Verbos transitivos

Según la RAE (1973: § 3.5.1) los verbos transitivos son “verbos que tienen complemento directo®”.

 

Conforme la clasificación tradicional, los verbos se dividen, desde el punto de vista de su comportamiento sintáctico, en verbos transitivos como por ejemplo: entregar, conocer, llevar; e intransitivos®: trabajar, dormir, llegar. Lo que distingue básicamente estos dos tipos de verbos es que los transitivos llevan el CD y los intransitivos no lo llevan.[1]

 

Muchos gramáticos arguyen que en la clasificación de los verbos transitivos e intransitivos es necesario atender tanto a los criterios semánticos como sintácticos. Así, el verbo transitivo es un verbo que denota un estado o un evento que requiere la existencia de dos participantes o argumentos: El árbol dio frutos, Manuel hizo un viaje. Los verbos transitivos precisan de un sujeto que necesita “pasar” a otro objeto: Manolo hizo la tortilla. Las oraciones con verbos transitivos (oraciones transitivas) admiten transformación en voz pasiva: La tortilla fue hecha por Manolo, y admiten la pronominalización del CD: Manolo la hizo.

 

La división entre verbos transitivos e intransitivos® no tiene carácter estricto. Aunque hay verbos que siempre o casi siempre son transitivos, es decir que para que la oración no quede agramatical requieren un objeto que lo complemente: El mensajero entregó el paquete (*El mensajero entregó), Manolo hizo la tortilla (*Manolo hizo), en realidad muchos verbos pueden ser usados como transitivos o intransitivos según la intención expresiva del hablante. En consecuencia es frecuente el uso de verbos transitivos por naturaleza, sin complemento directo: Bebí agua/ Bebí en la calle o verbos normalmente intransitivos, con CD: Dormí ocho horas/ Dormí un sueño profundo. Este es el motivo que ha llevado muchos gramáticos a hablar más bien de usos transitivos o intransitivos de los verbos. Así: Ágata estudia la gramática por las noches sería el uso transitivo del verbo estudiar, mientras que Ágata estudia por las noches sería el uso intransitivo de este mismo verbo.

 

La presencia o la ausencia del CD puede implicar cambio del significado del verbo. Por ejemplo: subir los trastos a la buhardilla (en el ejemplo de abajo), quiere decir lleverlos arriba y subir a la buhardilla=trasladarse arriba.

 

Lola ha subido los trastos a la buhardilla.

Lola ha subido a la buhardilla.

Como las patatas.

Como todos los días a las tres.

El periodista escribe el informe.

El periodista escribe en su despacho.

Los artistas viven una vida miserable.

Los artistas viven miserablemente.

 

La gramática de dependencias de Tesniere[2] propone otros criterios para hablar de la transitividad e intransitividad. Según su teoría, el verbo es el centro ordenador de la oración. Todos los elementos oracionales, incluido el sujeto, son actantes del verbo. Los verbos se clasifican por su capacidad de recibir actantes (según las valencias que lo caracterizan). Así hay verbos: monovalentes (exigen solo un actante: viajar, correr, ir, etc.), bivalentes (exigen dos actantes: estudiar, comer, coser, etc.), trivalentes (exigen tres actantes: dar, regalar, entregar, etc.). Los verbos impersonales: llover, nevar, etc. se consideran avalentes porque no exigen ningún actante.  En esta división los verbos transitivos son bivalentes (los que no llevan el CD expreso) o trivalentes (los que necesitan el CD expreso).

 

Semánticamente, entre los verbos transitivos se puede distinguir una clase especial, representada por los llamados verbos cuasativos (o factitivos). Su característica fundamental es que en construcción activa el sujeto no constituye el verdadero agente o ejecutor de la acción o proceso, sino más bien instigador o causante de que esa acción se lleve a cabo. Por ejemplo en la frase: Mis padres reformaron la casa, lo que se entiende es que los padres hicieron construir la casa. Por lo tanto el verbo construir está usado con valor factitivo que depende exclusivamente del contexto. La factitividad puede también venir expresada léxica, morfológica u sintácticamente. Este tipo de verbos son parafraseables o intercambiables por una construcción factitiva integrada por el verbo hacer + el verbo indicador de la acción: Mis padres hicieron reformar la casa. En español se puede señalar verbos morfológicamente factitivos, cuyo carácter generalmente viene dado por el plano léxico. Así, las parejas: matar/morir, quemar/arder, sacar/salir, meter/entrar, enseñar/aprender, etc. se oponen o diferencian entre sí por el carácter factitivo o causativo del primer elemento del par:

 

matar = hacer morir         quemar = hacer arder            sacar = hacer salir

 

Es frecuente que los verbos, generalmente intransitivos, se utilicen con valor factitivo, transitivizándose: La abuela enfermó frente a: La guerra la enfermó = la hizo enfermar. Como vemos, existe una relación entre el carácter factitivo y transitivo, pues el primero implica siempre al segundo.

 

Un tipo especial de los verbos transitivos constituyen los verbos reflexivos y recíprocos. Estos verbos presentan forma pronominal, es decir, se construyen con los pronombres personales átonos. Los verbos transitivos se usan como reflexivos cuando el CD se refiere al mismo ser que el sujeto, o a una parte del mismo:

Yo me afeito.           María se muerde la uña.

                     suj. CD                                  suj.     CI                    CD

Los verbos transitivos pronominales tienen sentido recíproco cuando hay varios sujetos que realizan una acción y reciben la que hacen los demás:

 

            Mi novio y yo nos enviamos cartas.

                  suj.           CI                             CD

            Ellas se saludaron.

            Suj.      CD

 

Muchos verbos transitivos pueden construirse en forma pronominal sin ser reflexivos ni recíprocos. En este caso, el pronombre no es el CD ni el CI: es sólo una marca que pone de relieve el interés personal o la participación del sujeto en la acción del verbo: No te memanches. No te mevayas. (véase también COMPLEMENTO INDIRECTO® dativo de interés).



[1] No deben confundirse las construcciones intransitivas con las llamadas transitivas absolutas: construcciones sin CD expreso. Éste puede faltar porque se deduce fácilmente o poruqe el hablante lo desconoce o no le interesa expresarlo: Manolo estudia/Manolo estudia arte.  No todos los verbos intransitivos tienen esta posiblidad: Manolo hace la cena/*Manolo hace.

[2] Tesniere, L. (1959): Elementos de synaxe estrucurale. Klincksieck. Paris.