18 FEB 2021 - 09:21 CET

Por Sharon Santillán, Daniel López, Natalia Moreno y Asier Leza

Hasta hace relativamente poco tiempo, cualquier proyecto personal o empresarial requería de esfuerzos individuales, trabajo personal y la solicitud de subvenciones o créditos bancarios. Pero la irrupción de Internet, como en la mayoría de los ámbitos, ha traído consigo avances inimaginables hasta la fecha. Uno de ellos, en el sector empresarial, ha sido el nacimiento del crowdfunding y elcrowdsourcing mecanismos de ayuda colectiva que han impulsado el emprendimiento y la ejecución de innumerables proyectos.  

El término crowdfunding, micromecenazgo en castellano, hace referencia a la financiación de un determinado proyecto mediante donaciones económicas a cambio de recompensas o bonificaciones. Es decir, se basa en la ayuda colectiva para poder llevar a cabo proyectos de diferentes índoles, tanto musicales, políticos, cinematográficos o empresariales. El primer paso para recibir contribuciones es presentar el proyecto en las diferentes plataformas habilitadas para ello, como Goteo, Verkami o Lánzanos. Una vez aprobado, el público puede comenzar a donar. 
 
Diferentes modelos

Actualmente existen cinco modelos diferentes de crowdfunding:

• De donaciones: Todas aquellas donaciones por parte de individuos que no esperan recibir nada a cambio.
• De recompensas: Aquellos individuos que reciben una recompensa a cambio de su contribución.
• De acciones: Aquellos que reciben participaciones o acciones del proyecto que se lleva a cabo.
• De préstamos: Financiación en masa a cambio de un tipo de interés en función de la cantidad de dinero prestada.
• De royalties: Aquellos individuos que esperan recibir una parte de los futuros beneficios que obtenga la empresa.

Crowdsourcing

Al igual que el crowdfunding, la ayuda colectiva es el punto de partida del crowdsourcing, pero en este caso, relativa a la ejecución de tareas, y no a la financiación económica. Se trata de la herramienta de externalización de tareas y reparto de trabajos que tiene como fin principal la disminución del volumen de trabajo para los miembros de una entidad. Al igual que el crowdfunding, el crowdsourcing emplea la colaboración en masa para potenciar la ejecución de un determinado proyecto, tanto empresarial como personal, pero en este caso, supone la delegación de determinadas tareas a una comunidad de profesionales cualificados que llevarán a cabo trabajos, resolverán problemas complejos y contribuirán al desarrollo del negocio con la aportación de nuevas ideas. Es decir, consiste en minimizar el tiempo de trabajo y aumentar la eficacia de los resultados. Las “donaciones”, en este caso, se verán recompensadas económica, material o, incluso, laboralmente.
 
Casos de éxito

Uno de los casos más exitosos y recientes de crowdfunding ha sido la recaudación de dinero para conseguir que un bebé chileno, enfermo de atrofia medular espinal, tenga acceso a Zolgensma, el medicamento más caro del mundo. A pesar de que esta patología no tiene cura, existen medicamentos que ayudan a contrarrestar sus efectos, y la familia del pequeño logró recaudar los más de 2 millones de dólares el pasado 2 febrero para comprar el medicamento que ayude a su bebé de tres meses a ser tratado de una de las enfermedades más severas y escasas que existen en el planeta. "¡Lo logramos, llegamos a la meta todos juntos! Gracias a todos quienes nos apoyaron, donaron y juntaron a sus familias, amigos y vecinos e hicieron beneficios!", informaron los padres de Rafita.

Respecto al crowdsourcing, existen numerosos casos de éxito, pero es destacable el de dos de ellos. Uno fue realizado en 2014, cuando el Gobierno de Malasia utilizó el crowdsourcing para elaborar los presupuestos generales del Estado teniendo en cuenta la opinión de los ciudadanos del país. El eslogan de campaña fue Queremos tus ideas para elaborar los presupuestos de 2014. El Gobierno puso a disposición de su ciudadanía una plataforma en la que poder aportar sus opiniones sobre los presupuestos generales del Estado. En este caso, supuso un ejercicio de transparencia política que fue muy valorado por los malayos.

Asimismo, otro de los casos de crowdsourcing más relevantes fue la cocreación de Oysho, cadena de ropa del grupo Inditex. La idea de Oysho consistió en que los ilustradores publicaran en Facebook sus diseños y estos fueran votados por la comunidad. Los tres diseños más votados, elegidos por un jurado, se expusieron en la nueva tienda de Oysho en Madrid, con fiesta VIP incluida. A cambio, el ganador se llevó un premio de 1.000€ y un el privilegio de poder diseñar una colección de camisetas para la marca. El crowdsourcing funcionó bien: Oysho consiguió aumentar su comunidad online en Facebook, además de incrementar la implicación de los usuarios con la marca.