Muestreo

Metodología de muestreo

Los métodos de colecta de las lombrices de tierra incluyen diversas técnicas: extracción química, extraccción manual, una combinación de ambas, extracción eléctrica, extracción mediante calor, captura y flotación. La eficiencia y confiabilidad de todas ellas es variable.

En primer lugar hay que tener en cuanta el objetivo del muestreo. Para establecer el número de especies que existe en un área se debe realizar un muestreo qualitativo. Para estudios demográficos o ecológicos se debe realizar un muestreo quantitativo.

Muestreo cualitativo

Consiste en examinar ejemplares de distintos lugares de la localidad estudiada mediante extracción manual o química hasta que se obtienen al menos 10 ejemplares clitelados. La superficie del muestreo variará de un lugar a otro en función de las densidad de población y del porcentaje de ejemplares clitelados de la misma. Este tipo de muestreo debe ser empleado solamente para trabajos de taxonomía o en trabajos ecológicos que precisen la necesidad de conocer las especies existentes antes de la realización del muestreo cuantititivo.

La ventaja de este tipo de muestreo es que permite colectar ejemplares clitelados que son los que se pueden identificar con más faciidad, evita la necesidad de sacrificar individuos juveniles y no clitelados que no se suelen emplear en estudios taxonómicos. Además permite seleccionar ejemplares nofrgamentados y fijarlos y conservarlos de la manera más adecuada para su estudio taxonómico. 

La desventaja de este tipo de muestreo es que no permite obtener resultyados demográficos ni de distribución espacial.

Muestreo quantitativo

En este tipo de muestreo se debe definir previamente la superficie a muestrear y el número de réplicas. Se propone una superficie de 50 x 100 cm en los que se evaluarán la diversidad, la abundancia y la distribución vertical de las especies. Esta superficie es adecuada en la región Holártica en la que las lombrices no suelen superar los 20 cm de longitud, pero podría no ser suficiente en zonas en las que los ejemplares alcanzan más de 100 cm de longitud. También dependerá de la densidad de población, en lugares con una baja densidad de lombrices se recomiendan superficies mayores.

La ventaja de este método es que permite obtener resultados demográficos y de distribución espacial así como comparar estos resultados con los de otros trabajos.

La desventaja es que normalmente la fijación y conservación de los ejemplares no es buena y dificulta su identificación.

Extracción manual

Este método es el más empleado en estudios para la estimación de poblaciones. Suele ser muy eficiente ya que pueden recogerse cerca del 97 % de la biomasa presente en el suelo. Aún así algunos autores lo consideran extremadamente tedioso e inseguro ya que las lombrices de pequeño tamaño pueden perderse en el proceso. Del mismo modo, ya que solo comprende las capas superiores del suelo, no suelen recolectarse los ejemplares que viven a mayor profundidad.

Una vez delimitada la superficie de muestreo hay que retirar la capa superficial de hojarasca y revisarla encima de un plásticos o en una cubeta para recolectar los ejemplares que viven en la superficie del suelo. A continuación se excava el suelo con una pala extrayendo capas a distintas profundidades que se depositan sobre un plástico. La tierra se va revisando cuidadosamente para localizar a los ejemplares. Este procedimiento se debería realizar en la zona de muestreo en lugar de transportar el suelo al laboratorio ya que, con frecuencia, las lombrices pueden morir durante el tiempo de espera.

Algunos ejemplares resultan cortados durante la extracción de las porciones de tierra en cuyo caso habrá que recoger todas las partes. Las lombrices deben ser tratadas con delicadeza para evitar que se fragmenten por autotomización.

Es muy importante volver a depositar el suelo extraido dentro de la parcela excavada.

Extracción química

Este método presentan algunos inconvenientes, el primero de ellos es el manejo de productos químicos peligrosos y contaminantes y la necesidad de grandes cantidades de agua para llevarlo a cabo, cerca de 20 litros por muestreo. Su eficacia depende de la temperatura del suelo y del grado de humedad.

Cuando se trabaja con este método se deberán tomar precauciones para evitar el peligro de la inhalación y el contacto con la piel.

Desde el punto de vista del muestreo, no permite la recolecta de los ejemplares en estivación ni de los capullos. Solo se recogen los ejemplares que están activos y que reaccionan al líquido expelente. No resulta eficaz para aquellas especies que construyen galerias horizontales sin acceso al exterior o en suelos arcillos con baja porosidad, ya que dificultan la penetración del líquido y la salida de los ejemplares.

Este método podría ser usado para valorar la actividad de las lombrices pero no para estimar el tamaño de las poblaciones.

Generalmente, el líquido expelente es una solución de formalina al 0,5 %, que se prepara diluyendo 25 ml de formalina (37%) en aproximadamente 5 litros de agua. Esta solución se vierte uniformemente y de forma gradual en la superficie de muestreo, a la que previamente se le ha retirado la capa de hojarasca. Este paso se repite hasta que se terminan los cerca de 20 litros de solución necesarios para cada parcela. Durante la aplicación se observa el suelo para ir recogiendo los ejemplares que emergen a la superficie. El tiempo necesario para dar por concluido el proceso es de alrededor de 30 minutos.

El líquido expelente hace que los animales salgan rápidamente a la superficie, pero suelen retrarse de nuevo al interior si les incide directamente la luz del sol, por lo que hay que procurar que haya sombra sobre la parcela. La formalina produce una rápida evacuación de las lombrices, que deberían recogerse cuando hayan salido por completo al exterior para evitar que se fragmenten o que se retraigan en el suelo. Las lombrices de tamaño grande se recogen a mano (usando guantes) y las más pequeñas mediante pinzas. Para evitar la autotomización los animales deberán agarrarse por su parte anterior, normalmente por delante del clitelo.

Método mixto de extracción manual y química

La extracción química seguida de la manual es un método empleado con mucha frecuencia. Es un método más exacto que al anterior porque permite recolectar los ejemplares que hayan podido quedarse en el suelo a pesar de la aplicación de la formalina. Se calcula que permite recolectar el 96 % de los ejemplares.

En alguna ocasiones se emplea la metodología inversa, es decir, se procede primero a la extracción manual y posteriormente a la química. Esto permite recolectar los ejemplares que se encuentran a mayor profundidad que la excavada.

En ambos casos, las lombrices recolectadas por cada sistema deberían guardarse en contededores diferentes y hay que depositar el suelo extraido dentro de la parcela excavada.