Proyectos de Innovación

Panel 3/6

 

Ya hemos señalado que el objetivo de Velázquez fue lograr la condición de noble de manos del Papa. Ahora bien, creemos que el pintor era consciente de la importancia de este retrato en su trayectoria artística. Quiere ser recordado como superador tanto del Julio II de Rafael como de la estatua de bronce del mismo pontífice que realizó Miguel Ángel, de la que Velázquez habría podido ver sólo la cabeza en Bolonia (el resto se había fundido). De ella recuerda Vasari que se decía que “parecía que estaba dando la maldición más que la bendición”. Emularía así a los dos grandes artistas que se consideraban maestros de todos los pintores.

 

En conclusión, el fin último de Velázquez con estas dos obras fue plantear un reto artístico: la superación de la realidad por parte de la Pintura. Como señala Victor Stoichita, utiliza dos formas de representar esto. En el caso de Juan de Pareja, es un retrato in praesentia, mientras que, en el caso de Inocencio X, es un retrato in absentia, debido a que conservamos numerosos testimonios que tomaban el cuadro como la verdadera persona del Papa. Velázquez se mostraba así ante el público romano como un pintor intelectual y virtuoso.

 

[Autor de los paneles 1 al 3: Jorge Segovia Sánchez-Migallón]

 

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Diego Velázquez, Retrato de Inocencio X, 1650. Roma, Galleria Doria-Pamphilj