“Si las posturas de extrema derecha siguen avanzando en Occidente, será un problema”

“El 90% de los niños refugiados llegan solos a Europa”, “5.429 inmigrantes ilegales murieron en el mar en 2015” o “Nuevo ataque en Alemania con los refugiados como objetivo” son titulares de la semana pasada. Refugiados, pateras, mafias y xenofobia se han convertido en palabras habituales en nuestra sociedad. Javier Álvarez Gálvez, investigador del departamento de Sociología IV de la Universidad Complutense de Madrid, analiza cómo influye el nivel de estado de bienestar en el rechazo a la inmigración en los países europeos, con el auge de la extrema derecha como telón de fondo.

Descargar en PDF Descargar noticia en PDF

 


Unos niños juegan a la pelota en un campo de refugiados. / Héctor Pastor Fernández.
Unos niños juegan a la pelota en un campo de refugiados. / Héctor Pastor Fernández.

MARÍA MILÁN | ¿Qué convierte a una sociedad en más o menos racista?

Existen muchos factores que pueden dar lugar al incremento de los niveles de racismo y xenofobia. Como comentamos en el estudio, la falta de trabajo o la escasez de ayudas sociales pueden dar lugar al surgimiento de opiniones contrarias hacia la inmigración, sobre todo, entre los grupos con menor cualificación. Pero también existen reticencias hacia la entrada de inmigrantes entre las clases altas que pueden considerar "por qué pagar si yo no consumo gran parte de lo que pago y estoy subvencionando a los que vienen de fuera". La educación contribuye enormemente a la reducción del sentimiento antinmigrante.

¿Qué papel tienen las noticias que se publican a diario?

Los medios de comunicación también son un factor canalizador de las actitudes hacia la inmigración. El tratamiento rápido de los temas relacionados con este fenómeno conduce al desarrollo de estereotipos que son muy difíciles de erradicar entre la población. Las ideas de que los inmigrantes que llegan "están poco cualificados", "pueden ser terroristas" o "vienen a quitarnos el trabajo" responden a una visión muy simple de lo que es el conjunto del fenómeno.

¿Es posible cambiar ese pensamiento?

El reto está en enseñar a los ciudadanos que las historias personales de quienes emigrar nunca son tan sencillas como nos las relatan en los medios de comunicación. Hay que enseñar a las personas a realizar un ejercicio de empatía y tratar de ponerse en los zapatos del que viene, o incluso del que se va. Pensemos en todos los casos de jóvenes que, a día de hoy, en España se ven obligados a buscarse la vida en otro país. No hay mucha diferencia.

¿Qué han analizado en su último trabajo?

Javier Álvarez Gálvez. / J. A.
Javier Álvarez Gálvez. / J. A.

El artículo trata de explicar cómo afecta nuestro estado de bienestar –el hecho de que algunos países tengan un gasto social alto o bajo– a la relación entre el estatus socioeconómico de los individuos y sus actitudes hacia la inmigración. Con este trabajo sostenemos la idea de que las diferencias en las actitudes hacia la inmigración, entre grupos de bajo y alto estatus socioeconómico, pueden explicarse por el tamaño del estado de bienestar. 

¿Y cómo influye el nivel de estado de bienestar en la acogida a la inmigración?

Mediante el uso de modelos multinivel y datos de la Encuesta Social Europea, demostramos que, como se esperaba, el efecto del estatus socioeconómico sobre las actitudes hacia la inmigración es positivo: a mayor estatus más positivas son estas. Pero nuestros resultados indican que existe una gran variación entre países. Las diferencias de actitudes entre grupos con diferentes posiciones socioeconómicas aumentan a medida que lo hace el gasto social. Cuando este es bajo, los ciudadanos perciben a la población inmigrante como a otro competidor por unos recursos económicos y sociales que son escasos. 

Es ahí cuando surgen pensamientos del tipo “vienen a quitarnos el trabajo”, ¿no es así?

Es un discurso que suele ser bastante habitual en nuestra vida cotidiana. Creo que, más que una idea fundamentada en evidencias científicas y en datos reales, es un argumento que está muy relacionado con lo que decimos en nuestro artículo. En los momentos en los que los recursos son más limitados, la llegada de inmigrantes suele percibirse como una amenaza para los grupos que tienen más problemas para salir adelante. Por otra parte, a veces los medios de comunicación pueden contribuir en gran medida a que exista una sobrestimación del número de inmigrantes, pues presentan solo una pequeña parte de lo que es la inmigración, quizás la más excepcional e impactante.  La imagen virtual del inmigrante basada en estereotipos es la que a veces acaba fomentando el discurso negativo, mientras que, al contrario, la imagen real generada a través del contacto directo con estos grupos es la que generalmente fomenta la xenofilia.

¿Un ciudadano considera diferente a un inmigrante que procede de Siria que de Nigeria?

Oficina de registro de refugiados en Líbano. / Oxfam Italia.
Oficina de registro de refugiados en Líbano. / Oxfam Italia.

La educación es uno de los predictores más potentes de las actitudes hacia la inmigración. Tener una elevada cualificación, en principio, debería dar lugar a actitudes más positivas hacia la inmigración, ya sea porque uno tiene capacidad para entender la complejidad del fenómeno o porque no considera que los intereses de los inmigrantes entren en competencia con los suyos. Con respecto a las personas que vienen de Nigeria o Siria creo que la diferencia la marca la orientación religiosa. El terrorismo islámico está haciendo mucho daño a la imagen virtual que tenemos de estos grupos, es decir, a la imagen formada a partir de los medios de comunicación.

¿Por qué no se han cumplido las cifras de acogida de refugiados sirios que la Unión Europea se marcó al principio de esta crisis migratoria?

No es sencillo explicar por qué la Unión Europea se encuentra actualmente bloqueada. Teniendo en cuenta los problemas que actualmente manejan la mayoría de países europeos creo que ningún gobierno quiere gestionar más problemas de la cuenta. Al principio se dieron algunos pasos altruistas, pero no se ha llegado a dar una respuesta conjunta. En mi opinión, esta crisis no puede ser gestionada desde un solo país, requiere políticas y medidas a nivel internacional. Las políticas de recortes no van a ayudar a la integración de los inmigrantes, sino más bien a todo lo contrario. Quizás hemos llegado a un punto en el que es necesario abrir la válvula para descargar un poco de presión. De hecho, poco a poco es lo que se está haciendo, pero los que vienen de fuera en condiciones precarias quizás no tengan tanto tiempo.

Mientras, la extrema derecha sube en países europeos, como en Austria hace unas semanas. ¿Por qué cada vez se polarizan más las posturas?

Hay una tendencia que se está dando en todos los países. En Austria, la polarización se produce más hacia la derecha. En Grecia o Francia también van ganando terreno las posturas más radicales, e incluso en algunos países nórdicos, con estados de bienestar más desarrollados. También lo estamos viendo en Estados Unidos, donde las posiciones de muchos norteamericanos se están radicalizando progresivamente. En Europa tenemos muchos grupos que están descontentos con las actuales políticas que reclaman un cambio de tendencia. El problema se presenta cuando las ideas políticas dan lugar a la intolerancia con posturas de extrema derecha. Por ahí es onde realmente se van a ver afectadas las políticas migratorias. 

¿Cuál espera que sea la tendencia de estas posturas en los próximos años?

Si las posturas de extrema derecha siguen avanzando en Occidente, dicha tendencia representará claramente un problema para los que vengan. Si los recortes persisten, es probable que las actitudes negativas no dejen de aumentar, con lo cual, fracasaremos en la construcción de una sociedad multicultural, abierta, tolerante y solidaria. Lógicamente, aumentar el gasto social no puede ser la única solución. Es necesario ayudar a los grupos más vulnerables, pero también, dotarles de recursos para que tengan la oportunidad de salir de dicha situación. En este sentido, la educación juega un papel fundamental en la mejora social y económica, así como en la promoción de actitudes positivas hacia la población inmigrante.

¿Qué ocurre en el caso de España?

Hay países, como España, en los que la polarización se produce hacia la izquierda, aunque, claramente, de un modo más gradual. Desde mi punto de vista, entiendo que en España este cambio de orientación en el voto muy ligado a la crisis económica nos ha venido bien. En algunos aspectos nos hemos visto obligados a replantear la forma de hacer política, ganando, por ejemplo, en transparencia. Y todavía hay mucho margen de mejora, pero me da la sensación que de esta experiencia estamos aprendiendo todos, incluidos los políticos.

 

Referencia bibliográfica: Antonio M. Jaime-Castillo, Ildefonso Marqués-Perales y Javier Álvarez-Gálvez. “The impact of Social Expenditure on Attitudes Towards Inmigration in Europe”. Social Indicators Research 126 (3), abril de 2016.DOI: 10.1007/s11205-015-0939-0.


  
Unidad de Información Científica y Divulgación
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
Universidad Complutense de Madrid
uccucm@ucm.es
Tlf.: 91.394.6369
 Facebook OTRI      Twitter OTRI-UCM