12 de octubre, una fiesta abierta al cambio

Cristóbal Colón desembarcó en la isla de Guanahani el 12 de octubre de 1492 y la Corona española se expandió por el nuevo continente. Profesores de la Universidad Complutense de Madrid analizan esta fiesta centenaria, que ha sobrevivido a un siglo XX políticamente convulso. Monarquía, república, dictadura y democracia han marcado una celebración que ha sabido adaptarse.  Hoy, a pesar de un contexto político difícil con un gobierno en funciones, la efeméride sigue invitando a estrechar los vínculos hispanoamericanos.

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La Patrulla Águila sobrevuela los cielos el 12 de octubre. / Nils van der Burg.
La Patrulla Águila sobrevuela los cielos el 12 de octubre. / Nils van der Burg.

MARÍA MILÁN | “Creo que el 12 de octubre conmemora la historia común que tenemos España y América, nuestro presente y el futuro que juntos podemos construir”, defiende Miguel Luque Talaván, director del departamento de Historia de América I de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

El historiador invita a reflexionar en un día en el que el orgullo nacional, los desfiles militares, espectáculos aéreos y actos culturales se mezclan con movimientos críticos contra Cristóbal Colón y la actuación española en el Nuevo Mundo, sobre todo en países americanos donde también se celebra esta efeméride. 

El escritor uruguayo Eduardo Galeano describía así el sentimiento indígena en Los hijos de los dioses (2011): “En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo”.

Interesada en la transformación de la celebración, Marcela García Sebastiani, profesora de Historia del Pensamiento y los Movimientos Sociales y Políticos de la UCM, está llevando a cabo un estudio sobre la fiesta del 12 de octubre a lo largo del siglo XX, marcada por los diferentes regímenes políticos de nuestro país.

“España tiene una doble identidad: es parte de Europa pero también tiene identidad americana. La particularidad de su fiesta nacional es que es trasnacional y se celebra en otros países”, explica la investigadora.

Raza e hispanidad, en desuso

Para García Sebastiani, “la fiesta es un termómetro de la vida política española”. Así, cada década y cada gobierno del siglo XX estamparon su sello en los actos conmemorativos del 12 de octubre.

“La fiesta cambia, se adaptó a todos los regímenes políticos, pero en todos hay un elemento común: el aire de solemnidad. Los poderes institucionales siempre han desplegado lo que pueden mostrar a la sociedad civil”, añade.

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Estatua de Cristóbal Colón. / Teddy Slpaseuth.

Además del cambio político, se produjo otro semántico. Oficialmente, el 12 de octubre comienza a ser festivo, como Día de la Raza, en 1919. Antes, en 1892, la reina regente María Cristina declaró fiesta nacional esa fecha. En 1913, el exministro Faustino Rodríguez Sampedro propuso llamarla Día de la Raza y en 1918 el rey Alfonso XIII emplearía ese nombre para la celebración.

En los cincuenta, previa sugerencia de Ramiro de Maeztu veinte años antes, la fiesta pasaría a ser Día de la Hispanidad y finalmente, la Ley 18/1987 establecería el actual Día de Fiesta Nacional.

De la propaganda a la modernidad

En un artículo publicado en Historia y Política, la investigadora ha querido reflejar cómo se acomodó la fiesta a distintos contextos y territorios de la nación. Para ello, toma como ejemplo dos fechas, 1960 y 1977, y dos escenarios, Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente.

En el primer caso, el franquismo estaba en pleno apogeo. La celebración tenía un carácter itinerante y la elección de la ciudad que la acogía –normalmente lugares con peso administrativo en la época colonial– respondía a intereses políticos. A esto se sumaba la instrumentalización de la fiesta como herramienta propagandística. “El franquismo hizo un uso político e ideológico y exaltó en demasía todos los símbolos”, indica García Sebastiani.

En 1977, en Las Palmas, la nación española se iba a mostrar al mundo como aspirante a una democracia moderna, con el gobierno provisional de Adolfo Suárez y con Juan Carlos I como monarca. La isla había acogido los desfiles de esa festividad en 1957 y 1972, en época franquista. “En el 77 se retoman las relaciones internacionales con México, rotas desde la Guerra Civil”, recuerda la historiadora.

García Sebastiani repasa las últimas celebraciones, ya en el siglo XXI. “Aznar dotó la fiesta de más desfile y poder militar para mostrar la grandeza de la nación, mientras que el objetivo de Zapatero fue civilizar, ofreciendo la cultura y el patrimonio de España a su sociedad”, comenta.

Desfile de las Fuerzas Armadas el 12 de octubre. / Copsadmirer
Desfile de las Fuerzas Armadas el 12 de octubre. / Copsadmirer.

En cuanto a los años con Mariano Rajoy al frente, la investigadora destaca, más que su figura, la de los reyes Felipe VI y Letizia, “que han cambiado el papel de la monarquía, aportando un aire de modernidad a la fiesta”. Este año, el 12 de octubre se celebra en un contexto político difícil, con un gobierno en funciones y un futuro incierto.

Lazos más fuertes con América

Al otro lado del charco, la efeméride también se festeja, pero adquiere diferentes nombres y significados. Día de Colón en Estados Unidos, Día del Respeto a la Diversidad Cultural en Argentina, Día de la Raza y la Hispanidad en Colombia o Día de la Resistencia Indígena en Venezuela o Nicaragua.

Luque Talaván recuerda que las relaciones hispanoamericanas también han evolucionado con el paso de los años, desde unas primeras décadas del siglo XIX de independencia de las naciones americanas y de alejamiento –debido a la pérdida de aquellos territorios– hasta 1892, cuando “el tejido fracturado se comenzó a consolidar, entre otras vías, a través de las relaciones científicas”.

El reinado de Alfonso XIII recupera la importancia de la diplomacia y la política exterior americana proyectando, por ejemplo, la cultura española en aquellos países con los que compartió un pasado histórico. Las relaciones con América mejoran hasta el franquismo, momento en el que se rompen con países como México, lugar de acogida de los exiliados republicanos.

Ahora mismo, los lazos con los países americanos son muy sólidos. El historiador alaba la actuación que en este sentido realizan de instituciones españolas como la Casa de América, el Instituto Cervantes o los centros culturales de las embajadas, si bien invita a la reflexión.

“Cuando pienso en hispanidad y en este día, pienso en el papel que jugamos juntos –España y América– en el actual panorama internacional al ser una comunidad que habla el mismo idioma, más que en la evocación de un pasado que ya se fue. Me pregunto si podemos hacer más por la unión de nuestros pueblos”, concluye Luque Talaván.

 

Referencia bibliográfica: Marcela García Sebastiani. “América y el nacionalismo español: las fiestas del 12 de octubre, del franquismo a la democracia”. Historia y Política 35, 2016. DOI: 10.18042/hp.35.04.


  
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