Cornelia, madre de los Gracos


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Cornelia, madre de los Gracos 

Isidoro Santos Lozano Sirgo (Logroño, 1826-Madrid o Toledo, 1895)

1852

Óleo sobre lienzo. 125,5 x 167 cm

Número de catálogo: CUC000602


La pintura Cornelia, madre de los Gracos fue la prueba definitiva con la que Isidoro Lozano ganó el concurso de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de 1852, para adjudicar pensiones de estudios en Roma. La pintura se encuentra actualmente en la Universidad Complutense de Madrid, si bien su dibujo preparatorio y los dos ejercicios de tanteo de Lozano se conservan en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El cuadro recoge una escena de la ejemplarizante vida de esta famosa matrona romana, representada en diversas ocasiones a lo largo de la historia del arte. Cornelia, desposada con el cónsul Tiberio Sempronio Graco, tuvo doce hijos, de los cuales solo tres llegaron a la edad adulta: Tiberio Sempronio, Cayo Sempronio y Sempronia, representados en la pintura. Modelo de mujer ejemplar, poseía todas las cualidades de una buena romana; era culta, inteligente, valiente y una educadora excelente.

El contenido moralizante del tema de la obra se adapta a los preceptos del purismo nazareno, que tanto admiró en sus inicios el maestro de Lozano, Federico de Madrazo, a partir de los cuales el pintor elaboró esta pintura. Observamos en ella un rechazo de la afectación en las representaciones, primacía del dibujo y de los perfiles muy marcados, simplificación de las formas, composiciones cerradas, placidez y recogimiento en las actitudes de los personajes. La estatua de Atenea preside la escena al fondo, sedente con la lanza en una mano y una victoria alada sobre el globo terráqueo en la otra. La elección de Atenea, la Minerva romana, encaja a la perfección en la escena, ya que, además de diosa de la guerra y de la sabiduría, era protectora del hogar.