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Cinabrio

El cinabrio es un mineral que pertenece al grupo de los sulfuros, compuesto en un 85% de mercurio y en un 15% de azufre[1]. Es un material muy pesado, blando y opaco de aspecto terroso y una de las principales fuentes de mercurio.

Se puede encontrar en filones de origen hidrotermal de baja temperatura y en yacimientos de impregnación sobre rocas porosas como en Almadén[2], el cual fue mencionado por Estrabón (siglo I a.C.) y por Plinio el Viejo (siglo I), como una de las fuentes más grandes a lo largo de la historia y la única que se ha explotado ininterrumpidamente durante más de dos mil años[3].

Durante mucho tiempo fue usado como pigmento en diversas técnicas pictóricas por el tono rojo brillante que presenta y su poder cubriente, aunque tenía el defecto de ennegrecerse al ser expuesto directamente a la luz solar o al entrar en contacto con la humedad. En la Antigüedad fue uno de los pigmentos más apreciados y, además, se usaba en pinturas rupestres y para conservar huesos humanos. El cinabrio hispano se exportaba a Roma para elaborar el bermellón, pigmento artificial que dado su elevado precio estaba reservado exclusivamente para las élites. En la Edad Media se utilizó para iluminar manuscritos, en las rubricas de los libros, para hacer más nítidas las letras grabadas en oro en mármol, en productos de tocador, etc.




[1] MARTÍNEZ, Carmen, La belleza mortal del cinabrio, Museo Nacional de Ciencias Naturales, 2018. En línea: http://www.mncn.csic.es/es/comunicacion/blog/la-belleza-mortal-del-cinabrio

[2] MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE, “Cinabrio”, Tesauros—Diccionarios del patrimonio cultural de España. En línea: http://tesauros.mecd.es/tesauros/materias/1014950.html   

[3] MARTÍNEZ, Carmen, "La belleza mortal del cinabrio"Museo Nacional de Ciencias Naturales, 2018. En línea: http://www.mncn.csic.es/es/comunicacion/blog/la-belleza-mortal-del-cinabrio 

 

Sufian Boutachkourt, Pilar Torregrosa y Juan Concejo