Unidades docentes

Primeros auxilios

Todo accidente, por pequeño que parezca, necesita una debida atención. La posible intervención de un médico no evita que el profesor/a deba conocer los primeros auxilios a aplicar en caso de accidente.

 

- Cortes y heridas: es el tipo de accidente más habitual en los laboratorios. La primera medida consiste en lavar la parte afectada con agua y jabón. No importa dejar sangre en la herida ya que ello contribuye a evitar la infección. Se aplica agua oxigenada, se cubre con una gasa grasa y gasa esterilizada. Se añade encima algodón y se sujeta con un esparadrapo. Si existe hemorragia o bien han quedado dentro objetos extraños, se debe acudir a un centro sanitario. Se puede intentar contener la pérdida de sangre con un sistema de ligadura. 

- Quemaduras: las lesiones de esta clase suelen deber su origen a tres clases de agentes:

- Salpicaduras en los ojos: la delicada constitución de los ojos hace que todos estos accidentes lleven implícita una gravedad potencial. Por ello, la consulta al especialista es siempre necesaria y urgente. Como actuaciones inmediatas, se aconseja lavar el ojo abundantemente con agua. Después, si la salpicadura es de ácido, lavar con una disolución de borax al 2%, y si se trata de álcalis, hacerlo con ácido bórico diluido al 2%.

- Envenenamiento e intoxicación: en ambos casos la atención médica es indispensable. Puede ser muy útil una llamada al Servicio de Información Toxicológica (91-5620420), donde indican las medidas más oportunas de acuerdo con el agente que ha causado el accidente.

- Descargas eléctricas: en este caso, la primera medida es cortar el paso de electricidad. La atención médica es imprescindible aún en el caso de que aparentemente no existan lesiones.