Proyectos de Innovación

Mujeres y pintura en la Edad Media

Introducción

Esta investigación forma parte de la tesis doctoral del ponente, centrada en la actividad artesana de las mujeres en la Edad Media. Aunque en la tesis se hace referencia a más sectores (construcción, textil, cerámica, etc.), para este congreso nos centraremos en la pintura, incluyendo la iluminación de manuscritos, por ser aquella disciplina en la que mayor presencia tuvieron las mujeres.

Objetivos

La ponencia pretende visibilizar los nombres y obras de pintoras medievales, la etapa más antigua en la que podemos identificarlas con precisión. Asimismo, se analizarán las circunstancias bajo las cuales desarrollaron esta actividad: cómo influía su clase social, estado civil o el estamento al que pertenecían en su desempeño. Por último, se hará un estudio comparativo de las características materiales de sus obras y de cómo han sido determinantes en el conocimiento que tenemos de estas pintoras.

Metodología

Dentro del marco teórico de la Historia del Arte con perspectiva de género, en la investigación han sido fundamentales las consultas bibliográficas de autoras pertenecientes a dicha corriente (Nochlin, Greer, Chadwick), combinadas con consultas de historiografía medieval de corte más generalista. También los datos que las propias obras nos aportan son fundamentales, tanto en sus detalles iconográficos como, especialmente, su valor como documentos en sí mismos a través de inscripciones, símbolos heráldicos o firmas. Esta información se complementa con el estudio de diferentes fuentes documentales primarias que, en algunos casos, revelan datos biográficos de pintoras a las cuales no podemos atribuir ninguna obra.

Discusión

La mentalidad de la época relegaba a las mujeres a pintar en formatos tradicionalmente considerados de segunda categoría: miniaturas de manuscritos, cortinas, banderas, etc. La dificultad para conservar algunos de estos tipos de pintura ha hecho que gran parte de su trabajo se haya perdido, como ocurre con Violant de Algaraví, cuya actividad puede documentarse pero de la que no conocemos ninguna obra. No ocurre así con los manuscritos, de los que conservamos un buen número, varios de ellos firmados. Sin embargo, han pasado más bien desapercibidos por su condición de libros.

Gran parte de ellos fueron copiados y decorados por religiosas, sin que podamos saber dónde recibieron la formación necesaria para desarrollar esta actividad. Algunas parece que, incluso, pudieron cultivar otros formatos como es el caso de Caterina Vigri o Andriola de Baracchis.

En el caso de las pintoras laicas, podemos rastrear en casi todos los casos su parentesco con algún pintor varón y aprendieron su profesión en el seno de su familia. Así ocurre con Margarita van Eyck, Blanche Borrassá o Jeanne de Montbaston. Sin embargo, su trabajo suele quedar diluido en el taller familiar.

Conclusiones

Las mujeres participaron de forma muy activa y diversa en la pintura medieval. Aún así, existió una clara discriminación hacia su trabajo que se evidencia en los formatos a los que tuvieron acceso y en la escasa visibilidad que tenía su trabajo: o se quedaba relegado al espacio conventual o permanecía oculto bajo la sombra de un pariente varón.