Protegiendo a nuestros fieles amigos: avances clave en vacunas frente a la leishmaniosis canina

Palabras clave: leishmaniosis canina, candidato vacunal, L. infantum, L. major

Las enfermedades como la leishmaniosis, que afectan tanto a humanos como a nuestros amigos peludos, se denominan zoonosis, y son un desafío importantísimo para la salud pública. Pero…. ¡Imagina tener una solución que no sólo proteja a los perros, sino que también beneficie a las personas! Aunque todavía no contamos con una vacuna para la leishmaniosis humana, en el mundo veterinario ya se han desarrollado cinco vacunas frente a la forma canina de esta enfermedad desde 2004, si bien la efectividad de las mismas todavía tiene muy amplios márgenes de mejora. Para poder entenderlo mejor, tenemos que empezar por el principio:

¿Qué es la leishmaniosis y cómo nos afecta? 

La leishmaniosis es un grupo de enfermedades producidas por un género de parásitos denominados globalmente Leishmania spp. En los seres humanos, dentro de este género existen diferentes especies causantes de esta enfermedad, como Leishmania infantum (L. infantum), siendo esta el principal agente causal de la leishmaniosis canina.  El parásito tiene una distribución mundial, y según datos de la Organización Mundial de la Salud, a día de hoy más de 1.000 millones de personas viven en áreas con riesgo de infección, y se estima que aparecen al año más de un millón de casos nuevos en los seres humanos.  Cabe destacar que, además de padecer la enfermedad, los perros pueden mantener el parásito aunque no haya signos clínicos, incrementando las posibilidades de que los seres humanos se infecten. Este hecho está directamente relacionado con el ciclo biológico de Leishmania spp.: el parásito se transmite a través de la mordedura de insectos voladores infectados denominados flebotomos (Phlebotomus spp.), que cuando se alimentan de un perro infectado, pueden adquirir el parásito, con posibilidad de transmitirlo a otros animales, o a los seres humanos a través de mordeduras posteriores. Esta conexión entre ambas formas de la enfermedad, canina y humana, determina la importancia de desarrollar vacunas eficaces frente a la leishmaniosis canina, no solo para evitar que los perros se infecten, sino también para disminuir la transmisión a los seres humanos. Es importante destacar que, tanto en los seres humanos como en los perros, se trata de una enfermedad potencialmente mortal si no se recibe el tratamiento temprano y adecuado. Por ello, es una enfermedad de una alta relevancia en la sociedad.

¿Cómo generar una vacuna frente a Leishmania?

El grupo de investigación INMIVET, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, ha publicado recientemente los resultados de su última investigación, en la que evalúan un prometedor candidato vacunal, un péptido diseñado con herramientas bioinformáticas. Piensa en los péptidos como los mensajeros diminutos de nuestro cuerpo. Imagina a las proteínas, como por ejemplo lo son la insulina o el colágeno, como edificios enormes y complejos, ¡y los péptidos son los ladrillos que los construyen! Estos péptidos son piezas fundamentales en la respuesta inmunitaria que protege tanto a los seres humanos como a los animales. ¿Cómo hace algo tan diminuto para favorecer que estemos protegidos frente a enfermedades? La clave está en la presentación de antígenos. Nuestro organismo, y el de los animales, utiliza una serie de identificadores para reconocer invasores (patógenos). De esta manera, los péptidos de un microorganismo, tal como Leishmania spp., son reconocidos por nuestro sistema inmunitario para poder estar protegidos frente a las diferentes enfermedades. Este paso se denomina presentación antigénica.

¿Cómo sabemos si las vacunas funcionan?

En el estudio publicado recientemente, los investigadores, con ayuda de análisis bioinformáticos, fueron capaces de seleccionar los péptidos que mejor iban a favorecer una respuesta inmunitaria frente a L. infantum y, de esta forma, diseñaron una posible estrategia de vacunación: el péptido HisDTC.

La investigación se llevó a cabo utilizando un modelo de ratón de leishmaniosis visceral, causadas por L. infantum. El empleo del modelo de ratón permite a los investigadores evaluar la eficacia y seguridad del candidato vacunal como paso previo a los ensayos en perros. Esto se debe a algunas similitudes que presentan ambas especies, proporcionando valiosa información para la mejora y optimización de futuros esfuerzos en el desarrollo de vacunas sin implicar directamente a los perros desde el principio

En conjunto, los resultados indicaron que la vacuna era capaz de inducir una potente respuesta inmunitaria protectora que derivaba en una disminución de la carga parasitaria de L. infantum en los órganos diana. De esta manera, el péptido HisDTC es un candidato potencialmente efectivo para el control de la leishmaniosis.

 Los resultados suponen un avance significativo en el desarrollo de vacunas frente a la leishmaniosis y ofrecen ideas para futuras investigaciones. Sin embargo, se necesitan estudios comparativos adicionales para determinar qué candidatos vacunales son los más apropiados para un desarrollo posterior.

Por último, este estudio refleja la importancia de evaluar diferentes candidatos vacunales en un mismo experimento, ya que permite a los investigadores comparar diferentes estrategias y conocer sus variaciones. Además, realizar ensayos de vacunas en diferentes especies supone una mejor y más completa valoración de la eficacia y seguridad de las mismas, lo que permitiría determinar si los resultados son, además, extrapolables al ser humano u otras especies animales.

Autora:

Laura de Urbina Fuentes, Grupo INMIVET, Departamento de Sanidad Animal, Facultad de Veterinaria, Universidad Complutense de Madrid

Enlace al Artículo:

https://www.mdpi.com/2417484

Ciclo de transmisión de Leishmania spp. Izquierda, ciclo zoonótico donde el flebotomo, al alimentarse de animales infectados, adquiere el parásito, y puede transmitirlo de nuevo a otros animales o seres humanos. Derecha, ciclo antroponótico (transmisión solo entre seres humanos) donde el ser humano es el reservorio. (Fuente: Abel Martínez Rodrigo)