Tratamiento-ejemplares

Métodos de fijación, conservación y recuperación de lombrices de tierra (Annelida: Oligochaeta)

Fijación

Líquido fijador: 50 % de alcohol de 96º sin diluir y 50 % de formalina al  4 % (que es el equivalente al 10 % de la solución comercial).

Una vez recogidos del muestreo los ejemplares se pasan por agua para eliminar la mayor parte de la tierra que pueden llevar adherida. A continuación  se introduce, uno por uno, en el líquido fijador hasta que el animal empieza a ralentizar sus movimientos. En ese momento se saca del líquido fijador y se coloca sobre una superficie plana de modo que quede lo más recto posible.

Hay que tener en cuenta dos cosas fundamentales:

1. Hay que trabajar a la vez sólo con uno o dos animales porque es muy importante el tiempo que permanecen en el líquido fijador. Si este tiempo se sobrepasa, justo en el momento en el que el animal está muriendo, entonces se ponen demasiado duros y rígidos y ya no se pueden conservar estirados.

2. Cuando se colocan sobre la superficie plana, hay que disponerlos de forma que queden lo más rectos posibles pero sin estirar de sus extremos porque eso modificaría la longitud del animal. Es importante que queden todos con un grado de contracción parecido si luego se quiere comparar sus longitudes.  El tiempo que permanecen sobre la superficie plana será de unos 5 a 10 minutos. Si los ejemplares se secaran, podemos humedecerlos con un pincel con el mismo líquido fijador.  Algunas especies expulsan en el momento de la fijación, a través de sus poros dorsales, líquido procedente de las cavidades celómicas. Este líquido enturbia el fijador y lo diluye; por eso se recomienda que se vayan utilizando pocas cantidades de fijador y que se cambie en cuanto pierde la transparencia.

Conservación

Líquido conservante:  Formalina al  4 % (que es el equivalente al 10 % de la solución comercial).

Después de la fijación hay que guardar los ejemplares en un líquido conservante. Simplemente se colocan los ejemplares fijados en tubos con formalina. Durantes las primeras 48 horas, hay que situar los tubos de tal forma que los ejemplares permanezcan en posición horizontal para que terminen de endurecerse en su posición de estirados; de otro modo no serviría para nada el trabajo efectuado en el momento de la fijación.

Pasadas las primeras 48 horas hay que renovar el líquido conservante. Durante este tiempo se produce un intercambio entre éste y los fluidos animales por lo que la proporción del conservante bajará. Si el número de ejemplares que se han colocado en los tubos es suficientemente grande, el conservante puede diluirse tanto que perdería su efectividad y los ejemplares se macerarían. Si no se tiene en cuenta y no se toman precauciones se podría perder el material o se conservaría en buenas condiciones.  Se sugiere cambiar la formalina una semana después y al mes siguiente. El objetivo prioritario es mantener el líquido conservante siempre totalmente transparente; es la mejor forma de asegurarse que se mantengan las colecciones durante muchísimo tiempo.  

También hay que considerar la limpieza de los ejemplares justo después del muestreo. Esto es importante sobre todo en la recogida de ejemplares en los estudios de macrofauna. Si se dejan las muestras con la suciedad de la tierra del muestreo y no se limpian; el barro se deposita en el fondo de los botes envolviendo a los ejemplares y evitando que el líquido de conservación los bañe. En este caso es muy frecuente que cuando se vayan a estudiar las muestras estás se hayan perdido o los ejemplares están completamente macerados. Hay que limpiarlas lo antes posible, a pesar del cansancio que uno siente cuando regresa del campo en la tarde, para no perderlas.

Recuperación

Este sistema se utiliza para recuperar los ejemplares de colecciones que se han secado por completo por evaporación del líquido conservante. No es necesario tirar los ejemplares porque pueden recuperarse.

Líquido de recuperación:

Sulfato de cobre anhidro (CuSo4) ..................................................................................................38,5 ml

Ácido acético glacial .....................................................................................................................38,5 ml

Formalina (puro – comercial) ........................................................................................................38,5 ml

Enrasar hasta 500 ml de agua destilada.

Cuando se prepara la mezcla  se empieza por el sulfato de cobre y se  añade un poco del agua destilada; se producen vapores irritantes por lo que hay que trabajar con cuidado. Luego añadir el formol y el ácido acético y completar con agua destilada hasta el medio litro.

Al igual que para la fijación es importante, en este caso mucho más, trabajar con cada ejemplar de forma individual. Hay que poner el ejemplar en el líquido de recuperación justo hasta que se note que empieza a perder de la rigidez; es fundamental no dejarlos más tiempo porque podrían dañarse. El tiempo depende del tamaño del ejemplar: uno o dos minutos (a veces más) cuando son de una talla superior a 10 cms y algunos segundos cuando los ejemplares miden sólo milímetros. Después se pasan directamente a tubos con formalina al 10 %.

Ls ejemplares quedan flotando en su líquido conservante. Esto es el proceso normal ya que los ejemplares necesitan tiempo para rehidratarse y absorberán el líquido conservante de forma gradual durante el siguiente mes. Poco a poco van perdiendo flotación hasta que caen en el fondo del tubo. En ese momento se puede dar por terminado el proceso.

Los ejemplares no pierden la apariencia de secos y arrugados en su paso por el líquido de recuperación, solo pierden la rigidez;  es después del mes más o menos que necesitan para terminar de rehidratarse cuando empiezan a hincharse y a volver a su apariencia normal.  Después de esto se manejan como los ejemplares que nunca se han deshidratado.

Observación: indicar en las etiquetas de las colecciones que los ejemplares han sido rehidratados mediante este sistema.