estudios clásicos aparecieron en tres volúmenes bajo el título: “Instrucciones para el estudio de los clásicos griegos y romanos” (Viena 1821-25, 8°.) Ficker también escribió una crestomatía que correspondía al plan de estudios de 1825 para el uso de los estudiantes de filosofía, que completó en 1827. A esto siguieron varias obras de Estética y Bellas Artes:  Las “Instrucciones para el estudio de los clásicos” (Viena 1832, Heubner, 8°.) y la “Historia literaria de los griegos y los romanos” (Viena 1835, 8°.), con tablas sincrónicas sobre la historia literaria y del arte de ambos pueblos. De estas obras hay traducciones al italiano por Vincenzo de Castro, al francés por M. Theil y, finalmente en 1876, una al español que representa el paso a colonias españoles de ultramar ya que se publica en Cuba.

Se trata de la Historia de la Literatura Romana de F. Ficker, Profesor de Literatura-clásica y de Estética en la Universidad Imperial de Viena, y vertida al español a la vista, inspección y con la colaboración del Dr. D. Antonio María Tagle, Catedrático de Literatura Clásica, griega y latina en esta Real Universidad etc., etc. por su entusiasta discípulo y amigo el bachiller D. Luis Ernesto Martín y Lamy. Habana: Libraría é Imprenta de Andrés Pego,  Obispo 34,  1876.

 

Sobre la figura de Antonio María Tagle versa el trabajo de Yoandy Cabrera (RU): “La historiografía de la literatura clásica en Cuba: Antonio María Tagle”.

 

10:30 Eduardo Fernández (UCM): “Pervivencia de la Perfección del latín durante el siglo XIX en España: Luis de Mata i Araujo” (HCLC Resultado 6bis)

En el trabajo que aquí presentamos vamos a centrarnos en el estudio de la obra de Luis de Mata i Araujo Guía titulada El perfecto latino (1848) como deudora de los Fundamenta stili cultioris de Heinecio (1743). En estas obras, se plantea el análisis de las obras literarias de los autores de la Antigüedad desde el punto de vista de su composición, pero no el estudio de la naciente y romántica Historia de la literatura latina. Para Mata i Araujo, un hombre nacido en el siglo XVIII que es testigo de un periodo de cambio durante la primera mitad del XIX, la nueva perspectiva historiográfica no es más que una “mera erudición” propia de “parleros de diario”. Su visión de la enseñanza de los autores latinos reside en la prioridad de la lectura y traducción de las obras originales, frente a la nueva concepción romántica de la Historia de la literatura latina, relatada en una lengua moderna y tendente a independizarse del estudio del latín.

 

Sin embargo, en 1849, al año siguiente de la muerte de Mata i Araujo, la «Perfección del latín» pasó a denominarse «Literatura y composición latinas», para después, en 1850, ser simplemente «Literatura latina», a instancias del propio director de Instrucción Pública, Antonio Gil de Zárate. Con el tiempo, la nueva reforma de estudios inspirada por Claudio Moyano en 1857 daría lugar a una nueva asignatura, la “Literatura clásica griega y latina”, que ya sería totalmente independiente del aprendizaje de las lenguas en que se escriben tales literaturas. El análisis y estudio de las obra de Mata i Araujo y Heineccio en contraste con los nuevos manuales de literatura nos ayuda a entender mejor la ruptura de los estudios clásicos con la tradición humanística inmediatamente anterior y la novedosa perspectiva que adquirirán en la segunda mitad del siglo XIX.

 

11:00 Descanso

11:30 Yordan Arroyo (USAL): “Transferencia de algunos tópicos sáficos: diálogos entre Centroamérica y los manuales de literatura griega” (HCLC Resultado 22bis)

Este trabajo tiene el objetivo de ofrecer una lectura laberíntica a partir de diálogos entre cinco tópicos sáficos (suicida, seductora, poeta, maestra y cantora) identificados en poemas y ensayos de autores centroamericanos como Amelia Denis de Icaza (1882, poema), Luz Arrué de Miranda (1884, poema), Francisco Gavidia (1891, poema), Santiago Argüello (1900, poema), Aquileo Echeverría (1903, poema), Lisímaco Chavarría (1904, ensayo), Enrique Gómez Carrillo (1921, ensayo), Salomón de la Selva (1922, poema), Corina Rodríguez (1922, ensayo) y Vera Yamuni Tabush (1945, ensayo) y algunos manuales de literatura griega hallados en Centroamérica (Costa Rica, El Salvador, Panamá y Nicaragua). 

 

El trabajo se organiza a partir de los siguientes ejes:

 

  1. Detalles metodológicos: Establecimiento del corpus [qué material (poesía y ensayo) se dejó por fuera y por qué]. Detallar las dinámicas de búsqueda de manuales de literatura griega que han llegado, a manera de transferencia o viaje de las ideas, hasta Costa Rica, El Salvador, Panamá y Nicaragua y qué versiones se identificaron (traducción, impresión, año, etc).

 

  1. Safo y los manuales de literatura griega identificados en Centroamérica: Sistematizar los tópicos sáficos hallados en los manuales de literatura griega presentes en Costa Rica, El Salvador, Panamá y Nicaragua. Esto permitirá ofrecer una lectura laberíntica durante el análisis del corpus, cuyo propósito es establecer un diálogo, a manera de B (corpus centroamericano) y A (manuales de literatura griega).

 

  1. División por géneros (Ensayo y poesía):  Tal y como se desarrolla en el artículo “El mito de Safo en el siglo XIX” de Marta González González (2005), el análisis del corpus se realiza por género, en este caso, poesía y ensayo. Para ello, se ofrece, en clave de lector, un acercamiento biográfico y contextual que permita asimilar, según cada autor, los respectivos tópicos sáficos identificados en sus textos.

 

  1. Conclusiones: Provocar un diálogo general de los tópicos sáficos identificados en poesía y ensayo centroamericanos y los manuales de literatura griega presentes en Costa Rica, El Salvador, Panamá y Nicaragua, con el propósito de justificar la importancia de este tipo de análisis dentro de las más recientes posibilidades y dinámicas de estudios de tradición y recepciones clásicas.

 

12:00 Coloquio

Pausa comida

16:00 Yoandy Cabrera (RU): “La historiografía de la literatura clásica en Cuba: Antonio María Tagle” (HCLC. Resultado 20)

 

Un estudio historiográfico de la enseñanza de la literatura clásica en Cuba conlleva una amplia revisión en la historia académica y literaria de la isla desde figuras del período colonial como José de la Luz y Caballero hasta los estudios de las últimas décadas llevados a cabo por figuras como Vicentina Antuña, Luisa Campuzano y, sobre todo, Elina Miranda. Como asegura Francisco García Jurado en su texto “Los manuales de literatura clásica publicados en La Habana del siglo XIX: una doble transferencia cultural” (https://doi.org/10.58079/mvh6), en cuanto al estudio de los materiales publicados para la enseñanza de la literatura grecolatina, “[e]l caso de Cuba resulta, en su excepcionalidad, todo un pequeño mundo por descubrir desde estas nuevas claves historiográficas”. A pesar de la dependencia que tenían las colonias hispanas de la metrópolis en asuntos de manuales de literatura, Cuba puede ser considerada una excepción notable debido a la independencia que tenía la isla en materia de educación con respecto a España.

 

En el Catálogo Razonado de Manuales Hispanos de Literatura Clásica (CRMHLC), García Jurado da cuenta de tres traducciones (Géruzez [1861]; Pierron [1861]; Ficker [1876]), la obra original de Antonio María Tagle (1872) y los programas de curso de literatura clásica publicados en La Habana durante la segunda mitad del siglo XIX. Téngase en cuenta que, como apunta García Jurado, manuales como los de Géruzez o Ficker fueron traducidos en Cuba y no en España, lo que apunta a la singularidad “del estado de la historiografía de literatura clásica en la isla.”

 

A lo ya bosquejado y presentado por García Jurado, nuestra investigación pretende agregar más datos sobre la enseñanza de la literatura clásica durante la colonia, el período republicano (primera mitad del siglo XX) y luego del cambio político de 1959. También nos interesa comprender la enseñanza de los clásicos en el contexto sociocultural y político de cada momento, así como a la luz de las distintas reformas universitarias de la isla. Para ello serán fundamentales las siguientes obras: 



  1. Las cartas de José de la Luz y Caballero (de la primera mitad del siglo XIX).
  2. La Guía del profesorado cubano en 1868, publicada en Matanzas ese mismo año por Mariano Dumás Chancel en la que se especifica en qué momento de sus estudios los universitarios cubrían los temas de literatura grecolatina.
  3. El Centón epistolario de Domingo del Monte, intelectual fundamental del siglo XIX.
  4. Las Lecciones de literatura latina de José María Tagle, publicadas en 1872 a partir de sus charlas pronunciadas durante el curso 1871-1872.
  5. Los estudios de Juan Miguel Dihigo y Mestre, esencialmente su bosquejo histórico de la Universidad de La Habana en el que se recogen los nombres de los catedráticos que enseñaron las materias clásicas en dicha institución, los planes de estudio de 1828 y 1858, además de recoger el texto “Las reformas de la enseñanza superior” de Enrique José Varona, donde se discute el estudio y la supresión de las materias clásicas en Cuba.
  6. El Anuario de la Universidad de La Habana para el curso 1903 a 1904, publicado en 1905, en el que se refleja el modo en que se enseñaban las lenguas y las literaturas clásicas dentro de una misma clase (tres cursos consecutivos para ambas materias en griego y tres cursos para las mismas en latín) a inicios de la República. 
  7. El clasicismo en Cuba de Salvador Salazar, publicado en La Habana en 1913, donde el autor da algunas pistas de las líneas estéticas más reconocidas dentro de la producción cubana colonial, haciendo énfasis en lo que se considera clásico y trágico a partir de la interpretación decimonónica imperante. 

 

Mi rápido panorama de la enseñanza de las literaturas clásicas cerrará con algunos ejemplos historiográficos de la segunda mitad del siglo XX. En el caso de la literatura latina, haremos referencia al libro de Vicentina Antuña y Luisa Campuzano titulado Roma y las letras latinas (1974), y en el caso de la literatura griega, a Grecia Clásica. Géneros poéticos (1993) de Elina Miranda. No perdamos de vista que entre las lecciones de literatura latina de Tagle y el libro de Antuña y Campuzano hay aproximadamente un siglo (1872-1974). Al mismo tiempo, con la traducción de la Historia de la Literatura Romana de F. Ficker (quien era profesor de Literatura clásica en la Universidad de Viena) vertida al español con la colaboración del Dr. Antonio María Tagle, Catedrático de Literatura Clásica, por su discípulo el bachiller D. Luis Ernesto Martín y Lamy, Tagle mismo inaugura entre los cubanos un modelo colaborativo entre maestro y discípulo que se refleja en el trabajo de Elena Calduch y Elina Miranda, quienes tradujeron al español Esquilo y Atenas de George Thomson en 1982. 

 

Desde la colonia hasta las más recientes muestras de la historiografía clásica en Cuba, la traducción, el debate acalorado, la discusión de lo que se considera “clásico”, la actualización de la enseñanza con materiales que incluyen y a la vez van más allá del ámbito hispano, son todos elementos que profesores y autores de distintas épocas y estilos han seguido complementando y conjugando.

 

16:30 Ricardo Nobre (ULisboa): “Claves para una historiografía de la literatura clásica en Portugal” (HCLC. Resultado 23)

 La investigación en torno a las historias literarias de las literaturas clásicas en Portugal a lo largo del siglo XIX es inseparable del contexto educativo. Se trata de obras que son, al mismo tiempo, manuales escolares que responden a programas educativos, en los que las literaturas clásicas se enseñaban como una «introducción» a la literatura portuguesa. Una vez que se ha realizado la articulación de los contenidos de los manuales con los programas (que comenzaron a publicarse en el último cuarto del siglo), hay otros aspectos históricos a tener en cuenta, como la creación de las escuelas de enseñanza secundaria (liceos) y sus sucesivas reformas.

Del corpus identificado, se seleccionaron las historias literarias de Borges de Figueiredo (Bosquejo Histórico da Literatura Clássica, 1844), Jerónimo Emiliano de Andrade (Primeiros Elementos de Literatura Clássica, 1847), Simões Dias (História da Literatura Portuguesa, 1875), José Gonçalves Lage (Elementos de Literatura Clássica Antiga e Moderna, 1881), Adolfo Coelho (Curso de Literatura Nacional, 1881, Vol. II: Noções de Literatura Antiga e Medieval), Mendes dos Remédios (Introdução à História da Literatura Portuguesa, 1897) e J. Correia dos Santos (Resumo da História da Literatura Antiga, Medieval e Moderna, 1917), porque son las que reúnen en el mismo volumen la literatura griega y la literatura latina. Se estudiaron, desde una perspectiva comparativa, las informaciones que estas obras tienen sobre historiadores y poetas (Píndaro, Tucídides, Virgilio y Tácito), rastreando, cuando fue posible, fuentes bibliográficas extranjeras.

 

17:00 Carlos Mariscal de Gante (UNAM): “Erudición y vanguardia en la transferencia cultural de las traducciones virgilianas: el Virgilio de Eugenio de Ochoa en la Argentina” (HCLC Resultado 17)

Con mi contribución al proyecto Historiografía Comparada de las Literaturas Clásicas (HCLC), me propongo abordar un aspecto que explica, al menos en parte, cómo se ha enseñado la obra de Virgilio en diferentes “géneros” historiográficos, a través de los cuales se ha transmitido la importancia de la poesía virgiliana y sobre todo su relación con la obra de Homero. De esta manera, la propuesta fundamental consiste en poner en relación ciertos manuales de literatura clásica con otros discursos historiográficos como el de la monografía filológica o el propio ensayo.

 

Tal propuesta nace de la certeza de que, a propósito de la poesía virgiliana y su originalidad, ha habido un cierto discurso que comenzó a gestarse a finales del siglo XVIII (Atheron 2006) y que ha permeado a través de la enseñanza de la literatura latina como discurso oficial. Me refiero al consabido asunto de la “originalidad” de la poesía virgiliana en contraposición siempre con la homérica. A partir de presupuestos estéticos e ideológicos propios del Romanticismo (Conte 2007), se desecharon con mucha facilidad los poemas virgilianos por ser “secundarios”, “copias”, “imitaciones” carentes de “originalidad”, frente al modelo “originario”, el primer poeta de Occidente. En realidad, como señala Johnson (1976:  2), “Vergil’s main problem after the French Revolution was that he was clearly the darling of the neoclassical establishment.”

 

Como mencionaba, estas ideas permanecieron en diferentes ámbitos culturales y educativos europeos y americanos. Como recuerda George Steiner (1982: 57), todavía en los liceos parisinos en los que se educó, tras huir su familia de la Viena que se deslizaba peligrosamente hacia el nazismo, en los años veinte y treinta del siglo pasado, seguía enseñándose a Virgilio con el prejuicio de ser un imitador “recargado e insípido”. Es decir, hablamos de un prejuicio estético que acompaña la enseñanza del poeta de Mantua durante aproximadamente un siglo y medio. Por supuesto, como señala el propio Steiner, “con el desastre de la rutina de la fuga y el exilio, esta opinión cambió radicalmente. Virgilio empezó a verse como el testigo más maduro, como el más necesario”.

 

El propósito de este capítulo, por tanto, es profundizar en las raíces de tal prejuicio, atendiendo al discurso de los manuales de literatura y al del propio ensayismo acerca de las consideraciones sobre la poesía virgiliana, dado que como tendremos ocasión de comprobar, encontramos idas y venidas en la consideración de su “originalidad” virgiliana, así como en la superación de esta categoría.

Por ello, comenzaremos nuestro trabajo con afirmaciones como las de Niebuhr, quien considera que las Églogas “quieren crear en suelo romano algo que no existe allí”, de las Geórgicas “no se puede decir nada loable” y la Eneida es “una obra fallida” (Niebuhr 1848: 130). Se trata de un conjunto de juicios pronunciados en sus lecciones sobre historia de Roma en la Universidad de Bonn en Alemania. Es un testimonio bastante elocuente de cómo el método histórico-crítico, en su relación con la filología clásica, asume también este relato sobre la poesía virgiliana.

 

En este sentido, Ángel María Terradillos, en su manual de 1848, afirma que Virgilio “no pudo ser como Homero”, “expresión exacta y pura de una sencillez, de un heroísmo, del que no tenía ya modelo”. Contrapone, de forma muy interesante para debates como el que opone civilización a cultura, “expresión admirable de la civilización”. Por tanto, aunque le niega el “genio” y la “gloria de la originalidad”, en este caso sí encontramos una ponderación de otros méritos como el civilizatorio.

 

Ya en el siglo XX, Leo considera admirable no sólo la dependencia de Virgilio con respecto a Homero, sino el orgullo que, según él, Virgilio sintió en tal dependencia (Leo 1950: 115). En este sentido, Millares Carlo coincide en negarle a Virgilio su “sencillez e inspiración primitivas”, pero también considera imperdibles episodios como el de Laocoonte o el asesinato de Príamo a manos de Neoptólemo. Esta misma evolución llegará a un punto de no retorno con la obra de Karl Büchner (1957), pues reconociendo por supuesto el vínculo con Homero, considera que la recopilación e “imitación” de materiales homéricos que realiza Virgilio no es un mero acopio, sino que produce en ellos un salto cualitativo, creando un género o subgénero épico podríamos decir, como es el de la “epopeya histórico-dramática” o “epopeya del símbolo”, lo cual supone una revisión completa de las acusaciones de falta de originalidad que se dieron previamente.

Asimismo, resulta interesante el contraste de este pequeño itinerario por la manualística con lo que sucede en el ámbito del ensayismo, particularmente en el ámbito latinoamericano: ya desde los años treinta, Alfonso Reyes en 1931 reconocía una “originalidad de lo autóctono” en la poesía Virgilio, en concreto, en su fijación del “sentimiento nacional” en su poesía, frente al “esquema o boceto” de éste en Homero. Al año siguiente, desde Quito, Espinosa Pólit en su monumental Virgilio, el poeta y su misión providencial, recurría a una metáfora de cuño garcilasiano para resolver la polémica: Homero y Virgilio son como la rosa y la azucena, dos clases de belleza que son opuestas, por lo que preguntarse por cuál es más bella “carece de sentido”: “La rosa es hermosura cálida y vibrante; la azucena es más fría, pero se insinúa más íntimamente”.

 

Asimismo, otro ámbito de estudio complementario al anterior lo constituye la traducción de ensayos en otras lenguas al propio ámbito hispano: así sucede con la traducción en 1945 del Vergil. Vater des Abendlandes de Theodor Haecker. Sus ideas adventistas quedan reformuladas en aquella traducción por el prólogo del militante peronista afincado en la España franquista, Juan Carlos Goyeneche. Con respecto a la polémica sobre la “originalidad” de Virgilio, dedica un apartado a “Virgilio y los alemanes”, donde el teólogo alemán afirma, como cierre de esta polémica ya en 1934: “Y no es que se haya puesto esa estrella [la de Virgilio] que no puede ponerse nunca, sino que el ojo de los alemanes está enfermo y torcido” (Haecker 1945: 157).

 

Atherton, Geoffrey. The Decline and Fall of Virgil in Eighteenth-Century Germany: The Repressed Muse, Nueva York, Camden House, 2006.

Büchner, K. (1968), Historia de la literatura latina, trad. de Eduardo Valentí Fiol y Alfonso Ortega Carmona, Barcelona, Labor.

Conte, G. B. (2007) “Defensor Vergilii: Richard Heize on Virgil’s Epic Technique”. The Poetry of Pathos. Studies in Virgilian Epic, edición y traducción de Stephen Harrison, Nueva York, Oxford University Press, pp. 170-183.

Espinosa Pólit, A. (1932) Virgilio. El poeta y su misión providencial, Quito, Biblioteca Ecuatoriana.

García Jurado, F. (2019), Catálogo razonado de manuales hispánicos de literatura clásica (1782-1935), Guillermo Escolar Editor.

Haecker, T. Virgilio, padre de Occidente, traducción de Valentín García Yebra y prólogo de Juan Carlos Goyeneche, Madrid, Sol y Luna, 1945.

Johnson, W. R. (1976), Darkness Visible. A Study of Vergil’s Aeneid, Berkeley, University of California Press.

Leo, F., (1950), Literatura romana, trad. de P. U. González de la Calle, Bogotá, Prensas del Ministerio de Educación Nacional.

Millares Carlo, A. (1964) Historia de la literatura latina, México DF.

Niebuhr, B. G. (1848) Vorträge über die römische Geschichte an der Universität zu Bonn gehalten.

Reyes, A. (2015) Alfonso Reyes, “un hijo menor de la palabra, selección, prólogo y semblanza de Javier Garciadiego, México D. F., FCE.

Steiner, G (1990), “Homer and Virgil and Broch”, London Review of books, 12 de julio, pp. 10-11.

Steiner, G (1982), Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano, Barcelona, Gedisa.

Ziolkowski, T (1993). Virgil and the Moderns, New Jersey, Princeton University Press.

 

17:30 David García Pérez (UNAM): “El viaje de las historias de las literaturas griega y latina en los estudios clásicos en la Universidad Nacional Autónoma de México (s. XX)” (HCLC Resultado 22)

“Los breviarios de literatura clásica del FCE: Alfonso Reyes, traductor de C.M. Bowra, y Agustín Millares”

18:00 Jorge Rojas Otálora (UNAL): “Pedro Urbano González de la Calle y la creación del Instituto Caro y Cuervo” (HCLC Resultado 19bis)

En este trabajo se pretende ubicar, en primer lugar, la trayectoria del científico español desde su formación hasta su desempeño como docente en diversas universidades españolas. Se considerará su exilio a causa de la Guerra Civil española y su llegada a Colombia destacando ante todo su vinculación a la Escuela Normal Superior, así como su importante participación en el desarrollo del trabajo filológico en la Licenciatura en Filología e Idiomas en esta institución. Se destacará esencialmente su papel en la organización del Instituto Rufino J. Cuervo como parte del Ateneo Nacional de Altos Estudios en 1940 y, seguidamente, el trabajo que, junto con el Padre Félix Restrepo S.J. desarrolló en la transformación de esta entidad en el Instituto Caro y Cuervo. Es importante destacar, además del trabajo investigativo, su labor como docente a cargo de cursos de sánscrito, de gramática histórica española y de español americano.

Un aporte muy significativo de González de la Calle es su cuidadosa revisión de la obra de Rufino José Cuervo asumiendo el estudio de las partes ya publicadas del Diccionario de Construcción y Régimen, labor exigente y erudita en la que se atrevió a enmendar algunas erratas, corregir errores de interpretación y ampliar conceptos de lingüística histórica que el ilustre filólogo bogotano elaboró en la introducción de este trabajo. Igualmente, González de la Calle asumió el proceso metodológico que implicaba la continuidad del citado diccionario para asegurar que su continuidad se rigiera por los parámetros que se venían desarrollando en la investigación del campo en diversas instituciones europeas y norteamericanas.

Del mismo modo sobresalen sus importantes sus contribuciones al estudio del español en América que impulsó mediante una serie de cursos impartidos desde su llegada a Colombia y con el trabajo de investigación en el campo de la dialectología que se consolidó mediante la creación de la sección correspondiente en el Instituto Caro y Cuervo. Un tema importante de subrayar será su aporte en la difusión en nuestro medio de los logros científicos que en Europa se adelantaban en el campo de la lingüística indoeuropea y románica.

 

Otro aspecto que se destacará es su labor de traductor, con especial énfasis en su trabajo de verter al español La literatura romana de Federico Leo con importantes notas eruditas. Parece que también hizo una traducción que quedó inédita de la obra titulada La literatura latina en la transición de la Antigüedad a la Edad Media de Eduardo Norden. Ambas fuentes se muestran de primera importancia a la hora de recorrer retrospectivamente el viaje de las ideas en la historiografía de las literaturas clásicas.

 

Importante contribución del científico español es el conjunto de ensayos y monografías especializadas que publicó en el Boletín del Instituto Caro y Cuervo, desde su primer número y, luego, de manera permanente, aún después de que se afincó en Ciudad de México. El primer número del Boletín muestra un erudito trabajo biográfico sobre Nebrija. En adelante, presenta diversos trabajos sobre lexicografía, como su trabajo sobre el catalán, y culmina con un ensayo crítico sobre la edición de Las disquisiciones sobre filología castellana, tomo cuarto de las obras completas de Rufino José Cuervo publicadas por el Instituto Caro y Cuervo. Esta contribución se realiza desde México, en donde ya se había incorporado tanto al Colegio de México como a la Universidad Nacional Autónoma de ese país.

 

18:30 Coloquio y clausura

 

Notas

[1] En Europa, especialmente desde la Primera Guerra Mundial, se ha producido una reacción contra los métodos de estudio literario tal como venían siendo aplicados desde la segunda mitad del siglo XIX: contra la simple acumulación de datos que no guardaban relación entre sí, y contra toda la presuposición subyacente de que la literatura debía ser explicada por los métodos de las ciencias naturales, por la causalidad, por fuerzas exteriores determinantes. (Wellek 1968, p. 193). 

[2] Emerita 3, 1939, pp. 376-378.

[3] Las “Aulas de primeiras letras” y “Aulas de humanidades” eran denominadas normalmente como “Aulas Régias”, término que también remitía a las clases pertenecientes al Estado y no a la Iglesia (Levy Cardoso, 1999: 106).

 

[4] La independencia sólo fue reconocida por Portugal, el 29 de agosto de 1825, a través de un tratado entre Brasil y Portugal, mediado por Inglaterra (Barão do Rio Branco, 1889: 103).

[5] El 11 de abril de 1931, con el Decreto n.º 19.851, el Ministro de Educación Francisco Campos reformó la enseñanza universitaria con la creación de la Facultad de Educación, Ciencias y Letras. Esta fue la primera iniciativa oficial amparada por un Estatuto de las Universidades Brasileñas (Tuffani, 2000/2001: 397).

[6] La tipologización realizada por Espagne comprende los siguientes vectores: comerciantes de productos culturales, traductores y adaptadores de manuales, docentes que aportan conocimientos foráneos; exiliados políticos, económicos o religiosos; fondos de bibliotecas.

[7] García Jurado (2004, 128-129) aduce tres posibles razones de lo que se ha llamado la “decadencia” de las letras latinas: razones geográficas, políticas y morales. En lo que a nosotros nos afecta, estarían las causas dentro de las razones geográficas.

[8] Louis Antoine (según otros, Ernest) Vendel-Heyl fue un helenista y orientalista de origen francés que ocupó la primera cátedra de griego en el Instituto Nacional de Santiago. Había ganado una plaza de Agregado en la Universidad de París, y a mediados de la década de 1840 se traslada a Chile. Allí conoce a Andrés Bello, con quien inicia una serie de colaboraciones, ocupando la cátedra de latín del Instituto Nacional. Sus Ensayos analíticos y críticos sobre la primera edad de la literatura romana y particularmente sobre Plauto (1850) así como sus Estudios de literatura latina (1852) fueron especialmente saludados por el público especializado.

[9] Tomo VI, pp. 1-161.

[10] Estas informaciones se encuentran consignadas en nota al comienzo del Compendio de Historia de la Literatura, en Bello, O.C. vol. IX, p. 3.

[11] Maximilian Samson Friedrich Schoell (1766-1833) fue un filólogo, historiador y diplomático francés al servicio de Prusia. Escribió también una Histoire Abregée de la Littérature Romaine (Paris, 1815) y un Cours d’Histoire moderne des États européens (1830-1834, 46 vols.) entre otros tratados.

[12] Posiblemente Sobre el estudio de la poesía griega (1797) o de la Historia de la literatura griega antigua y moderna (1812).

[13] Autor asimismo de un Compendio de historia romana (París, 1840) y traductor de Salustio (París, 1860).