Educación y Biblioteca, en su número 156 de noviembre/diciembre de 2006, ha publicado un interesantísimo dossier sobre Alfabetización Informacional (ALFIN).

No es de extrañar que esta revista, fundada por Francisco Javier Bernal, uno de los máximos defensores en España de la Educación Documental, se preocupe por el aspecto educativo de las bibliotecas. De hecho, algunas personas que tienen mucho que ver con los orígenes de la ALFIN en lengua castellana (Felix Benito Morales y José Antonio Gómez Hernández) han sido colaboradores habituales de Educación y Biblioteca .

La Alfabetización Informacional (o su acrónimo ALFIN) debe ser algo más que un término citado en nuestros escritos profesionales. En realidad, debería convertirse en un eje que vertebre la actividad de cualquier biblioteca centrada en sus usuarios.

En todo caso, como profesionales bibliotecarios, nos interesa conocer con cierta profundidad este concepto que aparece tanto en el Plan Estratégico de REBIUN 2007-2010 como en el Plan estratégico 2007-2009 de la BUC.

Las contribuciones sobre ALFIN (denominación en castellano del término inglés Information Literacy) no han dejado de aumentar en los últimos años tanto dentro como fuera de nuestro país. La lista de publicaciones es larga, pero este dossier tiene la virtud de ofrecer diferentes puntos de vista, por otra parte complementarios, desde las bibliotecas escolares, públicas y universitarias. La mayoría de los artículos presentan actuaciones que se están llevando a cabo. Es decir, tiene un componente práctico que resulta especialmente atractivo para una Biblioteca que, como la nuestra, está dando sus primeros pasos para diseñar una política de ALFIN eficaz.

La coordinadora del Dossier, Mª Felicidad Campal, es la encargada de abrirlo con un artículo “ALFIN de la A a la Z” que, de una manera no exenta de humor, recorre los términos que normalmente van asociados a ese concepto. Es un recurso, original y atractivo, para ofrecer una definición lo suficientemente abierta como para que cualquier biblioteca pueda suscribirla.

El siguiente artículo, “La ALFIN en la educación”, es, como suele ser su autor, Feliz Benito Morales, altamente clarificador y muy instructivo para enmarcar el tema.

Vienen luego cuatro artículos escritos desde las bibliotecas escolares. Sí, han leído bien, en alguna parte, a pesar de tanta cerrazón institucional, sigue habiendo alguna biblioteca escolar y personas que se ocupan de ellas con más altas miras que guardar las llaves de los armarios. Tres de estas contribuciones están hechas desde los centros docentes y una desde una biblioteca infantil y juvenil que ofrece un programa educativo para alumnos de secundaria. Es interesante leer estos textos para darse cuenta de que las preocupaciones por formar personas independientes a la hora de solucionar sus problemas de información no son tan diferentes en primaria, en secundaria o en la universidad. También podemos estar seguros de que si hubiera más bibliotecas en los centros escolares (y personas como Gloria Durban, Rosa Piquín, Laura Andreu, Lucia Cedeira o Enrique Martín para atenderlas) nos encontraríamos con mucho trabajo hecho y partiríamos de otras premisas en las bibliotecas universitarias.

Ya en el ámbito académico y de investigación, Paz Sánchez y Victoria Tejada ofrecen un panorama de las actividades formativas que se llevan a cabo en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Es destacable el esfuerzo por colaborar con los docentes e integrar la oferta educativa desde la biblioteca dentro del currículo de las carreras universitarias.

Carmen Julia Hernández, de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna, nos presenta un proyecto de formación en línea. En su caso utilizan la plataforma Moodle pero puede resultar muy útil su experiencia para iniciar en la BUC ese tipo de trabajos.

Desde la Biblioteca de la Universidad de Granada, Cristóbal Pasadas insiste en la necesidad de conectar teoría y práctica. Esto es así en cualquier aspecto de nuestra profesión pero es absolutamente imprescindible en el ámbito que nos ocupa. Muy interesante, sugerente y cargado de buenas ideas este artículo de uno de los expertos en ALFIN a quien, además, debemos la traducción al castellano de importantes textos de esta disciplina.

Marta Roca Lefler, Coordinadora de Formación de la Unidad de Recursos para la Investigación de la Universidad Politécnica de Cataluña, cierra las contribuciones del mundo universitario. Es interesante la experiencia de los bibliotecarios temáticos y la línea de colaboración entre docentes y bibliotecarios.

Las aportaciones hechas desde la biblioteca pública nos demuestran como en ese sector están ocurriendo cosas que no pueden dejarnos indiferentes. Se ve, en general, un gran interés por aprovechar la presencia en la biblioteca de determinados colectivos (personas mayores o prejubiladas, por ejemplo) para descubrirles nuevos modos de ocio y servicios que no suelen utilizar (ordenadores, internet, correo electrónico, etc.). Es el caso de la experiencia que nos cuenta Mª Antonia Moreno desde la Biblioteca Municipal de Peñaranda de Bracamonte. Se aprecia un gran interés por formar a los bibliotecarios para las tareas relacionadas con la enseñanza (José Pablo Gallo y Ángel Peñalver de la Biblioteca Regional de Murcia). Desde Tarragona (Dolors Saumell) y desde Salamanca (Ramona Domínguez y Mª Felicidad Campal) nos muestran como las bibliotecas públicas son lugares de aprendizaje y la manera en que se han replanteado sus actuaciones en función de la constante evaluación de sus programas.

El dossier nos da información sobre dos importantes proyectos europeos en los que han participado bibliotecas españolas. PuLLS (Public Library in the Learning Society) se lleva a cabo entre siete países de manera cooperativa: Dinamarca, Holanda, Reino Unido, Finlandia, Alemania, Eslovenia y España. Nuestro país está representado por el Servei de Biblioteques de la Diputació de Barcelona. Cristina Galí, Núria Pi y Lola Vime nos cuentan qué bibliotecas están participando y las actividades que llevan a cabo. Se parte de un análisis previo de la situación (estudio de campo) para ver qué se estaba haciendo en formación de adultos y, a partir de esos datos, crear experiencias piloto para mejorar.

El otro proyecto, TUNE (Training for Library Users in a New Europe), implica a bibliotecas de Suecia, Dinamarca y España. En este caso, representada por la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha. Eva García y Joaquín Selgas explican cómo ha influido esta experiencia de cooperación en su política de formación de usuarios.

Villar Arellano colabora con un artículo corto, pero atinadísimo, sobre la importancia de motivar a los usuarios. Por otro lado, José Antonio Gómez y Tomás Saorín hablan de las posibilidades didácticas y comunicadoras de la Web2.0. Los bibliotecarios tenemos que familiarizarnos con las wikis y los blogs pues son herramientas que muchos de nuestros usuarios ya utilizan y permiten diseñar comunidades virtuales más participativas.

Para terminar este banquete de ALFIN se presentan varias herramientas disponibles en la Web.

Es necesario que las bibliotecas asuman el reto que supone preparar a la ciudadanía para la sociedad de la información. Las bibliotecas universitarias tienen ese compromiso con sus usuarios directos (alumnos, PDI, PAS) y con toda la sociedad.

Podéis encontrar la revista Educación y Biblioteca en la BUC

http://cisne.sim.ucm.es/search*spi~S/s?SEARCH=educacion+y+biblioteca&submit.x=43&submit.y=10

Pero, si alguien lo desea, se puede adquirir el número suelto en:

Educación y Biblioteca

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