Proyectos de Innovación

Púrpura

La púrpura Imperial o también conocida como "púrpura de Tiro" es el nombre que recibe uno de los pigmentos más antiguos y prestigiosos usados durante siglos. Este pigmento se difundió gracias a los fenicios, pueblo que habitaba las costas mediterráneas y que logró dominar el comercio de la púrpura con sede en la ciudad de Tiro. Sin embargo, se cree que el descubrimiento de este pigmento pudo haber sido muy anterior y que los fenicios sabían de su uso gracias a la herencia cultural de los pueblos antiguos de la Edad de Bronce. Su importancia fue tal que su descubrimiento incluso vincula con varios mitos, como la del descubrimiento de la púrpura por el perro de Heracles (Hércules)[1]. En la Ilíada, Helena de Troya aparece tejiendo una tela de este color[2]

El pigmento se obtiene de las secreciones de las glándulas branquiales de un tipo de molusco llamado murex brandaris, también conocido como cañadilla o “cañaílla”. Por desgracia, para conseguir una pequeña cantidad de este pigmento hacían falta muchos moluscos: se calcula que hacían falta 10.000 moluscos para conseguir un gramo de pigmento y para teñir un solo kilogramo de lana eran necesarios 200 gramos de pigmento. 

El proceso mediante el cual se conseguía este pigmento pasaba por tres fases: en la primera se recogía la mayor cantidad de moluscos posible y se mantenían con vida durante mucho tiempo para conseguir la mayor cantidad de pigmento posible; en la segunda fase, los moluscos más grandes se abrían con un pequeño utensilio para extraer sus glándulas branquiales, mientras que a los más pequeños se les molía enteros con su concha hasta conseguir una especie de pasta; la tercera fase consistía en introducir el resultado de la pasta en una cuba de agua salada, cociéndose durante diez días para provocar una reacción fotoquímica que sacaba a la luz el pigmento púrpura que bañaba las prendas y más tarde los códices[3]

Dada la dificultad de conseguir este pigmento y la complicada elaboración del mismo, su precio era tan elevado que solamente los más ricos lo podían conseguir. De hecho, en la Antigua Roma solo los hombres con rangos más prestigiosos podían llevarlo junto a alguna de sus mujeres. Algo más tarde también se atribuiría a los roles más importantes del ámbito eclesiástico cristiano[4].

Otro de los artilugios más prestigiosos que se teñían de este color fueron los códices con el nombre de Codex Purpureus. Los nobles más prestigiosos y ricos encargaban obras (mayoritariamente religiosas) escritas sobre pergamino teñido de color púrpura. El más antiguo de estos ejemplares es el Codex Petropolitanus Purpureus del siglo IV d.C. que contiene los cuatro evangelios y otros del siglo VI, como por ejemplo el Codex Sinopensis, el Codex Rossanensis o el Génesis de Viena.




1 VAN THULDEN, Theodoor, El descubrimiento de la púrpura [óleo sobre lienzo], 1636-1638. En línea: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/el-descubrimiento-de-la-purpura/

2 CASTRO JIMÉNEZ, Mª Dolores, Helena de Troya cuenta su propia historia, Madrid, Universidad Complutense. En línea: https://eprints.ucm.es/id/eprint/24448/1/Revisado_La_verdad_de_Helena_e-print.pdf

3 HERNÁNDEZ, Saray, El origen del color púrpura. En línea: https://www.elinvernaderocreativo.com/el-origen-del-color-purpura/

4 WOOLMER, Mark, La púrpura fenicia, el tinte más preciado de la Antigüedad, National Geographic, (2018). En línea: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/purpura-fenicia-tinte-mas-preciado-antiguedad_12851.


Sorana Maria Bonciag y Alejandro Villasante