Proyectos de Investigación

Propuesta Lola Martinez

Mi propuesta es explorar las posibilidades de lo fotográfico como acto performativo, la fotografía como mediador del cuerpo en el espacio, y no como mediador distante, colocado en la cómoda lejanía tanto en la toma como en el consumo de imágenes que mantiene todos los conflictos encerrados en una pantalla.

Durante los años 30, con EEUU sumido en una profunda recesión económica después del crack del 29 y Europa al borde de la segunda guerra mundial; Henri Cartier Bresson hace público un comentario de crítica a un compañero de profesión: el reconocido fotógrafo de paisaje Ansel Adams. Para Cartier-Bresson era incomprensible como mientras “el mundo se estaba cayendo a trozos, todo lo que Adams y Weston fotografiaban eran piedras y árboles”. Lo que Cartier-Bresson desconocía, era la pertenencia de Adams al “Sierra Club”, un club de montaña a través del cual sus fotografías llegarían a ser utilizadas en el congreso para ilustrar la necesidad de proteger mas de medio millón de hectáreas de EEUU, convirtiéndolas en Parque Nacional; como ya había ocurrido con las fotografías de su predecesor Carleton E. Watkins, que convirtieron Yosemite en Parque Nacional. Más aún, lo que el autor francés no podía llegar a prever, es que el debate de lo ecológico se convertiría sin duda, en menos de 80 años, en el debate crucial para la supervivencia del ser humano - que tan fervientemente defendía -, convirtiendo a Ansel Adams, posiblemente en uno de los primeros activistas por el medio ambiente.

Sin embargo, hoy en día confiar en la efectividad de una imagen para esta toma de conciencia parece distante y poco probable. En el contexto en el que estamos inmersos en la actualidad, las fotografías de Adams acabarían muy probablemente decorando como fondo de escritorio las pantallas de nuestros ordenadores, no dejando tras de si ni un resquicio o reminiscencia de lo que pretendían. Desde luego sería difícil retomarlas como catalizador de remover conciencias o mucho menos participar en movimientos activistas medioambientales. ¿Pero y si invertimos el uso?¿y si exploramos un nuevo límite del medio y buscamos el énfasis en acto y no en la imagen, invitando a una implicación immersiva del sujeto y eliminando la condición de espectador?

La fotografía performativa,  propone el acto fotográfico como revulsivo al desapego de la imagen. El acto es el motivo último y no el medio, y la producción de la imagen es solo un mapa de movimientos, un trazo o huella, una excusa para poner en movimiento el cuerpo en el espacio. Si bien las relaciones cuerpo-espacio han sido ampliamente desarrolladas en otros ámbitos de lo artístico, quizás no han sido tan exploradas dentro del ámbito del acto fotográfico – como si se ha hecho del movimiento del sujeto fotografiado, recordando los ensayos de Muybridge, entre muchos otros -. En gran parte quizás por ciertas imposibilidades técnicas definidas por el aparato, diseñado o programado dentro de los límites de lo que se ha preestablecido como lo fotográfico – aunque aún no sepamos bien por quien -. Ha sido necesario dejar de ser “funcionarios de la máquina”(Fontcuberta), para poder redescubrirla; a través de procesos que van en contra de su propia naturaleza técnica, por ejemplo, ensayos de cómo hacer fallar el software para lo que está programada – procesos asociados y conocidos hoy día como glitches, que han constituido una nueva corriente artística interesada entre otras cosas en la dimensión estética del error y lo desechable – . Desde la perspectiva de esta propuesta la dimensión estética no es de interés, pero si explorar el lenguaje que se pueda producir en la relación de interacción cuerpo-software: las formas que este produce, la aceptación de grados de azarosidad en el acto creativo,  la producción de sentido compartido, o la difusión de los límites de la autoría.

Para ello, el año pasado comencé una serie de experimentos que denominé “Peripatetic Photograph-e”. La acción consistía forzar un fallo de software de una cámara fotográfica, obligándolo a una captura continuada del movimiento en una toma única. La imagen revela el trazo del movimiento de la mano dibujando la cordillera de la montaña o el movimiento del propio ascenso, pudiéndose observar incluso los pasos que realizo a través de las interrupciones en el pixel. Este dibujo fotográfico construye a su vez un contramolde de pixeles negros que se convierte en otro paisaje en si mismo, un proceso de orogenesis digitalLa fotografía ya no se encuadra, se baila, se pasea, se genera a través del movimiento; y en la reescritura de sus límites se dibuja un nuevo paisaje que explora el diálogo ser humano-algoritmo. “Peripatetic photograph-e construye a través del movimiento y el diálogo con el software unas nuevas tectónicas que proponen el rastro de un paisaje para el futuro y el cuerpo nómada como dispositivo esencial a la fotografía.” (Persano, 2019).

  

Friedrich Saurer                                 "Siete picos" ©LolaMartinez. 2018 Sierra Bermeja (Málaga - 1452 masl). Pixel light trace drawing of the mountain range during a single shot.

 

Por otro lado, explorar los límites de la fotografía - trabajo que llevo desarrollando desde 2006 de manera práctico-teórica - ha sido siempre una manera de investigar los límites del pensamiento y en último caso, intentar aportar en la construcción de nuevas formas de éste – pensamiento entendido siempre asociado al cuerpo, pensamiento en acción, pensamiento para la acción -. Por tanto la preocupación del límite es una preocupación física.

Serge Latouche insiste en que “recuperar hoy el sentido de los límites, es un imperativo para la supervivencia de la humanidad” (Latouche, 2014: 135), y por tanto, reflexionar sobre esta condición es proponer una nueva/otra relación del ser humano con el entorno, y una manera de revertir el paradigma de la ilimitación - que se desbordó en el S.XX  - y por el cual hoy día estamos al borde de la desaparición.

La segunda propuesta es recuperar una existencia límite, que en palabras de Trías es, vivir siempre “con un pie implantando en el mundo y otro que avanza hacia lo que trasciende y desborda” (Trias, 1985: 172).

Un pie implantado en el mundo, que nos recuerda nuestra condición finita y lucha contra las todas las formas de desmesura (Latouche), para no seguir agotando los recursos que permiten la vida en el planeta.

Un pie avanzando hacia lo que trasciende y desborda, porque la creación artística permite intuir lo invisible, imaginar nuevos futuros, construir otros mundos; proponer horizontes - límites que se fugan, y como dice Fernando Birri nos sirven solo para eso, para caminar.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=JrAhHJC8dy8