Es un pequeño, entretenido, delicioso libro, escrito con un sentido del humor muy fino y británico, propio de un súbdito de su "graciosa majestad". Nos cuenta en forma de fábula divertida y con buena escritura la situación que se produce cuando la reina de Inglaterra, Isabel II, persiguiendo a sus perros en palacio, se encuentra que hay estacionado un bibliobús cerca de las cocinas, sitio poco frecuentado por ella y entra y se lleva un libro que le recomienda, lo que provoca su afición a la lectura y su bajada a los reinos de la tierra de la mano del cocinero de palacio, que le va sugiriendo lecturas. A través de este pequeño libro (se lee en una tarde) nos encontramos ante una profunda reflexión acerca de la lectura, de lo que significa la letra impresa en la vida de la gente, del placer que provoca y que relega a segundo plano otras tareas propias de las personas tan importantes.

A lo largo de la lectura aparecen citas de escritores importantes, es respetuoso con la figura de la reina y nos lleva a meditar acerca de lo que significa la lectura y la literatura en la vida de todos nosotros, en definitiva, nos refresca lo que ya todos sabemos sobre la lectura, lo que nos une en este blog. Sería curioso pensar que en España alguien pudiera escribir una fábula parecida sobre nuestros gobernantes. ¿Sería posible?