Busto del Cardenal Cisneros


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Busto del Cardenal Cisneros

Felipe Bigarny (Langres, Francia, 1475-Toledo, 1542)

Siglo XVI

Relieve en alabastro esculpido y policromado. 33 x 25,5 cm

Inscripción en el reverso: etiqueta en el borde superior de la tabla, “Exposición Nacional de Retratos/EXPOSITOR D. Universidad Central/Rectoral/Inscripción núm. 191”  

Número de catálogo: CUC000149


Aunque no hay una constatación documental sobre la autoría ni fecha exacta del busto en relieve del cardenal Cisneros por Felipe Bigarny, fue el teólogo ilustrado del siglo XVIII Antonio Ponz quien hizo por primera vez referencia a la obra, y después el historiador Ceán Bermúdez, quien la atribuye a este artista y la data en torno a 1502; atribución que ha sido refrendada por posteriores investigadores que se han ocupado del relieve.

La obra es un busto retrato en alabastro de muy alta calidad, tanto por la técnica como por la estética, donde se manifiesta el estilo de Bigarny en el que se combina el realismo flamenco con el realismo idealizado italiano, característica del tránsito del gótico flamenco hacia el primer Renacimiento. El busto adquiere una gran viveza gracias a la policromía, donde un color tendente al carnoso en la cabeza destaca sobre un fondo azul oscuro. Se presenta el cardenal Cisneros de riguroso perfil, con un semblante serio, de rasgos carnosos y una gran dignidad, que deja patente la vinculación entre la fuerte personalidad del fundador de la Universidad Complutense de Madrid con la relevancia de esta institución. Se muestra la tonsura monacal propia de su condición de franciscano, que el artista aprovecha para combinarla con la forma en que dispone la cenefa de la capa pluvial y encuadrar, en un ángulo, el rostro. 

La capa pluvial se abrocha en el cuello con un clípeo que el artista hace destacar de una manera visible y así quede patente la vinculación de Cisneros con la archidiócesis de Toledo. El medallón representa el tema de la Descensión de la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso. Se aprecia la iconografía propia del hecho milagroso que permite identificarlo correctamente y a lo que se une una excelente factura artística. 

Es destacable el marco que actualmente rodea el relieve, colocado en fecha posterior. Se trata de una pieza aprovechada, pues los bordones del capelo son los propios de un obispo y no de un cardenal, tal como correspondería a Cisneros. Una pieza propia del estilo rococó, con presencia de elementos de rocalla y una falsa simetría, siguiendo los principios de engaño visual y persuasión propios de la estética del Barroco y más aún del rococó.