Historiador, jurista y polígrafo oriundo de Cantabria, aunque no publicó nada en vida. Este erudito nos ha dejado una enorme cantidad de trabajos manuscritos inéditos de temática muy variada, que son un testimonio más del efecto focalizador que representó este político en los medios ilustrados. Los escritos más significativos relacionados con nuestras materias son: Disertación [...] en la que se recomienda el estudio de la Paleografía Española (1774) ; unas Operaciones diplomáticas ; los Apuntamientos diplomáticos y una Disertación crítica sobre los protocolos. Sus conocimientos son de carácter empírico, no obstante entre sus páginas cuajadas de erudición, es posible rescatar noticias de interés. A sus ojos, la Paleografía es "el astro que ilumina los rincones más tenebrosos de los archivos", y aconsejaba que esta materia se impartiese en las primeras letras. Desde el punto de vista metodológico Floranes aplicó un orden retrógrado al estudio de la escritura, siguiendo la vía iniciada por Burriel. Fue amigo de Enrique Flórez, Manuel Risco, Licinio Sáez, Francisco Cerdá y Rico y Francisco Méndez, entre otros. Su biblioteca, que comprendía una buena porción de manuscritos raros y preciosos de historia y legislación, se vendió por su hermana y sobrinos en Valladolid. Todas las obras impresas y manuscritas estaban llenas de notas y adiciones de su mano.
Bibliografía:
Ayerbe Iríbar, Maria Rosa. "Rafael de Floranes o la defensa de la Paleografía". Boletín de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, 1 (1988), págs. 59-85.