Grupos de investigación

Conferencia: Political Islam and elections in Iraq.

 21/04/2022  15.30h.

 

El pasado jueves, 21 de abril, con ocasión de la visita a España del Dr. Abbas Khadim, se celebró, en la Facultad de Filología, una conferencia sobre la situación política actual de Iraq, enmarcada dentro de las actividades del Máster sobre el Islam en la Sociedad Europea Contemporánea.

Abbas Khadim es investigador residente y director de la Iniciativa de Iraq en el Atlantic Council en Washington, DC. Sus líneas de investigación se centran en Iraq, Irán y los países del Golfo, y es autor de varias obras como Reclaiming Iraq: the 1920 Revolution and the Founding of the Modern State, The Hawza under Siege o Governance in the Middle East and North Africa.

Durante el acto, Khadim pudo ofrecer a los asistentes una visión panorámica de la actual situación política de Iraq. El país vive un bloqueo gubernamental como consecuencia de la falta de acuerdo existente entre la élite política del país, más de medio año después de haberse celebrado las elecciones generales, en octubre de 2021. Los comicios, originalmente fechados para 2022, fueron adelantados a causa de las manifestaciones protagonizadas por la población iraquí en 2019, que denunciaban los altos niveles de corrupción política y de deficiencia de los servicios del país. Las revueltas iraquíes se enmarcan en una nueva oleada de protestas que se ha sucedido desde 2019 en diversos países de la región como el Líbano, Sudán o Argelia, reclamando un cambio político.

El boicot a la votación de investidura del nuevo presidente del país, celebrada el pasado 7 de febrero, fue encabezado por el partido chií con mayor número de escaños en el Consejo de Representantes de Irak (CR), liderado por el clérigo Muqtada Al-Sadr. A pesar de que el bloque sadrista cuenta únicamente con 73 de los 329 escaños del CR, otros grupos se sumaron a la iniciativa, impidiendo el quórum y, por tanto, la elección de un jefe de Estado. El vacío presidencial imposibilita, a su vez, el nombramiento del primer ministro.

El sistema político vigente establece una fórmula rígida de asignación de los principales cargos institucionales a los distintos grupos mayoritarios del país, de forma que el jefe de gobierno debe ser elegido de entre los miembros de la mayoría kurda, el primer ministro de entre la mayoría chií y el presidente del Parlamento de la mayoría suní.

La parálisis política se deriva de las múltiples divisiones internas existentes en los bloques chií y kurdo: Por un lado, los partidos kurdos de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK) y el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) habían acordado, hasta el momento, la designación del jefe de Estado, tradicionalmente asignada a la UPK, y el control de la región autónoma del Kurdistan iraquí, en manos del PDK. Sin embargo, tras el sorpasso del PDK en las elecciones de octubre, el acuerdo se ha debilitado ante la falta de apoyo al candidato propuesto por la UPK para ostentar la jefatura de estado. Al mismo tiempo, el candidato del PDK, Hoshyar Zebari, fue suspendido temporalmente un día antes de la fallida reunión parlamentaria, ante las querellas de varios diputados del CR, que denunciaron la incompatibilidad de su candidatura con las acusaciones de corrupción a las que está haciendo frente, y que condujeron a su cese como ministro de finanzas en 2016. Por otro lado, existe una gran división entre los distintos partidos chiíes, acentuada con la victoria electoral del partido de Al-Sadr, que ha dejado fuera del gobierno a las formaciones chiitas proiraníes. El bloque sadrista pretende frenar la influencia extranjera de otros países, en concreto de Irán, en los asuntos políticos internos.

Todo ello ha generado la situación de bloqueo político en la que está sumido el país, de la que parece difícil salir con éxito. “Un primer ministro con un sistema de apoyo basado en una minoría entre los chiíes se verá atrapado entre la hostilidad de su oposición chií y las interminables demandas de sus aliados no chiíes. Mientras tanto, un bloque de oposición de la CR compuesto principalmente por una facción etno-sectaria, a saber, los chiíes, no proporcionará al proceso político iraquí el equilibrio que tanto necesita. Tal oposición asumirá el papel de saboteador sin las herramientas para ejercer una supervisión sólida y constructiva.” explica Khadim.

A pesar de todo ello, Khadim se mostraba optimista, habida cuenta de los avances y logros que se han alcanzado en el país desde el año 2003, aunque siendo consciente del largo camino que queda por recorrer.

Asimismo, durante el acto se mencionaron otras cuestiones como las relaciones entre Iraq e Irán, la postura que adopta el país frente a la cuestión Palestina, en clave comparada con el conflicto del Kurdistán, y el estado y las perspectivas de la relación Iraq-Unión Europea, aprovechando la presencia en la sala de Ramón Blecua, exembajador de la UE en Iraq.