Cultura y Sociedad • Miguel de Cervantes, Manuel Wssel de Guimbarda

Miguel de Cervantes

Manuel Wssel de Guimbarda (1833-1907)
Óleo / lienzo, 1,80 x 1,22 m
Firmado y fechado en 1880
Catálogo Universidad Complutense,
nº 368

...Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos estremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria...

Salvo en lo concerniente a las barbas de plata, parece que Wssel de Guimbarda se deja llevar por la magnífica descripción que de sí mismo hace Miguel de Cervantes en su Prólogo al lector de Las Novelas Ejemplares. El pintor nos presenta la obra en una composición sesgada, en la que un golpe de luz hace destacar la figura que se gira hacia el espectador. Intencionadamente la luz incide en los libros que está leyendo y permite entrever el lomo de El Amadís de Gaula sobre el que reposa la mano derecha de Cervantes, en un afán simbólico por demostrar la influencia de esta obra en El Quijote. A sus pies “el galgo corredor” y, apoyada en le respaldo del sillón, la espada con la que combatió contra el turco. Completa la composición la estantería repleta de libros y una rodela colgada de la pared. El pintor resuelve la composición con maestría en el trazo y, ayudado de una gama de color muy adecuada, consigue plasmar una imagen de conjunto de la azarosa vida de Miguel de Cervantes.

Manuel Wssel de Guimbarda, aunque de origen cubano, está considerado como uno de los pintores románticos andaluces. Fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, ciudad que participó de gran auge económico en la segunda mitad del siglo xix, y recibió la visita y el interés de los grandes viajeros, sobre todo ingleses, que ayudaron a transmitir la imagen romántica de “lo español”, concepto al que tanto contribuyó la figura de Don Quijote.

Castro, A., Cervantes y los casticismos españoles, Madrid, Alianza/Alfaguara, 1974.
Cervantes Saavedra, M. de, Novelas ejemplares, Madrid, Espasa-Calpe, 1976.
Irigoyen de la rasilla, M. J., Patrimonio Artístico de la Universidad Complutense. Inventario, Madrid, Consejo Social de la Universidad Complutense de Madrid, 2000.

M.J.I.R