Grupos de investigación

Revista n. 25

UNISCI Discussion Papers, nº 25 (Enero 2011)

Número completo

Antonio Marquina: Nota Editorial

ITALIAN FOREIGN AND SECURITY POLICY

(Massimo de Leonardis, Coord.)

SECTION I: GENERAL ARTICLES

Massimo de Leonardis Introduction: Continuity and Change in the Italian Foreign Policy

Resumen: Los años 1943-45 marcaron un punto de inflexión fundamental en la historia de la política exterior italiana. El derrumbe de la política exterior tradicional italiana hizo necesaria su reconstrucción sobre nuevas bases en un contexto internacional diferente. La verdadera rehabilitación llegó en 1949 con la admisión de Italia en la Alianza Atlántica como miembro fundador, modificando en poco más de dos años su estatus: desde enemigo derrotado a miembro fundador de pleno derecho. Desde la unificación, las élites gobernantes italianas mantuvieron dos doctrinas básicas en su política exterior: durante el periodo monárquico (tanto liberal como fascista), las élites italianas compartían plenamente los conceptos tradicionales las prácticas de la diplomacia tradicional: políticas de poder, juegos de alianza, defensa del interés nacional, diplomacia militar, colonialismo, etc. Italia parecía ser particularmente cínica (hacienda alarde de su “sagrado egoísmo”), por la razón de que era una nación recién llegada en busca de un espacio propio. Durante la Guerra Fría, existía un difícil equilibrio entre los imperativos de la Realpolitik y la cultura de una clase política, que por reacción a los excesos del fascismo, buscaba sustituir la antigua tradición con una postura internacionalista. Por tanto la política exterior italiana entre 1947 y 1950 ha sido descrita como la difícil transición desde un estatus de “gran poder” hacia el de un “poder democrático”, fuese cual fuese el significado exacto de ello. Tras la derrota, la “nueva” Italia parecía rechazar políticas de poder como esencia de las relaciones internacionales, dando importancia a la diplomacia multilateral, rechazó el nacionalismo, sustituido por tres tipos de internacionalismo: Atlantismo, Europeísmo y Tercermundismo. Sin embargo, hemos de destacar que ciertas características de la diplomacia tradicional italiana permanecieron: el asunto del rango y su posición en la jerarquía internacional que fue central en la política exterior desde el nacimiento del país, la disposición favorable al compromiso e incluso el apoyo en las fuerzas armadas para reforzar su estatus.

Palabras clave: Política exterior de Italia, Segunda Guerra Mundial, interés nacional, Internacionalismo.

Massimo de Leonardis Italy"s Atlantacism Between Foreign and Internal Politics

Resumen:  A pesar de tratarse de un país derrotado en la Segunda Guerra Mundial, Italia fue un miembro fundador de la Alianza Atlántica, porque los EEUU valoraban su importancia estratégica y deseaban preservar su estabilidad estratégica. Después de 1955 Italia intentó abogar por un papel de la Alianza en Oriente Próximo y en la África Mediterránea, para lo cual la Crisis de Suez le proporcionó la oportunidad tanto de forjar unos lazos más próximos con los EEUU como mostrarse como un país progresista y amigo de los países árabes en el Mediterráneo, donde intentó ser un protagonista del así llamado neo-Atlantismo. Tal conexión con Washington resultaba igualmente instrumental para contrarrestar las ambiciones del General De Gaulle de establecer un directorio Anglo-Francés. Los principales asuntos en la Política Atlántica italiana en los primeros años de las coaliciones de “centro-izquierda” entre 1962 y 1968, eran la retirada de los misiles Júpiter de Italia como resultado de la Crisis de Cuba, la política francesa hacia la OTAN y la CEE, la Fuerza (nuclear) Multilateral (MLF) y la revisión de la estrategia de la Alianza desde la doctrina de la “Represalia Masiva” hacia la de “Respuesta Flexible”. En todos estos asuntos el gobierno estuvo en consonancia con los EEUU. Tras el periodo a finales de los años 60 y principios de los 70 cuando la inestabilidad política, el terrorismo y la elevada inflación dañaron el rol italiano en la escena internacional, al decisión de 1979 de aceptar los Euromisiles fue un hito en la historia de la participación italiana en la OTAN. Tras la Guerra Fría, el Atlantismo emergió con mayor fuerza que nunca y en los últimos 15 años la participación de las Fuerzas Armadas Italianas en misiones militares en el extranjero se ha convertido en un factor esencial en el refuerzo del estatus internacional de Italia. Por ejemplo dos almirantes italianos han sido elegidos en el Comité Militar de la OTAN, en 1999 y en el 2008. No hay duda que durante la Guerra Fría la importancia del Atlantismo era esencial: Italia presumía de su amistad con los EEUU, deseando así obtener ventajas de ello. Los gobiernos italianos valoraban no solo su propósito militar, sino también su importancia para la estabilidad política interna. A pesar de todos sus límites y considerando tanto los aspectos estrictamente militares como los políticos, Italia, más que cualquier otro de los aliados del Mediterráneo, era un pilar seguro de la OTAN.

Palabras clave: OTAN, relaciones EEUU-Italia, Mediterráneo, Comunismo

Antonio Varsori

 

Italy"s European Policy

Resumen: Tras la 2ª Guerra Mundial la posición internacional de Italia era muy débil, en marcado contraste con sus aspiraciones. Durante unos cuantos años, la elección europea de Italia se vio influida por la idea de que ello reforzaría el estatus internacional de Italia y favorecería la revisión de un tratado de paz. Tal elección se enmarcaba igualmente en un alineamiento más amplio con Occidente, lo cual ayudaría a que las fuerzas moderadas italianas se impusiesen como líderes del paísy ganando la partida a las fuerzas de la izquierda. El verdadero punto de inflexión en la apuesta pro-europea de Italia llegó con el enfoque propugnado por Monet y el lanzamiento del Plan Shuman en 1950. Si bien Italia era escéptica de la CED, no podía en todo caso contradecir sus compromisos europeístas, de manera que en 1951 el primer ministro de Gasperi lanzó un ambicioso proyecto de Comunidad Política Europea. Este periodo puede verse como el clímax de la apuesta tanto de de Gasperi como de Italia misma por el federalismo. Por su participación en la CEE, Italia experimentó un proceso de modernización económica y social que contribuyó a una transformación radical del país. Más tarde, a pesar de tales logros, la posición de Italia en el proceso de integración se vio muy dificultado por la crisis social y política, y a mediados de los años 70 era percibida como uno de los miembros más débiles del sistema europeo occidental. En la década de los 80, Italia gozó de un proceso de aparente recuperación económica, estabilidad política y modernización social. El periodo desde 1992 a 1996 se caracterizó por una serie de gobiernos débiles cuyo principal objetivo era la recuperación del sistema económico y financiero con el fin de lograr cumplir con las exigentes cláusulas económicas del Tratado de Maastricht. En relación con ello, la fidelidad de Italia a la integración europea fue un factor vital ya que el país estaba ligado muy estrechamente a la UE y sus logros. La mayoría de la opinión pública italiana se movilizó detrás del lema “Italia debe unirse a Europa”, pero ciertas formas de euro-escepticismo empezaron a emerger en el seno de los partidos de centro-derecha. La apuesta europea de Italia sigue siendo un aspecto vital en su política exterior y en su proyección internacional, y se mantiene ligada a los éxitos de la construcción europea

Palabras clave: CEE, CED, UE, Europeísmo italiano.

 

 

 

 

Guido Lenzi

 

 
Diplomats, Politicians and Foreign Policy In Post-War Italy

Resumen: El papel de la diplomacia en la política exterior italiana de pos-guerra aumentó a medida que la política italiana se fue polarizando alrededor de dos partidos políticos, los democristianos y los comunistas, que seguían respectivamente directivas de Washington (y el Vaticano) y de Moscú. Se puede hablar de una “conspiración doméstica”, destinada a preservar una serie de principios con respecto a los políticos italianos, que tanto desde el gobierno como desde la oposición, reaccionaban de una manera más bien mecánica e indiferente, a medio camino entre el mero pragmatismo y un noble idealismo. Incapaz de expresar fuertes convicciones nacionales y contraria a tomar posturas claras, Italia mostraba una inclinación por los foros multilaterales; mientras se mantenía firmemente asida a sus apoyos internacionales, se permitía divergencias ocasionales, siempre evitando la necesidad de declarar sus intereses vitales. Aun con instrucciones vagas (y a veces contradictorias), la diplomacia italiana lograba actuar con bastante efectividad y credibilidad tanto en las Comunidades Europeas, la OTAN y hacia el “tercer mundo”, logrando una visibilidad superior a la que le habría otorgado su verdadera influencia a nivel mundial. Tras la Guerra Fría, la estructura misma de la política de partidos se desintegró y la política exterior quedó relegada a un segundo plano, justo en el momento en el que los sucesos se aceleraban drásticamente. Hoy en día Italia se encuentra con en la casilla de salida., y esta vez ello sin el tipo de seguridad que la OTAN o la UE proveen. Difíciles decisiones se le presentan a un país súbitamente carente de claros referentes internacionales. Afortunadamente por fin la política exterior se ha convertido en un tema de carácter bi-partisano. A los 919 diplomáticos de carrera se les asignaron tareas diplomáticas más creativas y proactivas que la “diplomacia económica” que es lo que en la actualidad se les está pidiendo (apoyados financieramente con solo 0.23 % del presupuesto nacional, es decir, el 0.11 % del PIB). El Secretario General del Ministerio de Exteriores, el Embajador Massolo, mantiene que “con la mezcla apropiada de realismo y visión a largo plazo, la diplomacia italiana puede “lograr una inclusión estable de nuestro país en las nuevas ecuaciones que se están consolidando a nivel global”, avisando sin embargo que para estar en Europa, debemos estar igualmente bien estructurados a nivel nacional.

Palabras clave: Diplomáticos italianos, politicos italianos, interés nacional.

Luciano Tosi Italy, the UNO, and the International Crisis

Resumen: En la Italia de post-guerra el rechazo al nacionalismo y a la aspiración a una política de cooperación internacional tanto a nivel europeo como mundial eran ampliamente compartidas. En la Conferencia de Potsdam Truman propuso la admisión de Italia en el seno de la ONU, pero se encontró con la oposición de la URSS. En el contexto de la Guerra Fría, Italia solo pudo entrar en 1955, junto con otros 15 países. En la ONU, la participación de Italia, por ejemplo en asuntos relativos a la descolonización, se veía condicionada por sus lazos con los EEUU, por su pertenencia al bloque Occidental y por sus intereses económicos. Italia reconoció a la China comunista solo en 1970 y en 1971 votó a favor de su admisión en la ONU. En 1969 el primer ministro Moro describió en la Asamblea General de la ONU su “estrategia para una paz global”, un manifiesto de distensión basado en la ONU y en la igualdad de los estados y no en un “concierto de potencias”. Tales ideas contrastaban con la distensión llevada a cabo por Nixon y Kissinger, basada más bien en una política tradicional de poder y en las relaciones bilaterales entre las superpotencias. En los años 70 el estatus internacional de Italia se veía seriamente limitado por su crisis interna. En el último periodo de la Guerra Fría, las Fuerzas Armadas italianas empezaron a participar en misiones en el extranjero con o sin mandato de la ONU Tales misiones tenían como objetivo dar apoyo a la seguridad internacional y reforzar el estatus internacional de Italia dentro y fuera de la ONU. Italia se opuso con éxito a los planes para incrementar el número de miembros permanentes del Consejo de Seguridad proponiendo a cambio una nueva categoría de miembros semi-permanentes. En 1999 y el 2000 Italia fue el quinto mayor contribuyente al presupuesto de la ONU y el tercero en contribuir con tropas en misiones de la ONU. En el 2006 fue nombrado por sexta vez miembro del Consejo de Seguridad

Palabras clave: ONU, Internacionalismo, Multilateralismo, Mantenimiento de la Paz

  Lorella Tosone Italy"s Policy of Cooperation for Development: A "Natural Vocation" for Rhetoric?

Resumen:

Tras la Guerra la economía italiana estaba en un pobre estado; durante los años 50 Italia recibió no solo la ayuda del Plan Marshall sino también significativos préstamos del Banco Mundial. Esta situación y la escasa atención prestada por la opinión pública al tema del desarrollo del Tercer Mundo hizo muy difícil la transición desde la condición de país recipiente a la de país donante. Además la actitud de Italia se veía influida por su auto-percepción de que el colonialismo italiano había traído numerosos beneficios a las colonias. Solo con el inicio de la década de los 60, con el fin de reforzar su propia imagen, Italia aprobó una serie de medidas relativas a asistencia técnica y mejora de las condiciones para el acceso a créditos para la exportación, siguiendo la resolución de la ONU sobre la “década de desarrollo” y debido igualmente a las presiones internacionales, especialmente de los EEUU. Pero no fue hasta los años 70 cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores creó una oficina para coordinar el trabajo de los cooperantes, si bien los fondos destinados al Tercer Mundo seguían manteniéndose muy por debajo del objetivo del 1 % del PIB indicado por el UNCTAD en 1964. La ayuda pública al desarrollo se concentraba en la Cuenca mediterránea y en África, y en menor medida en Latino-América: en el periodo 1965-69, el 93 % de los fondos se destinaron a 10 países (Yugoslavia, la República Árabe Unida, Somalia, Grecia, Túnez, Etiopía, Nigeria, Brasil, Panamá y México). Somalia, una antigua colonia, representaba un caso especial. Los años 1979-90 fueron testigos de un fenomenal incremento de los fondos para cooperación (165%) y un cambio en su composición: más fondos públicos y menos fondos privados, más préstamos en condiciones favorables y menor asistencia técnica. Esta fase finalizó con las investigaciones sobre corrupción, pues la ayuda a la cooperación se vio igualmente afectada, lo cual llevó a su descrédito. Tras una drástica reducción de los fondos, al final de los años 90, la política de cooperación se situaba en términos generales en línea con los parámetros internacionales, tanto en objetivos como en métodos.

Palabras clave: Tercer Mundo, Países en Desarrollo, Cooperación al Desarrollo.
 

Nicola Labanca Defence Policy in the Italian Republic: Frames and Issues

Resumen: El artículo se centra en las relaciones cívico-militares en la República Italiana. El nuevo modelo democrático de relaciones entre las autoridades políticas y el ejército tenía una marcada continuidad con el pasado, al mismo tiempo que en la nueva república las Fuerzas Armadas gozaban de una notable autonomía. Se pueden distinguir diferentes fases en la política de defensa italiana. En la fase de reconstrucción (1945-48), el Estado Mayor decidió tener de nuevo un ejército numeroso donde primase la cantidad sobre los elementos cualitativos. La pertenencia a la OTAN y el más duro periodo de la Guerra Fría (1949-53) aceleraron la transformación de las Fuerzas Armadas italianas. Reticencias al papel limitado que imponía la OTAN a la autonomía nacional fueron superadas gracias a la conciencia de que la Alianza proporcionaba importantes medios y posibilitaba la abolición de las limitaciones militares del tratado de paz de 1947. En los años 1954-62, las Fuerzas Armadas se vieron obligadas a reducir muchas de sus expectativas, pero al mismo tiempo avanzaron notablemente en la modernización, en gran parte gracias a las ayudas de los EEUU. El Ejército de Tierra fue el primer beneficiario, a la que le siguieron las Fuerzas Aéreas y finalmente (1958), la Armada. Ello fue así por dos razones: La Armada era el servicio que a finales de la guerra se encontraba en la mejor situación, al mismo tiempo que era en el Mediterráneo precisamente donde la amenaza soviética se hacía menos sentir. Sin embargo el Ejército de Tierra se centraba todavía en el número de tropas, con un bajo número de unidades acorazadas o motorizadas. En esos años Italia igualmente inauguró su política nuclear. Desde mediados de los años 60 hasta mediados de los 70 las Fuerzas Armadas iniciaron la “ristrutturazione” (reforma de “reestructuración”) requerida por la nueva estrategia de respuesta flexible de la OTAN que se aceleró en los años 1975-78. El final de la Guerra Fría impuso cambios drásticos: en 1997 la organización y los poderes del Estado Mayor (inter-servicios) fueron reforzados, en el año 2000 las mujeres fueron admitidas en las Fuerzas Armadas y en el 2005 el servicio militar fue totalmente abolido. Las Fuerzas Armadas fueron notablemente reducidas y empezaron a ser desplegadas en muchas operaciones a larga distancia. La impresión general es sin embargo que las Fueras Armadas, debido a un bajo presupuesto, sufren de sobre-extensión y se enfrentan a diversas dificultades, dadas las misiones que les son asignadas.

Palabras Claves: Historia militar de la República Italiana, Guerra Fría, Era post-bipolar, OTAN.

 Leopoldo Nuti

Italy"s Nuclear Choices

Resumen:La política militar y nuclear italiana a lo largo de la Guerra Fría intentó promover las aspiraciones del país de conseguir una posición de paridad con otras potencias europeas. El tema de su propio rango y posición en la jerarquía internacional de potencias fue central en su política exterior desde el nacimiento mismo del país, y la nueva generación de políticos que dieron forma a la política exterior italiana tras la Segunda Guerra Mundial no eran menos conscientes de tan crítico factor que sus predecesores. La nuclearización de la OTAN hizo inevitable que solo aquellos países que tuvieran acceso a las bombas nucleares acabasen tomando las decisiones más cruciales en el futuro de la alianza. El gobierno italiano llegó a la conclusión de que la única manera de alcanzar el estatus nuclear era a través de una estrecha colaboración con la OTAN y los EEUU. Entre 1955 y 1959 la aceptación de bombas nucleares en territorio italiano acabó evolucionando hacia un patrón que formó la base de las políticas nucleares italianas en los 10 año siguientess. Italia era muy reticente a la firma del NPT y ello llevó a establecer una alianza con los principales oponentes europeos, la República Federal Alemana entre ellos, y a establecer una larga serie de contactos con otros posibles opositores al tratado, desde Japón a la India. En 1979 Italia aceptó la presencia de los nuevos Euromisiles en su territorio, considerando de nuevo a los Euromisiles como carta ganadora, un instrumento a usar para reducir las diferencias con otros socios europeos. La relación crucial con los EEUU explica en gran parte las razones de Italia para construir su política nuclear. Desde que los EEUU se convirtiesen en el pilar principal de su orientación internacional, estaba claro que albergar armas nucleares americanas era considerado como un medio para reforzar la asociación. El fin último de la política exterior italiana, la igualdad de estatus con sus socios europeos, no dejó de ser una mera ilusión a lo largo de esos años. Sin embargo, el hecho de que Italia estuviese dispuesta a soportar el peso de los despliegues nucleares fue visto por parte de otros gobiernos de Europa Occidental, y sobre todo por los EEUU, como un signo de responsabilidad italiana.

Palabras clave: Armas nucleares, Fuerzas Armadas, OTAN, relaciones EEUU-Italia.

 Gianluca Pastori Shaping National Role Abroad: Italian Military Missions Since the Eighties

Resumen: Desde finales de los años 70 principio de los 80, las misiones militares al extranjero han sido vistas como un elemento clave en la política exterior italiana y en su política de seguridad. Tradicionalmente imbricadas en un marco institucional más o menos firme de carácter multinacional, han sido el instrumento que este país ha elegido para imponer su papel internacional y conseguir (en diferentes contextos internacionales) lo que se ha percibido como sus intereses nacionales más vitales. Con el fin de la Guerra Fría, este instrumento ha sufrido enormes cambios, debido tanto a factores domésticos como internacionales. En años recientes las, misiones militares en el extranjero se han convertido en algunos casos (como en Irak) en un elemento de división en el debate político interno, pero en la mayoría de los casos han recibido el apoyo por parte de amplias mayorías en el parlamento, por muy diferentes que fuesen las tácticas empleadas. Sin embargo, incluso en el nuevo escenario estratégico, parecen haber mantenido su papel, aportando al país una buena visibilidad internacional, debido también a la adquisición de un buen grado de excelencia operacional.

Palabras clave: Fuerzas Armadas italianas, OTAN, misiones en el extranjero.

 Rohan Gunaratna and

 Karunya Jayasena

Global Support for Al Queda and Osama Bin Laden: An Increase or Decrease

Resumen: El terrorismo operacional es un deletéreo resultado del terrorismo ideológico. Numerosos países han logrado dominar el contra-terrorismo operacional, pero no el contra-terrorismo estratégico. Para ser efectivos, la persecución operacional de los terroristas ha de verse complementada con la corrección de las ideologías. Reducir el apoyo al extremismo es vital par aminorar y controlar la amenaza del terrorismo y su socio, el extremismo ideológico. Este artículo explica los factores que están correlacionados con un aumento o descenso del apoyo a al Qaeda o su líder, Osama Bin Laden.

Palabras clave: Contra-terrorismo operacional, contra-terrorismo estratégico, ideología, Al-Qaeda.

Juan Manuel Uruburu Colsa La dimensión política en las relaciones Unión Europea-Argelia: crisis y normalización

Resumen: El desarrollo de las relaciones entre la Unión Europea y Argelia ha tenido como trasfondo una situación interna extremadamente complicada que, a lo largo de una década, ha provocado más de 100.000 víctimas. La respuesta política de la Unión Europea ante los acontecimientos en Argelia ha puesto de manifiesto las dificultades inherentes para armonizar los intereses económicos de los Estados miembros con los principios de la Política Exterior de la Unión. Los éxitos militares del Gobierno de Buteflika y la plena integración de Argelia en la Asociación Mediterránea, tras la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación, ha permitido una normalización en las relaciones políticas bilaterales. Este contexto parece conducir a las autoridades argelinas a replantearse los términos de sus relaciones con la Unión Europea, con la finalidad de alcanzar un estatuto representativo del carácter estratégico de Argelia como uno de los principales suministradores de energía de la Unión Europea.

Palabras clave: Argelia, Unión Europea, relaciones exteriores, diálogo político, energía.

Antonio Alonso Libertad religiosa, camino para la paz

Resumen: La libertad religiosa es el núcleo del Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz que ha dirigido Benedicto XVI. Cuestión, sin duda, extraordinariamente delicada, pues comporta graves implicaciones en materia de seguridad principalmente por dos motivos: primero, porque su violación supone una injusticia difícil de compaginar con el respeto a los Derechos Humanos; segundo, porque dicha libertad no puede ser esgrimida como pretexto para atropellar los derechos de los demás conciudadanos o incluso socavar la propia seguridad del Estado. El Santo Padre denuncia, a su vez, los estragos del relativismo y de los fanatismos, tanto religioso como anti-religioso, y propone el ejercicio del diálogo basado en la razón para superar los obstáculos en la convivencia interpuestos por estas amenazas a la paz y la seguridad.

Palabras clave: Libertad religiosa, Ley Natural, Benedicto XVI, laicismo, fundamentalismo.