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Investigadores de la UCM demuestran como la rugosidad de la retina es un indicador del desarrollo del alzhéimer

Junto al Hospital Clínico San Carlos, han diseñado un método matemático para medir este arrugamiento

7 jun 2021 - 13:32 CET

Keila Naeli Buscema

Según las investigaciones de los últimos años, la retina es uno de los biomarcadores más prometedores para el diagnóstico precoz del alzhéimer. Es por esto que algunos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, con la colaboración del Hospital Clínico San Carlos, ponen su atención en el grado de rugosidad de las diez capas que constituyen la retina.

Los resultados de esta investigación, iniciada hacer 6 años, han sido publicados en Scientific Reports, siendo denominado como “un trabajo innovador.

Según José Manuel Ramírez, director del Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo (IIORC) de la UCM:

“Es el primero en plantear el estudio de la rugosidad de la retina y de las diez capas que la integran; ha diseñado un método matemático para medir el grado de arrugamiento, mediante la dimensión fractal; y ha descubierto que en algunas capas de la retina estas medidas indican que su arrugamiento ya se inicia en etapas muy tempranas de la enfermedad de Alzheimer”.

Para la realización de todo el estudio, los investigadores desarrollaron interesantes programas informáticos para poder separar cada una de las diez capas de la retina. El problema principal de la investigación fue establecer el grado especifico de arrugamiento de cada capa.

Al estar en contacto unas con otras, el arrugamiento de una capa se transmite a las capas adyacentes y se confunde con la rugosidad de ellas. La solución fue aplanar matemáticamente cada capa por una de sus caras y estudiar la rugosidad que queda en la otra cara”, indica Lucía Jáñez, primera autora de la publicación.  

Para calcular el grado de rugosidad, los investigadores desarrollaron un software específico. “La solución fue calcular la dimensión fractal de la cara estudiada en cada capa de la retina. Una superficie plana tiene solo 2 dimensiones: largo y ancho; pero si se pliega o arruga progresivamente cobra cuerpo y comienza a parecerse a un objeto sólido de tres dimensiones; la dimensión fractal toma valores fraccionarios entre 2 y 3 y por ello resulta adecuada para medir el grado de arrugamiento de las capas retinianas”, comenta Luis Jáñez, investigador del Instituto de Tecnología del Conocimiento (ITC) de la UCM.

La tecnología desarrollada ha sido implantada en las Tomografías de Coherencia Óptica (OCT) que hay actualmente en el mercado. Gracias un análisis matemático, este nuevo software calcula la rugosidad de cada capa de la retina y establecer el limite sano/enfermo.

Este tipo de examen, no implica algún coste para el paciente. “No necesita preparación previa, bastaría con acudir a una consulta de oftalmología, sentarse frente a la máquina y mirar durante unos 4 segundos a un punto luminoso visible en su interior: así se obtiene la imagen de OCT. El análisis de la rugosidad en dicha imagen la realiza el programa informático en menos de un minuto”apunta el investigador del ITC.

Las conclusiones de estos estudios podrán ser aplicadas en estudios de otras enfermedades como el ELA o el párkinson. De la misma manera, los investigadores tienen nuevas herramientas para conocer mejor como estas enfermedades evolucionan a través de los cambios de la retina.  “A partir de ahora con esta nueva técnica podemos investigar cómo utilizar la rugosidad de la retina para el seguimiento y conocer el estadio de la enfermedad de Alzheimer”, prevé Elena Salobrar García, investigadora del IIORC.

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