De Jardín Botánico y refugio de biodiversidad, a Parque Temático y refugio del capital
28 may 2025 - 07:54 CET
Ayer, 27 de mayo, el Jardín Botánico Alfonso XIII de la UCM empezó a estar más días privatizado que con acceso público en lo que llevamos de año.
Un jardín botánico es un espacio que aporta múltiples beneficios a la comunidad universitaria y la biodiversidad que lo habita o lo visita (humana y no humana). Los jardines botánicos se emplean para enseñar y difundir conocimiento sobre la biodiversidad y es una herramienta didáctica muy valiosa para formaciones de diferentes grados y máster de esta universidad. Además, en un jardín botánico se realizan tareas de investigación y conservación de la biodiversidad, cada vez más imprescindibles en el contexto de crisis ecológica en la que estamos inmersas. Sin embargo, llevamos años comprobando cómo en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid se prioriza su uso como espacio para eventos privados, y se dificulta o directamente se hace imposible otro conjunto de actividades que le dan sentido como espacio público de disfrute, docencia, investigación y conservación de la biodiversidad.
El 3 de febrero del 2025 fue el primer día del año que pudimos entrar al Jardín Botánico. Durante esos 32 primeros días del año, este refugio de biodiversidad y espacio público estuvo cerrado para beneficio privado de los productores de “El Manantial de los Sueños”. Un evento de luz, ruido y ocupación del hábitat que fue El Manantial de las Pesadillas para las centenares de herbáceas, árboles, insectos, aves y mamíferos que habitan el Jardín Botánico. O habitaban, porque al igual que la comunidad universitaria, y la ciudadanía en general, somos expulsadas desde hace tiempo de este entorno saludable, lo son el resto de seres vivos que componen el ecosistema.
Desde el 3 de febrero hasta el 10 de abril pudimos recuperar y disfrutar durante 66 días, entre lluvia y chaparrón, de la explosión de vida de la primavera. Sin embargo, cuando volvimos del periodo vacacional de Semana Santa, el 22 de abril, de nuevo nos encontramos operarios instalando el siguiente evento. Esta vez para enriquecimiento y lavado verde de los promotores y colaboradores privados de “Las Noches del Botánico”, despojando del título de Jardín Botánico a un espacio que ha dejado de ser refugio de la biodiversidad para ser refugio del capital.
Este 26 de mayo se cumplieron 34 días de tener el Jardín Botánico ocupado por maquinaria e infraestructuras para este festival de música. Sumados a los 32 días de principio de año, igualaron los 66 días que pudimos disfrutar del espectáculo de la naturaleza entre espectáculo y espectáculo de la privatización. De tal manera que ayer, martes 27 de mayo, el Jardín Botánico ya ha estado más días abierto a las empresas privadas que a la sociedad (dejando los días de Semana Santa sin contabilizar para ninguna de las dos partes).
Este uso privado también provoca daños en el Jardín que se extienden al resto del año y que exige un sobreesfuerzo en reponer, reparar y mantener una parte del jardín que se sabe que va a quedar destruido en pocos meses. Hay espacios que ya no se utilizan para ampliar colecciones porque lo que se plante quedará sepultado, por ejemplo, por una pista de hielo artificial. Árboles, setos, praderas, y todos los seres vivos que los habitan, dañados evento tras evento porque el pacto es que lo que se rompe se repone, como si la naturaleza y sus tiempos pudieran entrar en esa lógica de usar y tirar.
Al igual que el pasado viernes 23 de mayo alcanzamos en España nuestro Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, en la Universidad Complutense de Madrid ya hemos alcanzado nuestro Día de la Sobrecapacidad de la Privatización. El Jardín Botánico va perdiendo cada vez más su sentido, convirtiéndose en un espacio totalmente inhóspito para la vida biológica y la vida social, docente e investigadora. Incluso pasando de ser un espacio para relajarse entre exámenes finales a ser la causa de tener que modificar el horario de las convocatorias en las facultades cercanas para que el ruido no moleste.
En el contexto actual de recortes y ahogo financiero de la Universidad Pública, vemos con preocupación que se consolide esta tendencia, considerando este caso un ejemplo palpable de lo que está por venir si no cambiamos el rumbo de las políticas anunciadas contra la universidad.
Hoy lamentamos la transformación del Jardín Botánico en Parque Temático, pero nos levantamos para evitar que mañana se consuma la transformación de la Universidad Pública en Parque Empresarial.
CGT-UCM
Apoyan (por orden alfabético):
ALBA (Acción Local por un Bosque Autóctono)
CNT Comarcal Sur de Madrid
Delegación de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Biológicas UCM
Dignimad (Asociación de Trabajadoras Precarias de la Investigación de la Comunidad de Madrid)
Ecoaldea UCM
Ecologistas en Acción Madrid
HuertAula Cantarranas (UCM)
Observatorio UCM 2030
Rebelión Científica
Sindicato de Inquilinas