Erasmo de Róterdam


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Erasmo de Róterdam

Alberto Durero (Núremberg, 1471-1528)

Firmado y fechado en la zona superior de la plancha: “MDXXVI/AD” [Monograma del autor]

1526

Aguafuerte sobre papel. Huella: 244 x 190 mm. Papel: 257 x 199 mm

Inscripción en la zona superior: “IMAGO·ERASMI·ROTERODA/MI·AB·ALBERTO·DVRERO·AD/VIVAM·EFFIGIEM·DELINEATA·/THN·KPEITTΩ·TA·ΣΥΓΓPAMMATA·ΔΕΊΞΕΙ”

Número de catálogo: CUC000299

Legado Luis Simarro


El género del retrato fue ampliamente practicado por Alberto Durero en sus viajes por los Países Bajos, especialmente en su última época. Durero, como retratista, muestra su calidad a la hora de reflejar los detalles de la apariencia física, el carácter y la personalidad de los retratados.

En el caso de esta obra, se muestra a Erasmo de Róterdam en actitud de trabajo, con cálamo en mano, escribiendo sobre su atril y sujetando el tintero, rodeado de libros que, uno abierto y otros con marcapáginas, simbolizan la erudición y el estudio del filósofo. El libro abierto puede evocar a los Adagios (publicado por primera vez en 1508), de proverbios griegos y latinos, que conjugaban el saber clásico con el cristiano y que también aludiría a la sabiduría de Erasmo. Asimismo, el jarrón con lirios puede hacer referencia a la pureza de su mente. Completa la escena una lápida en el fondo que contiene las citadas inscripciones acerca de la realización de la imagen tomada del natural y la referencia a los escritos del autor. La fecha de 1526, en caracteres latinos, y el monograma del autor –AD– completan la información mostrada en la lápida que acapara en gran medida la atención del espectador.

Para esta imagen de Erasmo el artista se basó en obras preexistentes, como puede ser el retrato inacabado que Durero ejecutó en Bruselas, y que se conserva en el Louvre, si bien este grabado, es más espontáneo y natural. Asimismo, Durero se basaría en su recuerdo del humanista y tomaría de los retratos en pintura y medalla realizados en 1517 y 1519 respectivamente por Quentin Metsys. 

A pesar de la distancia, en lo que a la apariencia se refiere entre el modelo y el retrato, la imagen realizada por Durero ha prevalecido como la fiel representación del pensador y su carácter, incluso por encima de los retratos más fieles que realizaran otros autores a la figura de Erasmo.