Departamentos

Musicólogo. Estudió en la Universidad de Oviedo, donde se licenció en Historia (1971) y obtuvo el doctorado (1976). En el Conservatorio de esa misma ciudad y en el Superior de Madrid realizó sus estudios de música, recibiendo el título superior de Piano (1970), titulándose posteriormente en Armonía, Contrapunto, Fuga y Composición y cerrando esta etapa en 1978. De 1972 a 1988 ejerció la enseñanza en la Universidad de Oviedo, y desde 1988 en la Universidad Complutense de Madrid donde es catedrático y director del Instituto Complutense de Ciencias Musicales. Es académico correspondiente de las Academias de Bellas Artes de San Fernando y de Santa Isabel de Hungría de Sevilla.

 

La enseñanza constituye, sin duda, una auténtica vocación para E. Casares. Sus inicios en este trabajo se remontan al curso 1972, como profesor en la Universidad de Oviedo, donde comenzó a impartir materias de Historia del Arte y la primera asignatura de Historia de la Música que aparece en el plan de estudios de dicha universidad. En 1975 pasó a la categoría de profesor numerario. Durante los seis años que van entre 1978 a 1984, dio un gran impulso a la enseñanza de la Historia de la Música dentro de los estudios de Arte. Su propia carrera académica pasó diversas etapas con rapidez, de Adjunto a profesor Agregado y accediendo en 1982 a la primera cátedra de Historia de la Música existente en la universidad española. Durante aquellos años se comenzó a crear en la Universidad de Oviedo, sin contar los fondos históricos, la que hoy es una espléndida biblioteca musicológica y, lo que es más importante, empezaron a realizarse bajo su dirección diversas tesis doctorales y memorias de licenciatura. La concepción de la Historia de la Música que el profesor Casares trata de transmitir a sus alumnos resulta, de acuerdo con las más modernas concepciones, globalizadora. En 1982 estas enseñanzas se enmarcaron en un departamento universitario específico, bajo su dirección. Con todo, el hecho más importante tuvo lugar en 1984, cuando se aprobó el Plan de Estudios de la especialidad de Musicología en la Universidad de Oviedo, primera de España y única de sus características durante varios años. Desde el curso 1985-86, la Universidad imparte la nueva especialidad de Musicología que supone entrar en una nueva era, con la que se puede decir que la música ha vuelto a ocupar, también en España, el lugar que le corresponde, según la mejor tradición universitaria.Cuando se trasladó a la Universidad Complutense de Madrid, a finales de 1988, dejó en Oviedo unos estudios musicológicos bien organizados y con amplios medios y un equipo que había ido profundizando en la enseñanza de las materias musicológicas más complejas, capaz de trabajar coordinadamente y de dirigir a las nuevas promociones interesadas en este tipo de estudios. Al comenzar la década de1990, proyectó la creación de los estudios musicológicos, en el marco de las nuevas licenciaturas, en la Universidad Complutense de Madrid, después de casi dos décadas de permanente magisterio universitario. En esta última universidad dirige la nueva especialidad que comenzó en el curso 1997-98.

Una vez obtenido el título de doctor, inició algunas investigaciones que abordan diversos temas de arte asturiano. Paralelamente -y muy pronto de forma exclusiva- se volcó de lleno en la investigación musicológica, que comenzó con sus trabajos sobre la música de la catedral de Oviedo. Pese a algunos trabajos anteriores y posteriores, sobre diversos compositores o épocas, la investigación de Casares, sigue siendo -especialmente esta última- la obra de referencia para aproximarse no sólo a la música catedralicia ovetense, sino también a lo que han sido las líneas generales de la creación musical en Asturias. Además, diversos conciertos y grabaciones de sus transcripciones favorecieron la recuperación real de algunas obras del patrimonio musical de la catedral de Oviedo, ejemplo claro de una concepción musicológica que va más allá de los niveles eruditos y documentalistas, necesarios por lo demás, para centrarse en la preocupación por el estudio y recuperación del propio hecho musical. Los principales autores estudiados por E. Casares, de cuya obra ha realizado transcripciones, son: Manuel Villaverde, Joaquín Lázaro, Pedro Furió, J. P. Centella, Manuel de Ossete, Simón Araya, Manuel de Mencía y José Gargallo. Prácticamente por las mismas fechas había abordado el estudio de la catedral de León, publicando en 1978 un catálogo con un amplio estudio preliminar que ha sido muy valorado por algunos musicólogos. En 1978 y 1979 fue becado en México para catalogar el Archivo Adolfo Salazar, lo que le llevó además a adentrarse -y desde entonces va a ser una constante- en los problemas de la música española del s. XX, reorientando sus actividades investigadoras hacia el mundo contemporáneo. Prueba de ello es que en 1980, fecha de su estudio sobre la música de la catedral de Oviedo, publicó una monografía sobre Cristóbal Halffter, para más adelante profundizar en la llamada Generación de la República y en el siglo XIX con diversos trabajos. La década de los ochenta supone un salto cualitativo muy notable en los proyectos investigadores del profesor Casares. Las líneas maestras serán: 1. Transcripción y edición del legado Barbieri, dando salida a una antigua deuda de la musicología española con uno de sus grandes maestros, además de excelente músico. 2. Numerosos trabajos publicados y dirigidos sobre teatro musical español. 3. Investigaciones sobre la música española en el siglo XIX y primera mitad del XX. 4. Dirección del Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Es de destacar como fruto de estas líneas de investigación la edición del legado Barbieri, su sustancial biografía sobre este mismo autor, Francisco Asenjo Barbieri. 1. El hombre y el creador, y 2. Escritos, sus ya numerosos trabajos de investigación sobre la música en el s. XIX o la denominada Generación del 27, todos referencias básicas sobre estos períodos. A estas aportaciones se suma la asistencia activa a congresos y la colaboración en diversas publicaciones.

Su actividad organizativa discurre unida a las dos vertientes comentadas. La historia de la musicología universitaria española está muy ligada en sus orígenes a los aspectos que pueden agruparse bajo el nombre de extensión universitaria. En la Universidad de Oviedo, donde la actividad de Extensión Universitaria a principios del s. XX constituye un capítulo inolvidable, va a tener lugar desde los años sesenta una serie de actividades musicales cuyos momentos de mayor relieve están asociados a la capacidad organizativa del propio profesor Casares. Entre estas actividades cabe citar la organización de numerosos cursos de divulgación musical, junto con otros, de mayor nivel, como los Cursos de Verano, en los que intervinieron la práctica totalidad de los musicólogos universitarios españoles y un amplio número de compositores, habiéndose recogido sus conferencias en diversas publicaciones.La actividad de mayor trascendencia social ha sido la creación y dirección de unas Semanas de la Música, inauguradas en mayo de 1975, y que se transformaron a partir del octavo año en el Festival Internacional de Música y Danza de Asturias. En muchas de sus ediciones se presentaron estrenos, fruto de sus propias investigaciones, y de año en año se consiguió un amplio apoyo institucional que convirtió al Festival en el evento musical de más empuje de la región. Con todo, la capacidad organizativa de E. Casares aún quedó probada en otra actividad, acaso de menor proyección social que la anteriormente comentada, pero sin duda alguna de mayor trascendencia cultural como es su faceta de editor, como fundador, dentro del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo, de las colección Ethos/Música, de su propia dirección, y la Serie Académica, codirigida con A. Medina. Realidades como la edición de la tesis doctoral de Louis Jambou sobre el órgano español y las monografías sobre compositores contemporáneos, entre otras publicaciones mayoritariamente inéditas y debidas a jóvenes investigadores, muestran con claridad la línea comprometida de estas colecciones, frente a las rutinarias series de traducciones que el mercado editorial español lleva ofreciendo desde hace muchos años. Su último gran proyecto de coordinación musicológica es sin duda el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, proyecto que ha coordinado como director general y a lo largo de los últimos diez años y al que ha dedicado prácticamente su actividad de los últimos años y que ha supuesto la mayor aventura musicológica de la hispanidad. Lugar especial merece la creación del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), adscrito a la Universidad Complutense de Madrid y que, en colaboración con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), el Ministerio de Cultura y la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, idea suya, e Instituto que dirige desde su creación. Está dedicado a la recuperación del patrimonio musical español, con las dos colecciones Música Hispana-Partituras y Música Hispana-Textos, que ya cuentan con más de cincuenta volúmenes publicados. En este último caso se apunta una fuerte dedicación a la propia música española, lo que sin duda saldará también algunas deudas históricas en relación con ciertos repertorios, abordando todo ello sin perjuicio del papel docente de dicho Instituto donde también dirige un master en Gestión Cultural. Le cabe al profesor Casares el honor de haber contribuido de forma decidida a la implantación de las disciplinas musicológicas en el ámbito universitario, restaurando una vinculación entre la música y la universidad que había existido durante muchos siglos. Paralelamente, sus propios trabajos e iniciativas estrictamente científicas han supuesto, y aún van a suponer más claramente en el futuro pues algunos proyectos aún no han empezado a dar sus frutos plenamente, la liquidación de errores, tendencias y deudas diversas que la musicología española había ido reiterando sin demasiadas dosis de reflexión y de rigor en el propio análisis histórico.