Fuego y paisaje, una relación histórica

El fuego ha estado siempre presente en el territorio, pero los datos disponibles para su análisis son recientes. En España las estadísticas se sistematizaron en 1968, cuando ya existía el problema actual de los incendios forestales. Conocer las claves de su origen es fundamental para comprender el régimen del fuego de cada territorio y poder orientar de forma eficaz las estrategias de gestión del riesgo. El jurado nacional del Premio Batefuegos de Oro 2016 acaba de reconocer nuestra contribución al avance tecnológico en esta gestión del riesgo a través de la geografía histórica del fuego.

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Registro de incendio en Serradilla, Cáceres, en 1825. / Archivo Histórico Provincial de Cáceres.
Registro de incendio en Serradilla, Cáceres, en 1825. / Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

La Geografía Histórica ha permitido reconstruir el registro de incendios forestales en las regiones del interior de España desde finales del siglo XV y ha desvelado las claves sociales y territoriales del problema. El premio Batefuegos de Oro que nos han concedido reconoce así la creación del primer Registro Histórico de Incendios Forestales (RHIF) de Europa.

Esta novedosa base de datos, organizada según el modelo de la Estadística General de Incendios Forestales, cuenta con más de 7.000 registros de incendios preestadísticos para las regiones del interior de España (principalmente del Sistema Central y Sierra Morena), obtenidos a través de fuentes geohistóricas de carácter administrativo, hemerográfico, judicial y policial.

Además, todos los registros han sido georreferenciados, con distinto grado de precisión en función de los datos obtenidos en las fuentes geohistóricas manejadas, de modo que la base de datos está vinculada a un Sistema de Información Geográfica.

El registro más antiguo documentado en el RHIF data de 1497 y se refiere a un incendio ocurrido en Herguijuela de la Sierra (Salamanca). Destaca también el incendio desencadenado en agosto de 1881 en Frenegal de la Sierra (Badajoz), que duró 72 horas y en el que ardieron 30.000 hectáreas de encinar y olivar, según las noticias de prensa de la época.

Sin embargo, la mayor parte de los registros de incendios históricos son siniestros de dimensiones reducidas, como consecuencia de la estructura territorial y la organización social anteriores a los años cincuenta del siglo pasado.

Elemento natural y cultural del paisaje

El fuego y el paisaje tienen muchos aspectos en común. Los dos presentan un carácter natural y cultural; cuentan con una dimensión espacial que trasciende los límites de la propiedad y las fronteras político-administrativas y son realidades dinámicas, en permanente trasformación. La imagen del paisaje es resultado de su evolución histórica y el comportamiento del fuego también depende del registro de episodios pasados y de la memoria histórica de la sociedad con la que convive.

El paisaje actual es diferente al de mediados del siglo XX. Los procesos de abandono agrícola en áreas marginales y de intensificación de cultivos en otras más productivas, la homogeneización y densificación de las formaciones forestales y la proliferación de la urbanización dispersa por el medio rural han favorecido incendios mayores, más rápidos e intensos y más complejos por la presencia de personas y bienes que son prioritarios en la protección.

Distribución espacio-temporal de los incendios forestales históricos en el Sistema Central. / Grupo de investigación en Geografìa, Política y Socioeconomía Forestal de la UCM.
Distribución espacio-temporal de los incendios forestales históricos en el Sistema Central. / Grupo de investigación en Geografìa, Política y Socioeconomía Forestal de la UCM.

Pero el fuego actual también es diferente al de mediados del siglo XX. En realidad, hemos pasado de un régimen de fuego controlado por la población rural y necesario para la gestión del territorio, que en ocasiones “se soltaba” dando lugar a incendios (casi siempre de menos de quince hectáreas y, solo excepcionalmente, de más de cincuenta hectáreas de superficie), a un régimen de incendios que supera cada vez con mayor frecuencia la capacidad del sistema de extinción y que se ha convertido en un problema no solo para los espacios forestales, sino para todo el territorio y la sociedad.

Conocíamos las fuerzas motrices que están modificando los paisajes, pero no disponíamos de datos sistematizados, anteriores a 1968, sobre la evolución de los incendios. ¿Cuándo y cómo se ha producido el cambio del régimen del fuego? ¿Ha ocurrido a la vez y con la misma intensidad en todos los territorios? ¿Cómo interactúan la evolución del paisaje y del régimen de fuego?

Necesitábamos reconstruir el registro histórico de los incendios forestales para entender y gestionar el problema actual, especialmente en el contexto del cambio global.

Las fuentes documentales que han permitido desarrollar este objetivo demuestran que la relación fuego-territorio no ha seguido una evolución lineal en el espacio ni en el tiempo. Durante siglos, el uso del fuego ha sido una práctica habitual para la gestión del territorio, y la cultura rural del fuego ha supuesto una presencia frecuente pero controlada del mismo, limitando sus manifestaciones catastróficas.

La frecuencia de incendios y el volumen de superficie afectada aumentan en relación con situaciones de crisis e inestabilidad territorial que acontecen en diferentes momentos históricos. Tanto el régimen del fuego como las dinámicas territoriales han experimentado cambios bruscos a lo largo de la historia que explican la configuración de diferentes situaciones de riesgo y escenarios territoriales del fuego. 

Pirotransiciones a diferentes escalas (región natural del Sistema Central, macizo de Gredos y casos de estudio de Iruelas y Tiétar). / Grupo de investigación en Geografìa, Política y Socioeconomía Forestal de la UCM.
Pirotransiciones a diferentes escalas (región natural del Sistema Central, macizo de Gredos y casos de estudio de Iruelas y Tiétar). / Grupo de investigación en Geografìa, Política y Socioeconomía Forestal de la UCM.

La presencia histórica en el territorio

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente publicaba en 2013 La presencia histórica del fuego en el territorio, un libro que reunía las ponencias desarrolladas en las Jornadas sobre Fuentes Documentales para la Historia del Fuego en la Comunidad de Madridque organizó el equipo de geógrafos de la Universidad Complutense de Madrid.

Se difundían así, por primera vez, algunas de las fuentes inéditas que habían sido localizadas, gracias a la ayuda de los archiveros, y que hacían posible la línea de investigación sobre los incendios forestales históricos en las regiones del interior de España, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad desde 2011.

La consulta sistemática de estas fuentes ha permitido identificar los territorios de riesgo en las regiones montañosas del interior de la península ibérica desde fines del siglo XVIII, caracterizar las prácticas tradicionales de uso del fuego en el medio rural a escala local, analizar la evolución de los patrones espacio-temporales de los incendios forestales y describir la evolución del régimen de incendios a lo largo de los siglos XIX y XX.

Entre los principales resultados obtenidos por el equipo de investigadores, destacamos la identificación de las dos principales pirotransiciones o “puntos de cambio del régimen de fuego” registradas desde fines del siglo XVIII: una a finales del siglo XIX, debido a los cambios y a los conflictos sociopolíticos, y otra a mediados del siglo XX, por los cambios socioeconómicos relacionados con el cambio de modelo energético que supuso la sustitución del uso de combustibles vegetales por los fósiles, con los procesos de urbanización y con la generalización de los nuevos estilos de vida urbanos.

Con todo, la aportación más relevante de este trabajo de investigación ha sido quizá la formulación de una metodología extrapolable a otros territorios, que permitiría completar el RHIF para el conjunto del Estado y la creación de una base de datos original que podría incorporarse y adaptarse al resto de los países del Sur de Europa con el mismo problema.

Este es el reto y la dirección en la que trabaja actualmente el equipo de geógrafos, a través de redes de investigación europeas (ERANET-Foresterra MedWildFireLab) e internacionales como la Fundación Pau Costa.

 

Cristina Montiel Molina es catedrática y directora del departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física, y dirige el grupo de investigación Geografía, Política y Socioeconomía Forestal de la UCM.


  
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