Grupos de investigación

El mundo en el libro

La mayor parte de los mapas antiguos que conservamos están contenidos en libros. Manuscritos de las Etimologías de san Isidoro, códices del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana y copias medievales de obras clásicas de autores como Lucano y Salustio son algunos de los principales repositorios de imágenes del mundo. Los mapas también se proyectaron en otros medios, desde la arcilla al paramento vítreo, pasando por el muro o la tabla. Sin embargo, el espacio del libro fue el lugar del mapa por excelencia. La apertura hacia la cartografía moderna europea con la recuperación de la Cosmografía de Claudio Ptolomeo en el siglo XV, supuso el paso de mapas en libros a libros de mapas. En ellos vemos como imágenes del mundo o de partes de éste invaden sus páginas, convirtiéndose en protagonistas de nuevos relatos geográficos. Es entonces cuando nace el concepto de atlas.

 

CLAUDIO PTOLOMEO, c. 100- c. 170

Cosmographia

Ulmae: Johannes Reger: impens. Justi de Albano, 21 julio, 1486

BH INC FL-5

El logro de Ptolomeo no fue menor: su Geografía aportó las nociones científicas para proyectar una forma tridimensional –la de la Tierra–, sobre la superficie plana del mapa. Su segundo tipo de proyección resultó en una forma ovalada, cercana a la esfera. En esta edición los mapas se realizaron con detallados grabados xilográficos coloreados utilizando los mismos tacos que en la de 1482.

 

ABRAHAM ORTELIUS, 1527-1598

Theatrum orbis terrarum 

Antuerpiae: apud Ioannem Bapt. Vrintium, 1603

BH FLL Res.4

Considerado el primer atlas moderno por contener una colección sistemática y ordenada de mapas, este teatro del mundo se presenta con un mapa figurado. Las alegorías de los cuatro continentes, dotadas de atributos simbólicos, son ubicadas estratégicamente.