Menos riesgos, menos costes y mayor facilidad de implementación. ¿Qué son las técnicas mínimamente invasivas en cirugía maxilofacial veterinaria?

Palabras clave: fractura maxilomandibular, técnica mínimamente invasiva, cerclaje interdentario, resina, composite.

Las fracturas maxilomandibulares se dan con frecuencia en perros y gatos, siendo unas lesiones graves pues afectan a la alimentación, lo cual supone una urgencia veterinaria que requerirá un manejo rápido y eficaz ya que puede conllevar consecuencias desastrosas como la muerte por imposibilidad de alimentarse correctamente. Por tanto, será necesario un buen enfoque terapéutico en el tratamiento de estas fracturas.

Por un lado, operar en el esqueleto maxilofacial es complicado, son regiones con una anatomía muy compleja donde se entrecruzan estructuras muy importantes como vasos sanguíneos, nervios, músculos y conductos salivares. Y, en segundo lugar, la presencia de los dientes complica la colocación del material comúnmente usado en traumatología como tornillos y placas, y es necesario tener un amplio conocimiento sobre dónde se encuentran las raíces dentales a la hora de colocar dicho material. 

En este sentido, la cirugía no invasiva o mínimamente invasiva cobra un gran protagonismo en el manejo de las fracturas maxilomandibulares, ya que estos métodos presentan algunas ventajas como  menor coste económico, su facilidad de implementación (ya que son fáciles de manejar por el clínico veterinario), sin provocar más daño que el asociado al traumatismo conservando así los vasos sanguíneos de la zona (factor muy importante, ya que un buen riego sanguíneo favorece una curación más rápida, pues los nutrientes y factores de regeneración llegan a la lesión de una forma muy eficiente), y la disponibilidad de los equipos y materiales.

Este estudio pretende analizar la tasa de éxito de las técnicas mínimamente invasivas en cirugía maxilofacial veterinaria, con información y datos obtenidos a través de pacientes que han sido tratados con estos métodos en el pasado, para poder proponerlas como un tratamiento de elección en el manejo de estas fracturas, pues se ha visto que poseen grandes ventajas que solucionan las trabas de este tipo de lesiones. 

Existen diferentes tipos de técnicas descritas. Por un lado, están los bozales a medida hechos con esparadrapo (figura A), creando una estructura de soporte muy útil en cachorros, fracturas en las que ya había una destrucción de hueso anterior (por ejemplo, en enfermedad periodontal o en tumores óseos), o pacientes en estado grave que están esperando a ser operados, pero requieren una estabilización previa antes de someterse a una anestesia (1). Otras técnicas descritas son las férulas de resinas acrílicas o composites (2), en las cuales se aplican estos materiales en los dientes a modo de andamio, formando una estructura fuerte que mantiene unidos los huesos fracturados. De la misma manera funcionan los cerclajes interdentarios, pero en este caso, este andamio se forma con alambres rígidos, muchas veces en combinación con las resinas o composites (3). Por último, destacan también la ferulización de colmillos (figura B), que consiste en unir con resina o composite los colmillos superiores con los inferiores; y la técnica modificada de los botones (figura C) (4), en cuyo caso se utilizan suturas de Nylon que se sujetan mediante botones a ambos lados de la cara y la barbilla. Estas dos técnicas funcionan de forma que se fija la mandíbula al maxilar, de forma rígida (en la ferulización) o semirrigida (en los botones), siendo útil en las fracturas en las que se requiera disminuir el movimiento de masticación para que los fragmentos fracturados se muevan lo menos posible y puedan unirse resolviendo la fractura, o también en fracturas de la articulación de la mandíbula.

Técnica del bozal en un Shi Tzu con fractura de mandíbula a la especia de una cirugía posterior. 

Fuente de la autora

Ferulización de colmillos en un gato con fractura a nivel de la articulación de la mandíbula.

Fuente de la autora

Técnica modificada de botones labiales en un cadáver de gato. 

Fuente de la autora

 

En el análisis de las técnicas mínimamente invasivas realizado en este estudio se ha obtenido un porcentaje de éxito de un 97,6%, al solo fracasar este método en 1 animal de los 40 analizados. Por lo tanto, este estudio ha proporcionado evidencia sólida que respalda el uso de técnicas mínimamente invasivas como una opción terapéutica de preferencia en el manejo de fracturas maxilomandibulares, gracias a su alta tasa de éxito. Además, poseen ventajas en el tratamiento de estas lesiones, ya que se llega a la curación del animal con un mínimo daño en los tejidos de alrededor de esta lesión, pues no se realiza una cirugía per-se, sino un abordaje alrededor de la fractura. Este enfoque favorece una etapa postoperatoria menos incómoda para los pacientes, lo que contribuye a una pronta recuperación y bienestar general. Por último, hay que tener en cuenta que la elección adecuada del paciente es fundamental para el éxito del tratamiento, y factores como la edad, el tamaño, el tipo de fractura y los daños asociados, como la afectación de dientes, deben ser considerados para determinar la técnica quirúrgica más apropiada (5,6,7).

Autora: Nuria Carreras González. Gda. Vet.

Director: Jesús María Fernández Sánchez. LV. PhD. Facultad de Veterinaria. Departamento de Medicina y Cirugía Animal.

Bibliografía:

1_Somrak, A. J., & Marretta, S. M. (2015). Management of Temporomandibular Joint Luxation in a Cat Using a Custom-Made Tape Muzzle. Journal of veterinary dentistry, 32(4), 239–246. https://doi.org/10.1177/089875641503200405 

2_Bennett, J. W., Kapatkin, A. S., & Marretta, S. M. (1994). Dental composite for the fixation of mandibular fractures and luxations in 11 cats and 6 dogs. Veterinary surgery: VS, 23(3), 190–194. https://doi.org/10.1111/j.1532-950x.1994.tb00471.x

3_Guzu, M., & Hennet, P. R. (2017). Mandibular body fracture repair with wire-reinforced interdental composite splint in small dogs. Veterinary surgery: VS, 46(8), 1068–1077. https://doi.org/10.1111/vsu.12691

4_Goodman, A. E., & Carmichael, D. T. (2016). Modified Labial Button Technique for Maintaining Occlusion After Caudal Mandibular Fracture/Temporomandibular Joint Luxation in the Cat. Journal of veterinary dentistry, 33(1), 47–52. https://doi.org/10.1177/0898756416637172 

5_Castejón-González, A. C., Buelow, M. E., & Reiter, A. M. (2018). Management and Outcome of Maxillofacial Trauma in a 9-Week-Old Dog. Journal of veterinary dentistry, 35(3), 167–177. https://doi.org/10.1177/0898756418792625 

6_Legendre L. (2005). Maxillofacial fracture repairs. Veterinary clinics of North America. Small animal practice, 35(4), 985–VIII. https://doi.org/10.1016/j.cvsm.2005.03.003

7_Thatcher G. (2017). Temporomandibular joint luxation in the cat: Diagnosis and management. The Canadian veterinary journal = La revue veterinaire canadienne, 58(9), 989–993.