Luis Orduna Díez (1947), Catedrático de Estructura e Instituciones Económicas, ofrece al lector, en la presente obra, sobre "Los Fundamentos de la Economía Política y la Idea de Orden Económico", el fruto de una larga investigación realizada con el objeto de profundizar en un análisis crítico y, al mismo tiempo, integrador de dichos fundamentos. El análisis realizado toma como idea de referencia obligada el principio de equidad, considerado la base del orden económico ideal. Este enfoque ha obligado al autor a realizar una profunda revisión de todas las doctrinas prevalecientes en la historia del pensamiento económico, dado que dicho principio de equidad es totalmente ajeno al principio de equilibrio lucrativo de los intercambios, que ha sido tomado como base del equilibrio general por toda la teoría económica dominante, desde Adam Smith.

Aunque en las doctrinas económicas prevalecientes aparecen elementos dispersos relacionados con el principio de equidad lo cierto es que la teoría dominante se ha venido apoyando en la filosofía del "homo oeconomicus": un sujeto hedonístico, cuyos actos están única y exclusivamente movidos por el interés propio exclusivista, ajeno a toda idea de interés común. Frente a esta filosofía el autor se alza, esgrimiendo la "filosofía escolástica del bien común", la cual nos propone tomar como fundamento. Una filosofía que encuentra su apoyo en los principios de la Escuela de Salamanca, recientemente recuperados para los análisis económicos, por autores tan representativos como la doctora norteamericana M. Grice-Hutchinson y el profesor Pedro Schwartz, entre nosotros.

Las ideas de precio justo, equilibrio equitativo de los intercambios y contratos o el principio de dirección del mercado en pro del bien común, que incumbe como función y responsabilidad a las autoridades públicas, constituyen principios generales, susceptibles de aplicación económica y capaces de depurar la teoría económica de sus actuales defectos e ineficiencias. Para ello, según el autor, bastaría con tomar la filosofía del bien común como una categoría conceptual compatible con el bien propio legítimo que incumbe a las partes en todo proceso de intercambio. Esto daría lugar a un nuevo concepto de equilibrio general de los intercambios, basado en una equivalencia del valor de las prestaciones y contraprestaciones recíprocas y permitiría la construcción de un orden económico capaz de dar solución a los problemas más graves de la economía actual, especialmente al problema del hambre y del subdesarrollo que afecta a dos tercios de la humanidad.

Las conclusiones ofrecidas por el Dr. Orduna tienen trascendencia para la revisión definitiva de la economía académica dominante, al proponer un nuevo paradigma ético-económico que puede permitir llegar a un orden no sólo más justo sino también mucho más eficiente que el modelo capitalista actual y, todo ello, sin merma de la libertad, rectamente entendida.